Blog Los viajes de Dora Escapada de fin de semana a Milán - Día 2 ~ LOS VIAJES DE DORA
Ir al contenido principal

Escapada de fin de semana a Milán - Día 2

Nos levantamos con la sensación de haber dormido algo más, aunque a ratitos, algo a lo que ya me he casi acostumbrado. Hoy queremos terminar de dar un paseo por el centro que se nos quedaron algunas cosas sin ver el día anterior (más bien por despiste que otra cosa) y por supuesto la visita al Castello Sforzesco como despedida de Milán. 

Así que después de un copioso desayuno, nos aventuramos por la ciudad en dirección a la Casa degli Omenoni situada en la calle del mismo nombre, famosa porque en su fachada aparecen unas estatuas gigantes o atlantes. 


Constantemente mirando el reloj ya que teníamos hora para visitar el castillo a las 10 y media, nos acercamos a la Piazza Mercanti, una de las plazas más bonitas de Milán. Impresionantes sus edificios medievales y el pozo del centro.




El día de hoy seguía gris, aunque de vez en cuando nos daba algo de tregua la lluvia, pero en general fue un viaje pasado por agua. Cuando nos dirigíamos a la iglesia de San Satiro, que también nos había aconsejado la mujer de San Fedele, nos encontramos sin querer con un mercadillo de monedas y como el papi de la familia es un coleccionista de las mismas, hicimos un breve parón para ver si encontraba algo de su gusto. No fue mucho tiempo pero cuando terminamos y miramos el reloj, nos dimos cuenta de que nos quedaban escasos veinte minutos para llegar al castillo, así que prácticamente tuvimos que ir volando por las calles de Milán para llegar a tiempo, jajajajaja. 



Por fortuna, llegamos unos cinco minutos tarde y no tuvimos mucho problema en entrar, eso sí, habiendo comprando las entradas por internet porque la cola era generosa. Y la verdad es que no diría que el Castello es un lugar que tienes obligatoriamente que visitar en Milán, de las primeras salas, que eran todo museos, destacaría los techos por los que tengo cierta pasión, y en mi opinión, un poco ya harta de Leonardo, la joya es la Pietá inacabada de Miguel Ángel, en donde se ve claramente cómo el artista iba descubriendo la figura que estaba escondida en el mármol. 





El interior de los distintos museos solo se puede visitar comprando la entrada, pero los patios sí se pueden ver sin pagar, así que si queréis y disponéis de tiempo en Milán, acercaos al Castello y solo os deis un paseo por los patios, con su famosa torre. 






Aproximadamente sobre las 12 acabamos la visita al Castello y nos dirigimos a un restaurante llamado la Prosciutteria que lógicamente, como su nombre indica, está especializado en tablas de embutidos. Todo riquísimo aunque pedimos dos burratas y acabamos llenísimos, sin poder terminarnos toda la tabla. Nos costó por persona 15 euros más la burrata, en total unos 44 euros para los dos, pero comimos fenomenal. Qué ganas tenía de probar una tabla de estas en Italia pero a pesar de haber viajado recientemente a Roma, no habíamos podido darnos un festín como el que nos dimos en Milán, totalmente recomendable. 



Para volver al hotel, nos fuimos en metro hasta la Estación Central, volvimos al hotel un rato a descansar, cogimos nuestras maletas y volvimos a la estación para tomar uno de los autobuses que te llevan al aeropuerto, en esta ocasión la compañía Star Fly al mismo precio que a la ida, 5 euros por persona. La Estación Central preciosa. 




En una media hora llegamos al aeropuerto y afortunadamente esta vez no tuvimos retraso en el vuelo. Y así pusimos fin a esta aventura de fin de semana en pareja. A repetir la experiencia pronto con otro destino. 

Comentarios