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Visita a La Adrada

Pertenece al poco numeroso grupo de villas antiguas cuya condición de villazgo es anterior a Felipe II.

La primera noticia documentada con referencia a La Adrada es de 1274. Se trata de la cesión que el Concejo de Ávila hace al Concejo de La Adrada, para que colonice la zona denominada Dehesa de la Avellaneda. Tras la reconquista, la zona sur de Gredos,  y por ende La Adrada, fue repoblada, bajo la forma de repoblación concejil. De dicha repoblación se encarga Ávila. Los nuevos colonos procedían, lógicamente de la España cristiana gallegos, toreses, burgaleses, etc.

Tras la repoblación, la hoy Villa recibiría una serie de privilegios. El primero de ellos data de 1305, confirmado por el Rey Fernando IV; en él la corona se compromete a proteger a los adranenses de las incursiones y corrimientos de mojones llevados a término por los convecinos de Cadalso y Escalona.

El segundo privilegio es el otorgado por el mismo monarca Fernando IV en 1309; en él la corona acoge el pueblo de La Adrada bajo su protección y le da cierta autonomía respecto al Concejo de Ávila. De otra parte, el Rey reafirmaba su autoridad frente al Concejo.

El tercero y más importante, y trascendente para La Adrada, es el otorgado por el monarca Enrique III de Trastámara, apodado El Dolinte, dado en Madrid el 14 de Octubre de 1393, ya que por él La Adrada obtiene el villazgo y todo lo que condición implica en lo tocante a tributos, administración, gobierno, comercio, ferias, etc. A la nueva Villa se le otorgan ordenanzas municipales que serán como las de Flores de Ávila.

La Adrada pasaría a ser administrada por el condestable Dávalos, Juan II se le daría a Don Álvaro de Luna, Enrique IV a don Beltránd de la Cueva, quien establecería un mayorazgo, que daría lugar al marquesado de La Adrada; posteriormente título y posesiones se separarían. Finalmente, los Montijo y por tanto La Casa de Alba, tuvieron que ver con la Villa.

Testigos del paso de los siglos, el castillo y de prosperidad y laboriosidad, la iglesia, y los restos de numerosos molinos, fábricas de papel y batanes.

En la actualidad, el patrimonio más importante que realmente ofrece La Adrada es su riquísimo medio ambiente, resultado de su ubicación geográfica y clima.

Situación


La villa de La Adrada se encuentra situada en el vértice sur-oriental de la provincia de Ávila, en la cabecera del Valle del Tiétar.

Así que aprovechado un día de descanso laboral, nos acercamos a la Villa de La Adrada, principalmente para visitar su castillo, que nos pareció de los mejores que hemos visitado. Os venís?
El Castillo de La Adrada


Situado en el cerro de El Torrejón, dominando el Alto Tiétar, se yergue orgulloso el Castillo de La Adrada.




Construido por el Condestable Dávalos entre los siglos XIV-XV, utiliza como núcleo central una antigua iglesia del siglo XIII, que años o siglos después fue sometida a un intenso programa de fortificación para convertirla en una fortaleza. Su barbacana o muralla exterior jalonada con cubos circulares, precedida de un foso que rodea todo el recinto, su imponente torre homenaje, y su singular torre avanzada o albarrana que alberga en su interior una mazmorra, su cubo artillero y sus troneras de palo y orbe y su aljibe integrado en el patio de Palacio, la convierten en una de las mejores muestras de arquitectura militar de la provincia de Ávila.



  





























En la actualidad, la zona palaciega alberga el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar que nos ofrece una visita de interés cultural y turístico, amena y didáctica al mismo tiempo.










La Plaza

Antiguo centro geográfico y cívico del pueblo, en ella se cruza las calles de La Feria y la Calle Larga. En esta última podemos observar uno de los motivos más característicos y típicos del pueblo - Las Escalerillas.

Consta de una fuente del siglo XIX en el centro, sirvió de tribunal en sus antiquísimas gradas, fue mercado, cine al aire libre, corral de comedias, plaza de toros y lugar de tertulias.





  


En la Plaza de la Villa se encuentra el Ayuntamiento, consta de una fachada sencilla y pétrea, una pequeña torre con reloj y un gran balcón de piedra.


Iglesia Parroquial de San Salvador

De estilo herreriano, fue construida bajo la dirección de Pedro de Tolosa en el siglo XVI, sobre la anterior iglesia del siglo XIV. Está dedicada a El Salvador.

De grandes dimensiones, está ubicado en un recinto cercado en su mayor parte por un muro de sillares destinado en tiempo a cementerio.

Tiene una sola nave dividida en tres tramos por arcos de piedra de medio punto, con capillas laterales.

Desafortunadamente, se encontraba cerrada y no pudimos pasar a visitar su interior. Posiblemente sólo abran en horario de culto.




La Ermita de Nuestra Señora de la Yedra

Esta ermita está edificada según la tradición, sobre las ruinas cubiertas de Yedra, donde María se apareció al buen sacristán desplazado de Burgohondo.

La primera noticia histórica que tenemos de la ermita es de 1612.

El edificio actual dista mucho del primitivo, ya que a lo largo de los años ha sufrido reedificaciones y reformas.






La Casa del Tío Talis

Su construcción data de 1783. Situada al comienzo de la calle de La Feria, en la Plaza de la Villa, hace chaflán y divide esta calle en dos. Sobre sus muros de mampostería se levanta y retranqueo de adobe y maderamen sobre el que descansa el tejado. El mejor ejemplo de arquitectura popular en el pueblo.


Y con esto, se terminó nuestra visita a La Adrada. Espero que os haya gustado. cheerscheers

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