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Visita a Requena

Y ya para terminar nuestro viaje de fin de semana playero, antes de llegar a Madrid, paramos en la localidad de Requena con el objetivo principal de visitar sus cuevas / bodegas. 

Aparcamos en la Avenida del Arrabal. Al ser domingo, sin problemas. Y desde allí, llegamos enseguida al acceso al Barrio de la Villa, al casco histórico, la cuesta del castillo, pasando antes por la Oficina de Turismo en donde conseguimos un mapa bastante detallado del barrio. 

Subiendo por la cuesta, llegamos a la Torre del Homenaje, antigua torre vigía construida por los árabes en su típica argamasa. Actualmente en su interior se puede visitar el museo de la ciudad, que nosotros no visitamos porque tenía un horario de apertura bastante corto. 



A continuación la Fortaleza, residencia de la máxima autoridad y situada en la parte más elevada del pueblo. 



En la Plaza del Castillo encontramos un frondoso árbol y una fuente central. También hay los restos de unas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1999 que muestran los orígenes del poblamiento requenense. 





Pasamos por la Casa del Arte Mayor de la Seda pero no accedimos a su interior. 




Nos fuimos directamente a la Iglesia del Salvador por los horarios de apertura. Su pórtico es gótico florido isabelino y se construyó en la segunda mitad del siglo XV. Presenta doble arquivolta con ángeles y filigranas de piedra. En su interior tiene tres naves. 


     


     




Justo frente a la iglesia, se encuentra la Casa de los Pedrón, famosa por haberle sido concedido el llamado "derecho de asilo" por el rey Felipe II, quien pernoctó en dicha morada ocasionalmente en 1599, 1603 y 1604. La casa pertenecía y era habitada por el hidalgo requenense D. Juan Pedrón de la Cárcel. 



Llegamos así a la Plaza de Albornoz. Dedicada al coronel D. José Ruiz de Albornoz, jefe de la defensa de Requena contra las tropas carlistas de Gómez y Cabrera a quien la Reina Gobernadora, en nombre de la pequeña Isabel II concedió la Laureada y a Requena el título de Ciudad. Es de traza renacentista, correspondiendo su actual forma a principios del siglo XVII. En esta plaza los reyes Felipe III y Felipe IV asistieron a festejos y corridas de toros, aquí se proclamaban los natalicios, coronaciones de reyes y sus exequias, proclamaciones de Constituciones y otros eventos históricos y gremiales con sus banderas, danzas, músicas, festejos y desfiles. 





Por cuestiones de horario, no accedimos en ese momento a las cuevas que se encuentran en dicha plaza, sino que pusimos rumbo a la Iglesia de San Nicolás. 

De camino, pasamos por la Iglesia de Santa María con su impresionante fachada gótica, los restos de la muralla, y las calles típicas de la villa como la de la Cárcel o Somera. 







     

La Iglesia de San Nicolás ha sido rehabilitada recientemente. A pesar del entusiasmo de la persona de la Oficina de Turismo, sigo sin entender esa especie de arte ecléctico, mezcla de moderno y antiguo. No sé. Me hubiera gustado mucho más haber visto la iglesia incluso en ruinas que mezclando estilos tan diferentes. 


     



     




Después de visitarla, casi in extremis, porque iban a cerrar aun cuando faltaban dos horas para su hora de cierre por falta de personal, volvimos a la plaza principal con intención de acceder a las cuevas de la villa. De camino y ya que era gratuito, pasamos al interior del Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente. Aparte de algún cuadro de Sorolla, poco más de interés en el museo. 


      







Al llegar a la plaza en donde se encuentra la entrada a las cuevas, nos llevamos un susto. Estaba cerrada. Ya pensábamos que por falta de personal, las habían cerrado. Pero no. Es que estaban en una visita guiada. Menos mal. Para acceder a las mismas, te dan una audio guía bastante completa. Vas cómodamente a tu ritmo escuchando las explicaciones por las distintas zonas de las cuevas: la bodega, el silo, el pósito, el osario y el pozo. Me pareció muy interesante la visita. 

Construidas aprovechando la toba caliza y la arcilla del subsuelo de la villa, han sido utilizadas como silo para almacenar cereales, y como bodegas para elaboración y conservación de vinos. Fueron descubierta y vaciadas en los años 70 del siglo XX. 





      








Con todo este recorrido por la villa de Requena, se nos hizo ya la hora de comer, así que en un bar saliendo ya del centro histórico comimos unos bocadillos y unos helados y dimos por terminada nuestra visita a Requena y a nuestra escapada veraniega de fin de semana. 

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