Blog Los viajes de Dora Bajo el sol de la Toscana - Día 10 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Bajo el sol de la Toscana - Día 10

Salimos de nuestro hotel Ibis. Habíamos descansando bien después del paseo por Lucca y el viaje hasta el hotel ya en Francia y a pesar del pequeño inconveniente de la puerta, del cual ya os hablamos en la entrada sobre el hotel en el que estuvimos hospedados. 

Tampoco teníamos intención de madrugar mucho, solo unas dos horas y media nos separaban de nuestro siguiente destino: la increíble ciudad medieval amurallada de Carcassone. 

Desayunamos por el camino en uno de esos maravillosos "aires" franceses y llegamos a Carcassone. Aparcamos en uno de los parkings que tienen a la entrada, caros pero no queda otra. O aparcas ahí o te tienes que ir a la parte nueva y teniendo en cuenta que luego nos quedaba llegar al hotel de Girona, no teníamos tiempo para mucho. 

Por fin íbamos a conocer Carcassone y he de decir que para nada nos decepcionó. Tal y como la habíamos imaginado, con mucha gente eso sí, pero con una aire medieval difícil de olvidar. Sin duda, volveremos para descubrir la parte nueva que en esta ocasión no pudimos. 

Situada en la orilla derecha del Aude, la Ciudad Medieval de Carcassone está declarada patrimonio mundial por la UNESCO y es un conjunto medieval único en Europa por su tamaño y su estado de conservación. 

Accedimos a la misma por la Puerta Narbonesa. 




Qué gozada poder volver a comer Macarons en Francia. Mmmmm. Y además gigantes. 


Nos fuimos directos al castillo, no había mucha cola en taquilla pero afortunadamente teníamos las entradas compradas de antemano para una parte del grupo, ya que los estudiantes y los minusválidos con acompañante entraban gratis. 

Impresionante el recorrido por todo el castillo, las almenas, murallas, matacanes, salas.... Más de dos horas y media sintiéndonos como verdaderos guerreros medievales o damiselas. 




     






Cuando terminamos la visita la castillo con sus maravillosas vistas de la ciudad medieval, proseguimos nuestra visita de Carcassone con la catedral de Saint Nazaire. Nos recordó mucho a Notredame de París con sus vidriera y su altísimo interior. 






Tuvimos tiempo incluso de salir por la puerta para llegar a la iglesia de Saint Gimer pero por desgracia estaba cerrada. 




De vuelta a la ciudad medieval, hasta la hora de la comida, nos dedicamos a disfrutar de un paseo por sus calles.






Nos acercamos a la Plaza Marcou porque en ella se congregan gran cantidad de restaurantes y elegimos uno llamado Bistro Fruit, sobre todo porque aparte de un menú económico, tenía opción de tomar pizza. Ya sé que habíamos abandonado Italia y que al lado de sus pizzas, sería un crimen comer de nuevo en Francia lo mismo, pero los chicos querían comerla. Mientras tanto los mayores preferimos comidas típicas como el cassoulet o butifarra. La verdad es que comimos bien y no muy caro para estar en una ciudad tan turística como Carcassone. 





Terminamos nuestro paseo por Carcassone, volvimos al coche y nos dirigimos a Girona pero por desgracia por el camino nos pilló un atasco importante, así que cuando quisimos llegar al hotel, ya era tarde para dirigirnos a la playa. Descansamos un poco, nos acercamos al centro comercial cercano al hotel, tuvimos algún que otro problema con un móvil olvidado, que afortunadamente se quedó en susto y nos fuimos a descansar. 

Al día siguiente nos esperaba Girona y la despedida de este viaje. 

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