Blog Los viajes de Dora AL FIN CRUZAMOS EL CHARCO PARA NUESTRO VIAJE MÁGICO A ORLANDO - DÍA 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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AL FIN CRUZAMOS EL CHARCO PARA NUESTRO VIAJE MÁGICO A ORLANDO - DÍA 4

Los planes del día de hoy nos permitían dormir algo más, al fin y al cabo íbamos a Volcano Bay, el parque acuático de la Universal y no abrían hasta las 10 (9 Early Admission para los que se hospeden en un hotel del resort). Así que dejamos a los chicos dormir un poco más y el papi y la mami nos bajamos a desayunar tranquilamente. 

Hay muchas opciones donde elegir, bollos, un bol de frutas con yogur, desayuno americano.... Al final nos decantamos por algo rápido, un buen café del Starbucks y un donuts y una madalena rellena (riquísima).



Volvamos a la habitación que los chicos estarán casi listos. No os voy a engañar, teníamos nuestras dudas con el parque acuático porque la idea de estar todo el día de tobogán en tobogán con el calor que hacía no era algo que nos llamara mucho la atención pero hicimos un esfuerzo por los chicos que la verdad es que disfrutaron un montón, una vez que superaron un pequeño malentendido entre ellos. 

Volcano Bay se encuentra a unos pocos minutos andando del hotel, sin necesidad de transporte ni nada. Cuando llegamos ya había bastante cola, pues nada a esperar. 




En cuanto pasas seguridad, llegas a los tornos, enseñas tu entrada (física o en la app) y te dan el famoso Tapu Tapu. 

Os voy a explicar cómo funciona el reloj. Cuando llegas a una atracción en la que haya cola (en algunas no hay y pone Ride Now), tienes que acercarlo a una especie de totem y entonces te indica cuántos minutos de espera tienes para volver a la atracción, es decir, haces una especie de cola virtual. Cuando te faltan unos 15 minutos el reloj vibra y te indica que te vayas acercando a la entrada. El tiempo va más deprisa de lo que pone, igual de repente de 15 minutos pasa a Ride Now. Mientras estás esperando puedes irte a alguna atracción que no tenga colas como por ejemplo la playa con olas o los ríos en los que hay una corriente y vas dando vueltas. 

Enseguida los chicos nos dejaron toda la ropa y se fueron a empezar a montar, empezando por la montaña rusa Krakatua en la que podríamos haber montado los demás porque no era muy dura. Yo había leído mucho sobre las atracciones y tenía un listado de las atracciones en las que podía montar. Al final los chicos nos medio engañaron y montamos en ika Moana of Honu ika Moana (ojo con el nombrecito) que era una especie de flotador gigante de seis plazas que fue medianamente fuerte y al lado había otra muy parecida. Los chicos nos dijeron que ya habían montado y que la impresión era parecida así que a pesar de nuestras dudas, lo hicimos y montamos en  Honu of Honu ika Moana, Madre mía, casi nos da un patatús, jajajajaja. También fuimos a la playa y a la del río que nos gustó muchísimo. 




Mientras los chicos disfrutaban sin parar, los papis nos dedicamos a descansar en una tumbona, la mayoría del tiempo a la sombra. 



De vez en cuando venían a contarnos cosas y en una ocasión fuimos con ellos a dar una vuelta (entonces tienes que coger tus cosas y dejarlas en unas taquillas gratuitas que hay en diferentes zonas del parque). Los dos se montaron en las dos atracciones más fuertes del parque y al mayor casi se muere del miedo que pasó, y del agua que tragó, jajajajajaja. Te meten en una especie de cabina, te cierran la puerta y quitan el suelo y bajas por un tubo a toda velocidad, vamos, no me extraña que lo pasara tan mal. 

Después ya nos fuimos a comer. Hay varios restaurantes por el parque acuático, algunas con comida exótica pero nosotros fuimos a lo seguro, al restaurante de comida rápida Kohola Reef  donde tenían lo clásico, hamburguesa, pizza, ensaladas y pollo frito. No comimos mal pero uno se acaba cansando de la misma comida. 







Después de comer, los chicos siguieron montando y los papis volvimos a nuestras hamacas pero el calor empezaba a seguir bastante agobiante así que nos teníamos que meter de vez en cuando en una pequeña piscina que estaba a nuestro lado. Habíamos quedado con los chicos en que volvieran pronto pero como no lo hacían, me fui a dar una vuelta para fotografiar el parque y a ver si los encontraba y me perdí. Para mí, el hecho de que no puedas ir ni con el móvil ni con nada encima para montar es un inconveniente. Creo que deberían tener unas pequeñas taquillas cerca de cada atracción o al menos más zonas por el parque, ya que solo hay cuatro por todo el parque. Vimos a algunas personas en las piscinas con una de esas bolsas estanca para los móviles (de hecho nosotros compramos en Madrid) pero no tengo muy claro que en alguna de las atracciones fuertes la bolsa no se abriera y te quedaras sin móvil, de hecho es que en las más fuertes no dejaban montar con nada ni siquiera con zapatillas que sí podías dejar en una especie de estantes a la entrada de determinadas atracciones. Y el hecho de que me perdiera es porque evidentemente tampoco puedes llevar mapa y aunque sí que había por el parque algunos, no son suficientes, es un poco caótico y tiene muchos recovecos y acceder a la entrada de algunas atracciones ya supone una cierta dificultad porque en algunas la entrada no está al lado de la salida. 

Os dejo algunas fotos de mi paseo. 















Cuando ya volví a nuestro punto de referencia, los chicos también estaban y decidimos volver al hotel porque el calor empezaba a ser insoportable. Al fin y al cabo llevábamos desde las 9 en el parque y eran ya las 4 y media. Así podríamos darnos una ducha y despedirnos de Universal o del Citywalk cenando en alguien sitio chulo, pero....



¿Ves la foto anterior con un sol y un cielo despejado? Pues bien, en cuestión de una hora empezó a ponerse todo el cielo negro y a diluviar. 


Así que nuestra intención de volver a los parques a despedirme se esfumó. No nos quedó otra que quedarnos en el hotel a descansar, hacer las maletas y cenar. En esta ocasión unas pizzas. 


Y así dimos por terminada nuestra aventura en Universal Orlando. Aún nos quedaban 9 días por WDW. El día siguiente iba a ser de relax, check-out y a los Outlets y ya de vuelta, traslado al Pop Century que hicimos en un Uber XXL. 

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