Blog Los viajes de Dora Salto del Nervión en Berberana ~ LOS VIAJES DE DORA
Ir al contenido principal

Salto del Nervión en Berberana

En nuestro viaje a La Rioja en Semana Santa de 2017, quisimos añadir un destino de naturaleza, para diversificar un poco el planning, siempre completo de monumentos y pueblos. Así que, teniendo en cuenta que estábamos en primavera y era de pensar que por el deshielo pudiera haber más agua, nos arriesgamos a visitar el Salto del Nervión, cuyo nacimiento tiene lugar en el noroeste de Álava donde también confluyen los límites de Vizcaya y Burgos, entre las hayas de los bosques de la sierra de Gibjo, cerca del puerto de Orduña. 

Al llegar a la zona, desde el sur, desde La Rioja, cometimos un pequeño error, en vez de entrar por Delika, por el norte, para así poder encontrarnos con los tres aparcamientos de los que habíamos leído en internet, entramos por el sur por Gillarte, así que en cuanto llegamos al aparcamiento, que lo hay, hicimos el intento de seguir en coche pero cual fue nuestra sorpresa cuando a los pocos metros, tuvimos que dar marcha atrás porque el camino se hacía impracticable y más con un coche normal (no todoterreno), bajo y con 7 personas en su interior. Así que volvimos al parking, reunión de grupo, cambio de hora de la comida, y decidimos  embarcarnos en un paseo de un poco más de 5 kilómetros ida y otros 5 vuelta para llegar hasta el Salto del Nervión. 

El camino es bastante llano, solo unos pocos repechos, de arena y sin dificultad. Eso sí, se nota bastante la diferencia entre la ida y la vuelta. A la ida, íbamos contentos, haciendo bromas entre nosotros y disfrutando del sol y del paseo, a la vuelta, casi no nos respondían ni las piernas y pasamos algún momento complicado en el que casi tenemos que ir arrastrándonos, jejeje




Por el camino nos encontramos con alguna que otra señal que era de agradecer, en las intersecciones, aunque estaba claro que yendo al salto, teníamos que subir y subir. 





Hasta tuvimos la suerte de encontrarnos con un caballo y su potro.



Algunos tramos tenían agua, algo que luego nos faltó en el salto.




Aquí otra señal que nos indicaba cómo llegar al Salto del Nervión o al Nacedero. 




Después de más de una hora de agradable paseo con una temperatura excelente (hasta algunos se quemaron por el sol y el viento) llegamos a nuestro destino.



Íbamos con la esperanza de ver un espectacular salto de agua de 270 metros de altura como habíamos visto en algunas fotos de internet, pero por desgracia según descubrimos después este año había sido un año de muy pocas lluvias, así que lo único que nos encontramos fue un fino hilo de agua que apenar se apreciaba. A pesar de todo, el paisaje goza de una extraordinaria belleza y bien merece una visita. 


Incluso fue unos aventureros y nos atrevimos a asomarnos al Mirador del Nervión, una plataforma de hierro suspendida en el vacío.


Os dejos unas cuantas fotos más para que disfrutéis del paisaje. 







Después de un más que merecido descanso, una hora larga de camino para volver al coche, que se hizo interminable. 




Una experiencia divertida y diferente. De hecho ya estamos pensando en incorporar alguna etapa de senderismo en alguno de nuestros próximos viajes. 

Comentarios