Blog Los viajes de Dora Ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga ~ LOS VIAJES DE DORA
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Ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga

Aunque ya habíamos visita la ermita en otra ocasión, al encontrarnos relativamente cerca de la misma, decidimos volver para que sobre todo nuestros acompañantes la descubrieron. Sin duda, una joya arquitectónica que bien se merece una visita. 


La ermita de San Baudelio pertenece territorialmente a Casillas de Berlanga. En 1954 fue adquirida por la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid y donada al Estado Español. Había sido declarada Monumento Nacional el 24 de agosto de 1917.

Se considera como fecha probable de su erección la de finales del siglo XI, cuanto toda la comarca de Berlanga había sido definitivamente conquistada para Castilla por Fernando I, y después de que en San Esteban de Gormaz se hubiese construido la iglesia de San Miguel y su posterior galería porticada (1081) en el imperante estilo románico. Si bien la citada iglesia de San Miguel es netamente románica y la ermita de Baudelio no existe no obstante coincidencia con aquella en la fuerte influencia que se manifiesta en ambas de la continuada presencia en las respectivas villas de pobladores árabes y de la intervención de alarifes de esta extracción: en San Baudelio en los arcos de herradura, tanto en huecos de paso - los de su portada y la embocadura del ábside - como los estructurales del interior. En cuanto a la planta y al sistema de cubrición sólo se encuentra parangón en la ermita de San María de Peñalba en Arnedillo (La Rioja), similar en la disposición centrada de un soporte circular del que irradian los nervios de sustentación de la cubierta y en la traza casi cuadrada de su nave única.

El origen de esta extraordinaria construcción puede encontrarse en un primitivo eremitorio de cuya existencia aún habla la gruta a la que se accede desde el interior del propio templo. Tal asentamiento eremítico, en unión al hecho probable de que llegasen hasta él, vía Toledo, algunas reliquias del santo mártir francés Baudelio, pudo impulsar a sus promotores a levantar un pequeño monasterio del que ha perdurado la iglesia. Hay constancia escrita de la existencia de dicho monasterio en los archivos de la catedral de Sigüenza según documento de 1136.

Interior. La ermita está formada por dos cuerpos rectangulares, el más pequeño correspondiente al ábside y el mayor a la única nave principal de la iglesia. Los muros, realizados en mampostería apoyada sobre sillares, tienen aproximadamente un metro de ancho y son de una gran simplicidad. Se accede a la ermita por una pequeña puerta con arco de herradura y por una pequeña puerta que da acceso directo al coro de la tribuna. 

La bóveda está formada por ocho arcos de herradura, apoyados sobre ménsulas en las paredes de la nave central, cuatro en los ángulos y cuatro en los muros, partiendo de una pilastra central muy robusta, como hojas de una palmera, elementos muy influidos por las formas arquitectónicas de Al-Ándalus. Sobre esta pilastra central se abre una pequeña e inaccesible cámara que hace las veces de linterna y está cubierta por una cupulilla de seis nervios cruzados. 








Pinturas. Desgraciadamente las pinturas que cubrían al completo los lienzos interiores de esta ermita han dado más que hablar por las vicisitudes a que se han visto sometidas que por sí mismas. Como consecuencia de aquéllas, las pinturas se encuentran hoy repartidas por diversos museos norteamericanos (Boston, Indianápolis, The Cloyster Museum de Nueva York) y el Museo de El Prado en Madrid. Actualmente sólo se pueden admirar in situ algunos fragmentos mejor o peor conservados y las huellas que sobre los enlucidos han dejado los temples que fueron arrancados.


En 1922 la ermita de San Baudelio pertenecía en propiedad privada a un grupo de 20 vecinos de Casillas de Berlanga a pesar de haber sido declarada Monumento Nacional el 24 de agosto de 1917. Haciendo uso de su dominio absoluto sobre la ermita y cuanto a ella era anexo pactaron los propietarios la venta de las pinturas a un comprador norteamericano, Mr. Dereppe, representado por el judío León Leví, negociador y mediador activo en todo el proceso. Hubo oposición por parte de la Comisión de Monumentos de Soria y llegó a intervenir la Guardia Civil de Almazán, el Juez de dicha localidad y hasta la Fiscalía del Supremo.











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