Crestfield Hotel en Londres

Para nuestro viaje de agosto 2015 a Londres, el segundo en dos años, nos decantamos por un hotel de menor categoría que el del año anterior y por tanto, más económico. Eso sí, una de los requisitos fundamentales del hotel era su ubicación, y sin duda, el Crestfield Hotel ha cumplido con creces esa premisa.

Situado a escasos metros de la estación de King's Cross / St. Pancras International con acceso a más de tres líneas de metro y en la zona 1. Además, en los alrededores podríamos encontrar supermercados abiertos incluso 24 horas, Starbucks, Pret a Manger, Burguer King, McDonalds, así como restaurantes de comida rápida de todo tipo, mención aparte a la locura de tiendas de la estación de King's Cross y por supuesto su tienda de Harry Potter. 

A pesar del tráfico de la calle principal, nuestro hotel estaba situado en una paralela con lo que era bastante tranquilo, lo cual es de agradecer cuando llevas más de 12 horas seguidas pateando la ciudad.

A nuestra llegada al hotel, dejamos las maletas en una pequeña sala destinada a ello (luggage room) y Andrea, en recepción, nos atendió con una preciosa sonrisa. A destacar su amabilidad y su español. Me gustó el hecho de que no nos obligaran a pagar en ese momento, sino en el penúltimo día para así poder aprovechar al máximo el mismo.

En la planta baja el hotel disponía de una pequeña sala de relax con un sofá, la recepción, un bar y un cuarto de baño. También tenía un patio para tomarte algo.

   

Por las fotos puede parecer no muy lujoso, pero en realidad es lo que encuentras en la mayoría de los hoteles de Londres, y en esta zona común no es donde descansas, y nuestra intención era solo llegar al hotel a ducharnos y dormir.

El desayuno se servía de 7:00 a 9:30 en un sala ubicada en la planta semisótano.

Esta vez no era desayuno inglés, pero con lo que había a tu disposición, ya ibas bien alimentado para aguantar la mañana.

Cereales de diferentes tipos, yogur, fruta fresca, pan, tostadas, huevos duros, jamón york, queso en lonchas, café o té, zumos de sabores, y macedonia.

Estuvimos hospedados en una habitación familiar, con una cama de matrimonio y dos pequeñas para los niños. También había un armario descubierto y dos ventanales, con lo que había bastante claridad en la habitación, también a primera hora de la mañana, , y un cuarto de baño recién reformado. A pesar de lo simple de la habitación, era lo suficientemente espaciosa para no tener sensación de agobio, quizás, lo más pequeño era el cuarto de baño.

    

Y muy importante, la conexión wifi funcionaba perfectamente.

Un último comentario, el hotel está siendo reformado, y afortunadamente nos hospedaron en habitaciones reformadas. Y no tiene ascensor, como ya sabíamos, así que tenedlo en cuenta a la hora de pedir habitación.

En general, el hotel superó nuestras expectativas. A destacar muy positivamente la ubicación y la amabilidad de todo el personal, tanto en recepción como en los desayunos. La verdad es que no nos importaría repetir en este hotel en alguno de nuestros próximos viajes a Londres, porque habrá alguno más, sin duda.