Blog Los viajes de Dora Donde los sueños se hacen realidad - Día 5 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Donde los sueños se hacen realidad - Día 5

Un nuevo día, apenas nos quedaban ya atracciones en las que montar, pero eso en DLP es totalmente secundario, solo con pasear por los distintos lands y admirar la belleza de cada uno ya te sientes feliz y si además te metes en las tiendas (sobre todo Emporium, jejejeje) todo es mucho más mágico. 

El día se ha levantado gris y con frío, mucho frío para ser Julio pero no importa. Antes de las 9:00 de la mañana ya estábamos enfrente del Disneyland Hotel dispuestos a un día completo, no nos iríamos de allí hasta ver Fantillusion, íbamos a pasar más de 12 horas dentro de la magia ¡Qué expectación!


Poca gente a primera hora, supongo que la lluvia hace pensárselo a más de uno, así que directos a Discoveryland, Buzz nos estaba esperando. Y como no, Space Mountain para el mayor y su padres (montaron dos veces seguidas) mientras que el peque y yo en Orbitron, una vuelta más montados a bordo de los cohetes. 



 




Como no eran las 10:00 todavía, decidimos acercarnos a Fantasyland para ver si podíamos repetir en It's a small world, la primera vez que montamos me quedé sin batería en medio de la atracción y esta vez quería grabarla lo mejor posible. Poco más que añadir a mis anteriores comentarios de esta atracción, un imprescindible que bajo ningún concepto te puedes perder. Al salir nos acercamos a donde están las atracciones de Casey JR y la del País de los Cuentos, en las que aún no habíamos montado porque solo abrían a partir de las 15:00. Por desgracia un CM nos informa de que van a estar cerradas hasta el viernes, una pena, ese día ya estaríamos visitando París, una excusa más para volver a Disneyland París. 




     

Nos dimos una vuelta por todo Fantasyland, para mi gusto el land más mágico del parque, cada detalle de cada edificio es simplemente maravilloso. Y de nuevo Peter Pan, todavía el frío y la lluvia seguía haciendo estragos entre los visitantes y nosotros a aprovechar. 

     



Las 10:30 de la mañana y ya habíamos montado en cinco atracciones, no está mal para ser Julio. Así que, ¿a donde vamos niños? Respuesta unánime, a Piratas del Caribe. Por fin el peque no se esconde entre los brazos de su padre, ahí nos podéis ver, en la cuarta fila, David con los brazos levantados y yo gritando, jejeje





Una vuelta por Adventure Isle, unas fotos del Agrabah (habrá que probarlo en nuestro próximo viaje) y al Pasaje de Aladdin, los enanos se lo pasaron en grande disparando a todos los malos, claro, con unas pistolas de Piratas del Caribe que se habían comprado. 


     


Más de las 11:00 de la mañana y decidimos montar en el Molly Brown, no lo habíamos hecho aún porque suele cerrar temprano, sobre las 19:00 y aunque le viaje es una gozada y las vistas alucinantes, no era una atracción prioritaria para nosotros pero afortunadamente ahora habíamos encontrado el momento propicio para ello, así que viajeros al barco. 






Antes de montar en el barco, habíamos reservado en el Lucky Nugget en el propio restaurante, así que después del barco, estuvimos descansando un poco por Frontierland, ya que teníamos la comida a las 12:30. 

Cuarta comida con personajes, algunos eran ya como de la familia. Nos ubicaron en una mesa en la parte de abajo, muy cerca del buffet y al ser temprano, no había mucha sensación de agobio. El buffet también nos gustó bastante sin llegar evidentemente al Inventions o al Brunch del Steakhouse, pero también con mucha variedad,  ensaladas, algo de comida mejicana, nuggets, carne, pizza y sobre todo los famosos postres de Disney. La verdad es que también comimos muy bien y pasaron muchos personajes: Donald, Mickey, Goofy, Tigger y Pluto. 



     

     

Al salir del restaurante, las pilas del enano empezaban a necesitar recargarse, así que nos pidió un carrito para dormir un rato. Una servidora se dirigió a la entrada del parque mientras los chicos con mi marido iban a Critter Corral a hacerse las fotos de rigor con Woody y con Jessie. Además también vieron a Pluto y a Mickey y a Minnie vestidos de vaqueros. 


     



¿Os podéis creer que no me había dado cuenta aún de esta foto? ¿En qué estaría pensado el pequeñajo Rubén al mirar tan atentamente cómo Mickey le firmaba en el libro de autógrafos?


Con el pequeño ya motorizado, nos acercamos de nuevo a Fantasyland, porque sabíamos que Pinocho abría a las 15:00, puesto en la cola un cuarto de hora antes de abrir, entramos en las primeras tandas sin tener que esperar mucho más. 

Se acercaba la hora del espectáculo de Goofy's Summer Camp en el Chaparral Stage, así que de vuelta a Frontierland. Digamos que un 6 sobre 10, espero que en años sucesivos mejoren este espectáculo. 







Después del espectáculo, como hacía frío para ser Julio, nos fuimos dando un paseo a Fantasyland y tomamos un café en Au Chalet de la Marionette. ¡Qué preciosidad de restaurante!. El pequeño se había quedado dormido, pero teníamos que ir a BTM porque antes de comer habíamos cogido unos FP para repetir en la mejor atracción del parque, en nuestra modesta opinión. Como el pequeño estaba en los brazos de Morfeo, entramos primero mi marido con el mayor y luego yo otra vez con el mayor. Cuanto más montaba en esta atracción más me gustaba y menos miedo la tenía. ¡Qué subidón! ¡Alucinante!




¿No refleja esta cara la felicidad absoluta? 

Para entonces, el peque ya se había despertado y claro estando en Frontierland, ¿quién no puede resistirse a volver a montar en Phantom Manor? Solo 10 minutos, para adentro. 



A la salida nos encontramos con estos dos personajes, Gedeon y el Sherrif de Nottingham. 



Se iba acercando la hora de la cena, había que reponer fuerzas para Fantillusion, tenía la intención de ir al Pizza Planet pero estaba cerrado, así que entramos en Café Hyperion. La comida no me gustó mucho la verdad, además mi marido tuvo un incidente. En fin, que fui con diferencia la peor comida de este viaje, pero bueno, de todo se aprende. Al menos los peques estuvieron viendo en el escenario una película antigua de Mickey y estuvieron tranquilos mientras cenaban. Aprovechando que estaban a buen resguardo, volví a la entrada a devolver el carro pues la hora de Fantillusion se estaba acercando y no quería luego agobiarme con donde dejarlo al final de la cabalgata. 

Y más o menos una hora antes de empezar, nos sentamos en el bordillo justo en Central Plaza, al lado del kiosko de palomitas en la entrada de Fronteirland, nuestro lugar mágico para divisar uno de los acontecimientos más espectaculares del parque: Fantillusion, la cabalgata de noche. Impresionante, imposible de olvidar, totalmente mágica. .




De repente las luces se apagaron y las carrozas empezaron a desfilar. No tengo palabras para describirlas, prefiero que las fotos hablen por sí mismas. Se me pone la carne de gallina solo de verlas y recordar ese momento.


     






     

Y el castillo iluminando los sueños e ilusiones de todos los presentes. 


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