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Visita a Oviedo

Sta. María del Naranco

Fue construida durante el reinado de Ramiro I en el Monte del Naranco como residencia real, con baños y salas anejas en la planta baja, y salón para celebraciones con bellos miradores en la planta superior. En el siglo XI, el palacio se convirtió en iglesia y ha funcionado como tal hasta el año 1930, en que se devolvió su aspecto original.

Se trata de un edificio de planta cuadrada, de dos pisos cada uno con un cuerpo central y dos laterales más cortos. Bóveda de medio cañón en todo el edificio, salvo las salas laterales del piso inferior, que están cubiertas de madera.

       






       




       

San Julián de los Prados

Construida bajo el reinado de Alfonso II. Tiene planta basilical de tres naves separadas por arcos de medio punto. Su decoración escultórica y pictórica es excepcional. Capiteles de tradición visigótica de extremada perfección en la talla, jambas marmóreas y columnas de extraordinaria labra adornan la capilla mayor.Un repertorio iconográfico en el que se representan en tres niveles de altura, motivos de jarrones con guirnaldas de hojas y temas florales variados. Un nivel medio de arquitecturas de tradición clásica, pompeyanas del siglo I y un nivel superior presidido por la Cruz con el Alpha y la Omega apocalípticos, semejando gemas y piedras preciosas. Las bóvedas de las capillas tienen una exquisita ornamentación pictórica con cuadrados y círculos, referentes simbólicos de lo celeste y lo terrestre.










San Miguel de Lillo

A 3 km. de Oviedo, en el monte Naranco, Ramiro I levantaría la iglesia de San Miguel de Lillo. Derruida en parte en el siglo XI hoy se conserva el sector occidental. Obra enteramente abovedada en cañón y alabada por las Crónicas de su época por su extrema perfección técnica. Introduce soluciones arquitectónicas innovadoras en la Arquitectura del Arte Prerrománico Asturiano. Tiene tres naves, tribuna regia, y en origen tres capillas en el sector oriental. Se conservan varias celosías caladas de fina labra, de círculos entrelazados. Labor escultórica que se extiende al interior en donde destacan los capiteles, columnas y las basas con la representación tallada de los símbolos de los de los Evangelistas, únicas en el conjunto del Arte altomedieval europeo.



       




Por desgracia no podemos mostraros fotos de las pinturas del interior, pues está terminantemente prohibido hacerlas, ante la osadía de algunas visitantes que utilizaban flash, se determinó prohibir las fotos en el interior de la iglesia de San Miguel de Lillo. Neutral Neutral

Santa María de Bendones

Este templo prerrómanico tiene un claro parentesco con San Julián de los Prados o Santullano, tiene planta rectangular, distribuida de la siguiente forma: Un pórtico de ingreso, que es triple, está formado por un arco de medio punto, pilares y contrafuertes, tras este pórtico descendemos hasta la nave de menor altura y más ancha que larga. La nave tiene al sur y al norte dos segmentos o capillas rectangulares, que a su vez están también a menos altura que la nave y el cabecero ó ábside con tres capillas. En esta capilla mayor se encuentra la ara prerrománica, segunda más antigua de las existentes, después de la de Santianes de Pravia. En la capilla sur se encuentra el altar original de la iglesia que todavía mantiene restos de decoración pictórica.



Catedral de Oviedo

La Catedral de Oviedo está levantada sobre la basílica mandada construir por Alfonso II, el Casto bajo la advocación de San Salvador y esta se construyó sobre las ruinas de una iglesia anterior edificada por Fruela I, en el año 765 y destruida en 794 por los árabes. 

La construcción de la actual fachada se inicia a comienzos del siglo XVI bajo el diseño de Juan de Badajoz. Se construye un pórtico de poca altura con tres arcos y tres puertas que dan acceso a cada una de las naves. Se cubre con una bóveda nervada casi plana. La portada central, la más importante tanto estéticamente como en tamaño, está coronada con un relieve de la Transfiguración y a su lado unas figuras en bajorrelieve que representan a Fruela I y a Alfonso II el Casto. Un poco más abajo unos medallones que representan al niño Jesús y a San Juan niño.

la torre de estilo gótico y renacentista  tiene una altura de 80 metros y está dividida en cinco cuerpos que van disminuyendo en tamaño según se asciende. La torre se inicia integrada al pórtico sobre los cuatro pilares que forman la arcada. Se remata con un templete formado por torres cilíndricas que finalizan en la flecha del pináculo.



       




       



Interior

Capilla de Santa Bárbara


Construida en 1658. De estilo barroco, destaca el retablo obra de Luis Fernández de la Vega.


Crucero Sur

Alberga el altar barroco de Santa Teresa.


Cámara Santa

Fue la capilla palatina de Alfonso II. Acoge el Tesoro Catedralicio en el que destaca la Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria, la Caja de las Ágatas y por último, el Arca Santa que contiene las reliquias de la cristiandad. En la parte inferior de la edificiación está la Cripta de Santa Leocadia.

       







Sala capitular

De finales del siglo XIII, es un recinto cuadrado que en la actualidad acoge los restos conservados de la antigua sillería gótica del Coro.


Retablo del Altar Mayor

Construido a principios el siglo XVI. Se articula en 5 calles y cuatro pisos, excepto la calle central. Es uno de los mejores de la época.


       



Capilla de Santa Eulalia

Construida sobre planta de cruz griega con una gran cúpula plagada de elementos decorativos barrocos. Guarda los restos de esta santa que es patrona de la Diócesis de Oviedo.


Vidrieras





Casco antiguo de Oviedo

En el casco antiguo se concentra la esencia de la ciudad de Oviedo, de sus monumentos, de su historia y de su idiosincracia. La configuración de las calles del casco antiguo mantiene prácticamente el trazado de su época medieval, tres grandes ejes paralelos que unía cada uno de ellos puertas correspondientes que se abrían en la  muralla que circundaba la ciudad antigua. 

La Catedral, con su impresionante torre elevándose hacia los cielos, es el centro del casco antiguo de Oviedo. 

       

La plaza de la Catedral está delimitada por un conjunto de nobles edificios entre los que destaca la capilla de Balesquida, templo dedicado a la advocación de la Virgen de la Esperanza, que hace esquina con la plaza Polier, y que tiene su origen en el siglo XIII, pero que fue reconstruido en varias ocasiones. A su izquierda, la casa de Llanes, edificio barroco del siglo XVIII, que linda con otro de corte clásico, que es sede del Colegio Notarial. A su lado se levanta el Palacio de la Rúa o del Marqués de Santa Cruz, del siglo XV, que es la edificación civil más antigua de la ciudad, gracias a que sobrevivió al incendio que en 1522 asoló Oviedo. No obstante, la disposición original está alterada con un cuerpo con balcones, adosado en el siglo XVIII.


El lateral izquierdo de la plaza lo forman tres edificios. Destaca el más próximo a la Balesquida que es el Palacio de Valdecarzana y Heredia, de los siglos XVII y XVIII. Es un edificio barroco de tres plantas que acoge las dependencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias.




En el ángulo opuesto a la capilla de la Balesquida está la iglesia de San Tirso, separada de la Catedral por la Calle de Santa Ana. San Tirso fue fundada por Alfonso II el Casto en el siglo IX, aunque desde entonces hasta nuestros días ha sufrido múltiples y sucesivas transformaciones con lo que sólo se conserva de la época prerrománica el testero del ábside central con la ventana trigeminada, cuya silueta ha sido adoptada para el anagrama turístico de Asturias.




Contigua a la plaza de la Catedral está la plaza de Porlier, donde se levantaba el castillo  o fortaleza construida por  Alfonso III el Magno para la defensa de la ciudad en el lugar donde actualmente se encuentra el edificio de Telefónica. En este espacio encontramos magníficos edificios que la delimitan.

El Palacio de Camposagrado, del siglo XVIII, en primer lugar, que es  uno de los palacios más bonitos de Asturias. Hasta hace poco fue sede de la Audiencia Provincial y trasladada esta a edificios más modernos, ha servido para la expansión del Tribunal Superior de Justicia.



Formando manzana con otros edificios está el Palacio de Malleza o de Toreno, también del siglo XVIII, sede de organismos autonómicos y del Real Instituto de Estudios Asturiasnos (Ridea).


Cierra esta plaza el edifico del antiguo Banco Asturiano hoy ocupado por una entidad bancaria. Frente a éste, el edificio noble de la Universidad de Oviedo, destinado en la actualidad en exclusiva a sus dependencias administrativas. Merece la pena pasar a su interior para contemplar el claustro cuadrado con soportales que en su día pasearon el Padre Feijoo o Clarín.



Una de las fachadas de la Universidad hace frente con la calle Ramón y Cajal, reservándose como vestigio físico del fuero del que gozó, un murete de piedra que en su fachada se señala con unas cadenas. Desde Ramón y Cajal, una pequeña Plaza de Riego da paso a la calle Peso que conduce hasta la plaza de la Constitución donde se levanta el Ayuntamiento. En un tramo de esta calle cercana a la plaza podemos ver vestigios de la primitiva muralla medieval, restos que son mucho más amplios en la calle del Paraíso, justo en el extremo opuesto del casco antiguo.

La plaza de la Constitución, de forma cuadrangular, la forman el propio edificio del Ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro el Real, que es la antigua Iglesia del colegio de los jesuitas que se extendía a la izquierda en el lugar ocupado hoy por la plaza del mercado y que hubieron de abandonar en 1767 tras su expulsión de España por la Pragmática Sanción de Carlos III. La iglesia se levantó entre 1578 y 1740 y, al igual que la Catedral, estuvo diseñada con dos torres aunque en ambos casos nunca llegaron a construirse.






Especial atención merece el Arco de los Zapatos, calle donde existen unos vetustos edificios con unos arcos que forman unos soportales donde desde hace decenas de años se venden las artesanales madreñas (zuecos de madera). Este recinto junto a la plaza de Daoiz y Velarde, contigua al Fontán, es utilizado para el mercado semanal que desde épocas remotas se monta cada jueves con multitud de productos de la huerta ovetense, flores y ropas. Los años y las exigencias de las normativas sanitarias han forzado la sustitución de los puestos de alimentación por otro tipo de productos, aunque mantiene su tipismo y su sabor. En las mañanas de los domingos este mismo espacio acoge un pequeño rastro con antigüedades, libros, monedas y cachivaches de todo tipo.


Desde la calle Mon y en suave pendiente en dirección a la Catedral se conecta con la calle de Santa Ana, donde se encuentra el Palacio de Velarde, que es hoy el Museo de Bellas Artes de Asturias. El Palacio de Velarde, construido en 1767 por el arquitecto Manuel Reguera es una magnífica muestra de la arquitectura dieciochesca, con una fachada de bien labrada sillería. 

En la fachada del Claustro Catedralicio se abre la Puerta de las Limosnas donde el Cabildo entregaba pan a los pobres el día de Jueves Santo y sobre ella un gran balcón de forja desde el que se proclamó la guerra de la Independencia contra el ejército francés. En el extremo opuesto al Palacio Arzobispal se alza la Casa del Deán Payarinos, construcción de 1909, que hoy acoge al Conservatorio Superior de Música.


Desde la Corrada del Obispo parte la calle de San Vicente que constituye, junto con la de San José, la tercera vía axial de la ciudad medieval. A poco de iniciarse, es cruzada por el arco del Monasterio de San Vicente configurando una clásica imagen de la ciudad vieja. En este lugar es donde físicamente se sitúa el origen de Oviedo, pues fue aquí donde los monjes Máximo y Fromestano fundaron en el año 761 un templo en honor a San Vicente. Posteriormente, el rey Fruela I inició la construcción del primer núcleo habitado. De la primitiva construcción no queda nada y hoy es un edificio de estilo renacentista y barroco que acoge el Museo Arqueológico de Asturias.




La siguiente edificación es la iglesia de Santa María la Real de la Corte en cuyo interior está la tumba del padre Feijoo, que parece vigilarla desde su estatua que se yergue en el centro de la plaza de su mismo nombre adyacente a la iglesia.

La última construcción de esta calle es el Monasterio de San Pelayo que ocupan monjas de clausura de esta orden religiosa, llamadas cariñosamente "Las Pelayas", que mantienen la tradición del canto gregoriano y son especialistas en el oficio de la encuadernación. La edificación, portentosa, se ha visto ampliada con sucesivas reformas desde el siglo X, somo la construcción del claustro románico en el siglo XII, la torre gótica del siglo XVII o ya en 1704 la fachada principal del monasterio.


El Centro Comercial de Oviedo

Núcleo central de la vida ovetense es la plaza de la Escandalera, donde convergen las calles principales de la ciudad. En este entorno se ubican el Teatro Campoamor y el hermosísimo campo de San Francisco. En el centro de la plaza podemos admirar la obra "Maternidad" del artista Fernando Botero, que representa una madre con su hijo.


Paseando por Oviedo llegamos al conocido Parque de San Francisco, un verdadero pulmón verde que deleita a todos los paseantes que se adentran en su interior. Se trata del antiguo huerto del Convento de San Francisco que se convirtió, en el siglo XIX, en un gran jardín de 90.000 metros cuadrados en pleno casco urbano de Oviedo.







       


En la plaza de la Escandalera se levanta el singular edificio conocido como la "Casa Conde", diseñado por J.M. de  la Guardia en el año 1904. En este espacio se encuentra también la sede central de Cajastur, proyectada en el año 1946, y concluida en 1965, cuyo reloj marca las horas en Oviedo repicando con el sonido del "Asturias Patria Querida".


La escultura de Julio López, "Esperanza Caminando", que representa a un joven estudiante que camina distraídamente, recibe en la calle a los asistentes al teatro.

Frente a ésta, y unos pocos metros más allá, se levanta el portentoso "Culis Monumentabilis", obra de Eduardo Úrculo.


Hotel de la Reconquista

Este vetusto edificio data de 1752 y fue construido como Hospicio y Hospital Real por  orden de Isidoro Gil de Jaz, Regente de la Audiencia y gran impulsor de los ideales ilustrados. Fueron sus arquitectos Menéndez de Ambás, V. Rodríguez y Manuel de la Reguera. Obra eminentemente barroca, se resuelve en su interior en torno a cuatro patios. La fachada principal es uno de los mejores logros del barroco regional. Está rematada en su centro por el imponente escudo de España. El hospicio fue clausurado en 1965.


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