Blog Los viajes de Dora Visita a la Ciudadela Medieval de Carcassone ~ LOS VIAJES DE DORA
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Visita a la Ciudadela Medieval de Carcassone



La ciudad medieval de Carcassone es un conjunto urbano y arquitectónico fortificado singular que constituye la parte más antigua de la ciudad de Carcassone. 

Constituida en gran parte por elementos conservados desde la Edad Media, tras un periodo de abandono, la ciudad fue restaurada con fines monumentales a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con intervención de Eugène Viollet-le-Duc; fue declarada Patrimonio de la Humanidad por el programa de la UNESCO en 1197.

La ciudad fortificada está situada sobre una elevación en la orilla derecha del río Aude, frente a la ciudad moderna y muestra en sus diferentes edificios y elementos arquitectónicos defensivos la huella entre el periodo prerromano, su abandono en el siglo XVII y su posterior recuperación, su pasado en el que ha sido sucesivamente un enclave protohistórico, una ciudad galo-romana, una plaza fuerte visigoda, ocupada por los musulmanes, capital de condado de Carcassone, del Vizcondado de Carcassone, para pasar finalmente a ser cuartel general del ejército real francés. 

Solo teníamos que desviarnos unos kilómetros de la carretera que nos llevaría hasta Girona desde Francia, así que no podíamos dejar pasar esta oportunidad de conocer Carcassone. Iban a ser unas pocas horas, y lógicamente solo nos dio tiempo a visitar la ciudadela medieval, pero es seguro que volveremos en otra ocasión. 

Aparcamos el coche en uno de los innumerables parkings que hay a la entrada de la ciudadela. Bastante caro, pero no era cuestión de perder tiempo. Llegamos sobre las 11 de la mañana y ya tuvimos problema para encontrar donde aparcar y la verdad es que cuando ya empezamos la visita, nos dimos cuenta de que Carcassone estaba abarrotada. 

Accedimos a la ciudad amurallada a través de la Porte Narbonnaise. Se contruyó hacia 1280 bajo el reinado de Felipe III el Atrevido. Se compone de dos enormes torres en espolón. Su nombre se explica por su orientación hacia Narbona. En el siglo XIX, Viollet-le-Duc reconstruyó las almenas y el techo de pizarras, además la dotó de un pseudo puente levadizo que no existía en sus orígenes. 





Accedemos al interior de la ciudadela. Ante nosotros la Rue Cros Mayrevielle que nos lleva directamente al castillo, el primero de los monumentos que íbamos a visitar en Carcassone. Una calle llena de todo tipo de tiendas, y con multitud de personas. 



El Castillo de Carcassone se encuentra adosado a las murallas exteriores de la ciudadela y fue erigido por los vizcondes de Trancavel, vasallos de los condes de Toulose, que fueron derrotados tras la cruzada albingense en el siglo XIII. A partir de entonces, el castillo pasó a manos de la corona francesa. 

El acceso al castillo tras la puerta principal conduce a un patio rectangular rodeado de edificios alternados de entre el siglo XII y el XVIII. 






Afortunadamente habíamos reservado por Internet las entradas, así que pasamos sin problemas a su interior. 

El castillo y sus murallas incluyen nueve torres, dos de las cuales son de época visigoda, la torre de la capilla y la torre Pinte, cuadrada, la más alta de la ciudad. Todas las demás, construidas a lo largo del siglo XII, poseen idéntica composición interna y externa: costaban de tres pisos y una planta baja. En la planta baja y primer piso se encuentran techos abovedados, mientras que en los pisos superiores son simples. La comunicación entre los pisos se hace por medio de los agujeros que sirven de portavoz en las bóvedas y los pisos. 







     



     

En su interior destaca la capilla, de época románica, con coloridos frescos. 




En la primera planta del castillo hay un interesante museo, el Museo Lapidario, en el que están expuestas estatuas, cruces de piedra y sarcófagos descubiertos en el área de la ciudad. 

     





     



     

Asimismo, a destacar las vistas de la ciudadela desde el recorrido por las almenas y las murallas del castillo y sobre todo de la Basílica de Saint-Nazaire, dentro de la ciudadela, y de la parte baja de la ciudad con la Iglesia de Saint-Gimer, a la que nos acercamos pero por desgracia no pudimos visitar pues estaba cerrada. 










Una vez terminada la visita al castillo, nos acercamos a la Basílica de Saint-Nazaire y accedimos a su interior. Fue, en su origen, la antigua catedral de Carcassone, cuyas piedas consagró el mismísimo Papa Urbano II sobre las ruinas de un antiguo templo carolingio. 

La restauración transformó el exterior de la basílica aunque en su interior las reformas son mucho más notables, con los dos estilos, gótico y románico, superpuestos en las vidrieras, esculturas y decoraciones de la iglesia. Las fachadas presentan diversas vidrieras de los siglos XII y XIV, que representan escenas de la vida de Cristo y sus apóstoles. En 1801, a la iglesia se le quitó el rango de catedral en favor de la iglesia de Saint-Michel situada fuera de la ciudadela.

Os dejo una selección de fotos de su interior y de la fachada principal. Salvando las distancias, me recordó a la Sainte Chapelle de París.


     





     

     


     

     

A pesar de ir con el tiempo justo para visitar Carcassone, decidimos dar un paseo hasta la Puerta del Aude, justo en el lado opuesto a la de Narbona, por donde habíamos accedido al interior de la ciudadela. 





Nuestra intención era acercarnos a la Iglesia de Saint-Gimer y así poder ver la ciudadela a lo lejos. Lástima que no pudiéramos llegar más lejos, hasta el Puente Viejo, porque las vistas desde el mismo son espectaculares. En otra ocasión, sin duda repetiremos. 

     








Al volver al interior de la ciudadela, seguimos dando un paseo por la misma, con la intención de buscar un restaurante asequible, ya que al ser tan turística Carcarssone, los precios eran un poco elevados. 

Al final, comimos en la Plaza Marcou, en donde había muchos restaurantes de precio parecido, y nos decantamos por el Bistro Fruit, sobre todo porque los jóvenes del grupo podían comer pizza. 



En el restaurante algunos valientes nos decantamos por probar el famoso Cassoulet, riquísimo, aunque para ser agosto, demasiado potente. 


Volvimos al aparcamiento, despidiéndonos de Carcassone. Precioso lugar, totalmente recomendable. Volveremos, sin duda. 




La leyenda de la Dama Carcas: origen del nombre

Según una tradición, el topónimo Carcassone deriva del nombre de una princesa sarracena protagonista de una anécdota cuya historia, elevada al rango de leyenda, remonta a los tiempos de la ocupación musulmana y del emperador Carlomagno a principios del siglo VIII. Tras ser ocupada por las fuerzas musulmanes que acababan de conquistar el reino visigodo de Hispania y sus posesiones de Septimania, la plaza fuerte de Carcaso se dispuso a afrontar un asedio emprendido por el ejército de Carlomagno que se extendió durante cinco años. Al frente de los caballeros que defendían la ciudad se encontraba la dama Carcas, pues su esposo había resultado muerto. Al sexto año del sitio, las provisiones de alimentos y agua comenzaron a escasear y Carcas ordenó entonces realizar un inventario de los recursos todavía disponibles. La población le presentó como únicos víveres un cerdo y un saco de trigo, pero a pesar de ello la dama Carcas ideó una estratagema, ordenando que se cebara el animal con todo el trigo contenido en el saco y a continuación, que se lanzara al pie de las murallas desde la torre más alta de la fortificación. 

La reacción de Carlomagno y sus tropas ante el espectáculo del animal lleno de trigo que acababade ser desperdiciado fue la de interpretar que los habitantes disponían de víveres en abundancia por lo que cayendo en el engaño y considerando inútil el ataque, dispusieron retirarse poniendo fin al asedio. A la vista del ejército imperial en retirada, Carcas ordenó que se hicieran sonar todas las campanas de la ciudad y fue en ese momento que uno de los hombres de Carlomagno exclamó: ¡Carcas sona! 

Hay una réplica de la dama en el acceso a la ciudadela en la puerta Narbona. 


Horarios: 

Basílica Saint-Nazaire: 9:00 a 18:00

Castillo: 9:30 a 17:00 Precio adulto: 8,50 €

Venta de entradas para el castillo en este enlace





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