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Visita a Luarca

Luarca está situado en la costa occidental asturiana, sus 352,63 km2 lo convierten en uno de los concejos más extensos de la región.

La mar, el río, la montaña, tres palabras y tres símbolos que definen al muy antiguo y noble concejo de Luarca. Tierra ésta de contrastes, por su variada geografía y sus modos de vida. En pocos lugares de Asturias puede el visitante recrearse con un paisaje de belleza tan cambiante; y en este encanto natural, unido a la tradicional hospitalidad de sus gentes y al ambiente abierto y festivo, han convertido a Luarca en un enclave turístico de primer orden, cuya fama y prestigio transciende más allá de las propias fronteras del Principado.

Distribuido su territorio en 15 parroquias, que albergan una población próxima a los 17.000 habitantes, se extiende entre los ríos Barayo y Cabo, que lo delimitan por la costa, y penetra hacia el interior hasta Tineo y Villayón, concejos con los que comparte las zonas altas, aposento tradicional de los vaqueiros de alzada, grupo humano depositario de una cultura y folklore ancestrales.

Una autopista y dos carreteras nacionales acercan el municipio a la zona central asturiana: La A-8; la N-632, conocida como “carretera de la costa”; y la N-634, siendo también esta última su comunicación con Galicia. Soberbios viaductos jalonan el trazado costero de ambas carreteras, acortando considerablemente las distancias.

Nuestro paseo por Luarca empezó en el parking La Curtidora, gracias a San Google, bien situado a escasos cinco minutos del centro de Luarca y gratis, aparentemente está abandonado pero el caso es que había bastantes coches dentro.

  

Nos dirigimos hacia el centro de la localidad siguiendo el curso del río Negro, y descubrimos un edificio palaciego rodeado de un jardín que curiosamente actualmente es la sede de la Tesorería General de la Seguridad Social, casa de Indianos denominada Villa Tarsilla que pudimos contemplar en su exterior.



       



Decir que por la localidad de Luarca te puedes encontrar impresionantes casas de indianos como la Villa Rosario o la Villa Excelsior. 
De ahí a la Plaza de los Pachorros para llegar a la Plaza de Alfonso X el Sabio donde se encuentra el Ayuntamiento que por desgracia estaba en obras, todo con andamios, aún así podemos ver su belleza. Del año 1912, obra de Manuel del Busto.














Cruzamos otra vez el río para dirigirnos a la Plaza de la Constitución y al centro de Luarca, y de allí llegamos a la Iglesia de Santa Eulalia. La iglesia Parroquial de Santa Eulalia, en Luarca, tiene un origen medieval. Existen pruebas documentales de su existencia fechadas en la primera mitad del siglo XII. De la primitiva construcción no queda nada, al destruirse por completo para levantar el actual templo entre 1873 y 1879.

Presenta planta rectangular. Dentro, acoge tres naves -la central más ancha que las laterales- , que se cubren con bóvedas de arista, al igual que el ábside. En el crucero la nave central culmina en cúpula sobre pechinas que no sobresale en cubierta, aunque así lo hace la linterna. Existe tribuna a sus pies.











  

  


Dirigiéndonos hacia el puerto marítimo, vimos el llamado Puente del Beso que te lleva al Barrio de la Pescadería. Este puente recibe ese nombre por una leyenda que os dejo:

En la edad media, los mares estaban dominados por piratas. Uno de los más famosos y podereosos piratas que asolaban a los viajeros españoloes se llamaba Cambaral.

Era el terror de los pasajeros no solo porque se apoderaba de las naves y robaba sus valiosas pertenencias sino, porque concluía su labor, torturándolos y finalmente asesinandolos. Raptaba a las bellas doncelas para después traficar con ellas en los mercados. Muchas veces el gobierno tomó carta en el asunto, envió poderosas naves de guerra para capturarlo.

Pero fue inútil porque Cambaral los derrotaba a todos. Un noble caballero, llamado hidalgo que vivía junto al mar, indignado con tanto abuso, se propuso capturarlo, proeparo a sus hombres e inició la misión. Luego de una larga y cruenta batalla, Hidalgo venció a Cambaral que quedó herido de gravedad.

Hidalgo, que además de buen guerrero era una persona compasiva, llevo a Cambaral a su casa, para curarlo antes de entregárselo a la justicia.

Cambaral fue atendido en el palacio de Hidalgo por su hija, una bellisima muchacha de la que se enamoró perdidamente. Ambos descubrieron sus sentimientos y decidieron huir para hacer realidad sus sueños de amor y pasión sin que nadie pudiera oponerse a ellos.

La doncella esperó a que su padre se durmiera y luego, se reunió con su amado. El pirata la esperaba. Unieron sus almas en un beso apasionado. Estaban entregados a sus sueños y su pasión. Pero, raramente las historias tienen finales felices y será por eso, o será por lo que será. en ese preciso momento, Hidalgo, los sorprendió. Se sintió traicionado y lleno de ira, con una filosa espada mato a los dos amantes corándoles las cabezas.

Los cuerpos quedaron abrazados fuertemente, y las cabezas rodaron hacia el mar hasta perderse en él.

En su memoria, fue construido en el lugar del incidente un puente al que todos llaman el Puente del Beso. Muchos que en el se encuentran dicen que a la media noche, cuando birlla la luna llena, se escuchan palabras amorosas que provienen del mar. Y que si miramos hacia el horizonte, pueden verse flotanto en el mar dos cabezas unidas por un beso.

Un lugar precioso, sin duda.








Y de allí ya llegamos al Puerto Marítimo con su Paseo del Muelle lleno de restaurantes en donde poder degustar especialidades del mar, y con precios bastante asequibles.

Las vistas de Luarca desde este punto son impresionantes.






















Desde la dársena del puerto, pudimos contemplar la Playa de Luarca.


Y también desde el puerto, se contempla la Capilla de la Atalaya y el cementerio. Una amable señora nos comentó que en esa capilla se casaban los marineros, y curiosamente en el día que visitamos Luarca se podía ver una boda a lo lejos.


Por desgracia, después de comer, ya nos disponíamos de más tiempo para disfrutar paseando por el Barrio de la Pescadería o por el Barrio El Cambaral o acercarnos a la Mesa de Mareantes, pero no nos importaba, sin duda el breve tiempo que pasamos en Luarca nos fue suficiente para considerarla uno de Los Pueblos más bonitos de España.

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