La Iglesia de Sant Feliu o de San Félix es una basílica originaria de los primeros tiempos del cristianismo. Era el templo principal de Girona antes de la construcción de la catedral. Se empezó a construir en el siglo XII pero hasta el XVII no se terminó y conserva buena parte del edificio románico, completado más tarde con las naves y las cubiertas góticas y la fachada barroca.
Eminentemente de estilo gótico, el edificio parte de un esquema románico. Es de planta basilical y tiene tres naves separadas por cuatro arcos formeros de medio punto a cada lado de la nave central, sobre la que corre un triforio. La nave central termina en un gran ábside semicircular románico perforado por altos ventanales góticos que dejan pasar la luz al interior.
En su interior en el presbiterio destaca un valioso conjunto de ocho sarcófagos empotrados en los muros y que tradicionalmente se considera que fueron recogidos en el mismo lugar de la iglesia, donde se situaría una antigua necrópolis.
Aloi de Montbrai contrató un grupo con un Santo entierro del que destaca la figura de Cristo muerto, obra situada a mediados del siglo XIV y que se considera que elaboró Jaume Cascalls.
Juan de Tournai ejecutó entre el 1326 y 1328 el Sepulcro de San Narciso, que se conserva todavía en la iglesia. Está formado por la imagen yacente del santo sobre la tapa del sepulcro y de una serie de escenas de su vida en la frontal.
La basílica también acoge en su interior una capilla dedicada al santo antes mencionado, San Narciso (Sant Narcis), conocido como el santo de las moscas por la aparición milagrosa de aquellos insectos que surgieron de su sepulcro que finalmente y según la leyenda, sirvieron para expulsar las tropas francesas durante el sitio del año 1285.
Os dejo algunas fotos más de la basílica, incluida su torre gótica y el retablo mayor.
En su interior en el presbiterio destaca un valioso conjunto de ocho sarcófagos empotrados en los muros y que tradicionalmente se considera que fueron recogidos en el mismo lugar de la iglesia, donde se situaría una antigua necrópolis.
Aloi de Montbrai contrató un grupo con un Santo entierro del que destaca la figura de Cristo muerto, obra situada a mediados del siglo XIV y que se considera que elaboró Jaume Cascalls.
Juan de Tournai ejecutó entre el 1326 y 1328 el Sepulcro de San Narciso, que se conserva todavía en la iglesia. Está formado por la imagen yacente del santo sobre la tapa del sepulcro y de una serie de escenas de su vida en la frontal.
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