Durante nuestro fin de semana por el norte de España, decidimos visitar algunas de las iglesias del Camino de Santiago de Navarra y sin duda la del Santo Sepulcro en la localidad de Torres del Río fue una de las que más nos llamó la atención.
Es una iglesia de planta octogonal, pero esta vez rematada por una cúpula y una linterna sí mismo ochavada.
El maestro que la diseñó y los escultores que la ornamentaron eran mudéjares al servicio de clientes cristianos. Su diseño procedía de Córdoba y hay algo del arte cisterciense. Se atribuyó su construcción y uso a los templarios, pero no hay ni datos ni indicios para probarlo ni para conjeturarlo, como no sea su planta tan característica.
Sí consta, en cambio, que en 1100 un monasterio existente allí, junto con la iglesia, fueron cedidos a la orden benedictina del Monasterio de Irache. Se cree que no se trataba de la actual iglesia, sino de otra anterior. La revisión de la documentación demuestra que dicha iglesia era posesión, al menos desde inicios del siglo XIII, de los Canónigos Sepulcristas. Es un edificio que destaca por su armonía.
En su exterior consta de ábside, octógono central con octógono de culminación en forma de linterna. La portada es sencilla, con dos arcos, una columna a cada lado con capitel de tema vegetal. En el segundo tramo hay arcos apuntados con dos ventanas de medio punto. En el tramo superior se abren los ocho ventanales que son de medio punto, con columnas laterales, capiteles de decoración vegetal y arcos abocelados.
- agosto 03, 2018
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