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Visita a Santillana del Mar

Esta villa medieval de empedradas calles está calificada como Conjunto Histórico Artístico y es, desde hace décadas, uno de los centros culturales y turísticos más conocidos de Cantabria.

Desde la Edad Media, Santillana del Mar ha sido uno de los núcleos más importantes de la región, tanto que fue la capital de las Asturias de Santillana, una de las merindades que conformaban la actual Cantabria, aunque la presencia humana en el lugar ya dejó su impronta artística miles de años antes en la cueva de Altamira, a escasos dos kilómetros del centro del pueblo.

La villa se estructura en torno a varios centros de funciones muy definidas. La plaza de las Arenas presidida por el palacio de Verlarde; la de la Colegiata; la Plaza de Ramón Pelayo, que fue originalmente la plaza del Mercado, presidida por las Torres del Merino y de Don Borja, así como la Casa Consistorial, y el área de los conventos de Regina Coeli y de San Ildefonso.

Santillana cuenta con un patrimonio arquitectónico extraordinario. Dentro de la arquitectura religiosa destaca la Colegiata de Santa Juliana, en torno a la que se desarrolló la villa. Hacia los siglos VIII y IX se fundó un primer monasterio que acogió las reliquias de Santa Juliana de donde deriva el nombre de Santillana.

Por lo que se refiere a la arquitectura civil destacan edificios como la Torre de don Borja, la torre del Merino o Torre de los Velarde, ambos del siglo XV. Junto a ellos otras construcciones como la Casa-Palacio de Peredo-Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante, todas del siglo XVIII.

Pero el atractivo de este pueblo no sólo son sus edificios destacables, sino el todo, amalgamado por edificaciones más humildes, todas de época, conformando un entramado urbanístico tradicional que transporta al visitante a otro tiempo.

Después de esta breve introducción sobre la llamada villa de las tres mentiras: pues ni es Santa, ni es llana, ni tiene mar; empezamos a contaros nuestro paseo por la noble Santillana del Mar.

Santillana del Mar es un municipio y una villa de la comunidad autónoma de Cantabria (España). Se encuentra en la costa occidental de Cantabria, comarca de la que es su extremo este.

Para visitar Santillana podéis dejar el coche en cualquiera de los amplios estacionamientos señalizados en los accesos a la villa, justo en el cruce de la carretera general. Eso sí, prepárate para pagar una cantidad y sobre todo de tener que dejarlo más alejado del centro porque Santillana es un caos de circulación sobre todo en verano. Realmente deberían ampliar los estacionamientos para coches porque resulta a veces agobiante.

En nuestro caso como estábamos alojados en la propia Santillana, nos acercamos al centro andando.

Justo en el cruce antes mencionado, se encuentra el convento Regina Coeli de clarisas de clausura, de finales del siglo XVI, que alberga el Museo Diocesano. Contiene un millar de obras, destacando las colecciones de imaginería medieval y barroca en madera policromada, la platería española y colonial, los esmaltes y marfiles y una excelente colección de cristos.

No accedimos a su interior porque no dejaban hacer fotografías en el mismo.


Adentrándonos ya en la villa por la calle de Santo Domingo, encontraremos enseguida a mano izquierda el Palacio de Peredo-Barreda (actual sede de centro cultural de Caja Cantabria).






Y enseguida a mano derecha la Casa de los Villa.


Un poco más adelante, la calle se bifurca. Hacia la izquierda, la calle Juan Infante, flanqueada por pequeñas viviendas de balconadas llenas de flores, desemboca en la Plaza Mayor, uno de los rincones más representativos de la villa.


En la Plaza Mayor de Santillana del Mar encontramos las Casa del Águila y la Parra, delante de las que se levanta la estatua del bisonte de Altamira.






Frente a ambas se encuentra el Parador Gil Blas que ocupa una vieja casa que pertenecía a la familia de los Barreda.


A pocos metros se encuentra el Ayuntamiento, un edificio con una gran balconada de hierro y sobre un soportal con armaduras.




Muy cerca, presidiendo la plaza, está la torre de Don Borja, actualmente sede de la Fundación Santillana, y también la Torre del Merino, "casa fuerte" donde tuvieron su residencia los sucesivos merinos mayores de las Asturias de Santillana.




En el interior de esta torre podemos disfrutar de una exposición sobre la historia de la torre. Precioso el jardín.



















     


Y la Torre del Merino.


Saliendo de la Plaza Mayor junto a la Torre del Merino, continuaremos por una estrecha rúa que desemboca perpendicularmente en la confluencia de las calles Carrera y Cantón.

En la primera, a nuestra derecha, se levanta la Torre de Velarde, del siglo XV.


Y a nuestra izquierda, en dirección hacia la colegiata, por la calle Cantón, pasaremos ante el Palacio de Valdivieso del siglo XVIII, hoy un hotel.


A ambos lados de la calle, una de las más concurridas de la villa se levantan numerosas viviendas típicas del pueblo hasta llegar a la casa de Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana de finales del siglo XV.


Junto a ella está la Casa de Los Hombrones, adornada con un poderoso escudo con las armas de los Villa.




La calle, que a partir de aquí se denomina del Río, desciende hacia un pintoresco abrevadero, a la derecha del cual se encuentran las casas de los Cossío y los Quevedo, finales del siglo XVII, frente a ellas la Casa de Margarita de Austria.







Cerrando toda la plaza se encuentra la hermosa Colegiata románica de Santa Juliana, donde evidentemente entramos para admirar su interior así como su impresionante claustro.






Por último, tras la Colegiata, se encuentra la Plaza de las Arenas, cuyo edificio más notable es el Palacio de los Velarde.


Sin duda, uno de los Pueblos más bonitos de España.

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