Hotel NH Bologna de la Gare en Bolonia

Para nuestra escapada veraniega en pareja, que poco a poco se va a convertir en un "must", elegimos la ciudad italiana de Bolonia, principalmente porque era una de esas ciudades de la que tanto habíamos oído hablar y que siempre estaba en nuestra lista de futuribles, a esto se le unió el hecho de conseguir unas fechas que cuadraran con nuestro viaje en familia, un vuelo económico y por último una estancia en un hotel bien ubicado en la ciudad. 

El hotel en cuestión fue el NH Bologna de la Gare. Elección que hicimos principalmente porque al llegar del aeropuerto en el Marconi Express, no queríamos que estuviera muy lejos de la estación de tren, y este hotel se encuentra prácticamente a 5 minutos andando. 

Su estilo es moderno y funcional, de hecho por fuera se podría decir que no es muy bonito. No tuvimos ningún problema en el check-in y encima nos hicieron un upgrade. La habitación estaba ya preparada antes de la hora, así que nada más llegar subimos a la misma: 203.

Como zonas comunes, aparte del restaurante del que luego pondré fotos, tenía unos salones con sillones para descansar y en una planta superior, un sky bar al que no fuimos.

Al hacer el check-in, nos informaron de que nos habían hecho un upgrade de habitación standard a superior, algo que agradecimos porque la standard debía de ser muy pequeña (anotación mental, mirar bien el tamaño de las habitaciones antes de reservar un hotel, jejejejeje). 

La habitación era moderna y funcional, con un amplio cuarto de baño con bañera y amenities, un cama de 1,80 (en realidad eran dos camas de 0.90 juntas), un par de sillones y una mesita. Sin ser excesivamente grande, cubría todas nuestras necesidades. Aire acondicionado que controlabas tú, nevera, un armario amplio con caja fuerte y un calentador de agua para tomar un té o un café. 

El restaurante para el desayuno era también bastante amplio y no tuvimos problemas de espacio o de tener que esperar excesivas o largas colas. Quizá la variedad del desayuno es lo que menos nos gustó del hotel, no sabemos si debido al covid pero había poca variedad. El café era de máquina buena, así que estaba bastante rico. Tres variedades de zumo (naranja, piña y zanahoria), y además uno de los días estaban aguados. De caliente tan sólo huevos revueltos (que no nos gustaron el primer día y no repetimos), salchichas y bacon. De embutido mortadela y queso. Fruta, y unos cuantos dulces. Lo más rico los distintos tipos de croissants, sobre todo los rellenos de mermelada y de crema. Era tipo bufé pero te lo servían debido al covid, algo que tampoco entendemos pues en otros hoteles te ponías guantes y no había problemas con servírtelo tú e incluso en el hotel de Valencia (el Sercotel Sorolla) te daban unas pinzas para que cogieras tú la comida con esas pinzas (es el sistema que nos ha parecido más innovador). Definitivamente el desayuno no estaba a la altura de los hoteles NH ni de un hotel de cuatro estrellas. 

Con sus puntos fuertes y sus debilidades, el hotel cumplió con nuestras expectativas. A destacar positivamente su ubicación y el personal de recepción y negativamente el desayuno. Muy buena relación calidad precio: 300 euros dos noches con desayuno en habitación doble.