Blog Los viajes de Dora Donde los sueños se hacen realidad - Día 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Donde los sueños se hacen realidad - Día 4

Amanecemos un día más en la magia y hoy nos vamos a ir a visitar Walt Disney Studios. Como este parque no tenía Extra Magic Hours, decidimos quedarnos durmiendo un poco más. 

Llegamos sobre las 9:15 y los peques se empeñaron en entrar en Disneyland Park para montar en Buzz, yo me quedé en la tiendas de la entrada haciendo acopio de regalos. Al poco rato, los tres volvieron diciendo que había mucha gente en Buzz y que mejor que nos fuéramos a WDS. Si es que tienen que aprender a hacer caso a mami, jejejeje

Directos a Nemo, unos 35 minutos aunque todavía no habían abierto, pero a lo largo del día fue la única opción de montar porque la cola no bajó de los 90 minutos. El peque fue a la entrada a medirse y oooohhh, una pequeña decepción y unos lloros que enseguida se transformaron en risas porque rápidamente me lo llevé a Cars, una de sus atracciones favoritas y luego a las alfombras de Aladdin. 







Para que la espera no le fuera tan pesada, le metí en Art of Disney Animation, en la parte en la que puedes pintar. Se lo pasó en grande, hasta que recibí una llamada de marido diciéndome que ya estaban fuera y que podíamos hacernos unas fotos con Buzz y con Remy que estaban posando y firmando autógrafos en su photolocation. 

     

Nos acercamos a la T.O.T., la cola no era muy grande pero preferimos montar en Studio Tram Tour. No pudimos coger los FP de la torre, porque nos daban para la hora de la comida, así que los cogimos más tarde y sí, efectivamente, por si os lo estabais preguntando, solo entraron el mayor y mi marido. Yo ya he dejado claro que lo mío no son las emociones fuertes y aunque el pequeño podía entrar por estatura, preferimos que probaran primero los mayores y luego ya veríamos. Tuvimos que esperar en Studio Tram Tour una media hora, pero es que a lo largo del día la cola siempre fue superior a los 45 minutos. Quizá me decepcionó un poco, porque me habían hablado muy bien de ella, pero al menos descansamos en el recorrido. Mejor sentarse más hacia el interior. 








Ya eran casi las 12:00 y teníamos reserva en el Rendez des Stars para las 13:00. Tiempo suficiente para seguir aprovechando el tiempo. Vemos que Cinemagique está abriendo, así que no nos lo pensamos dos veces. Una de las mejores decisiones del día. Espectacular, de visita obligada. 

A la salida vimos que ya daban los FP de la Tower of Terror para las 14:45, así que pensamos que una hora y tres cuartos era suficiente para comer. Un paseo por el parque para comprobar los horarios de Moteurs, de Playhouse Disney y demás espectáculos y nos dimos cuenta de que no nos iba a dar tiempo a ver todo en un solo día así que decidimos que el Jueves nos despediríamos de WDS viendo el espectáculo de Moteurs.

Entramos en el restaurante y nos agradó bastante, la comida muy variada, incluida una paella que no estaba nada mal, y los CM muy amables, les dan a los niños a la entrada una especie de cajita con lapiceros y con tira de papel que se va desenrollando para pintar, al pequeñajo se le ocurrió romper el envoltorio y cuando se dio cuenta de que lo había roto de verdad, se puso a llorar, enseguida se acercó un CM preocupándose por él, le dio otro nuevo e incluso le trajeron unas páginas para pintar, el peque se tranquilizó y dejó de llorar. 

Y de repente apareció la estrella del restaurante Remy y una gran cantidad de niños y no tan niños se acercaron a verle. Primero se pone en el centro y deja que los niños le hagan todo tipo de preguntas y luego se va pasando mesa por mesa, tanto Remy como el chef muy agradables y simpáticos.  




     

Después de haber disfrutado con la presencia de Remy y de haber repuesto las pilas con la comida, vimos que justo enfrente no había mucha cola en Armageddon y aunque no tenía buenas críticas, decidimos montar. Bueno, digamos que no es una atracción para repetir pero no está tan mal, eso sí, al peque le dio bastante miedo y tuvo que estar todo el tiempo en brazos de su padre, el pobre se creía que de verdad nos estaba atacando un meteorito. 

Y llegó el momento de utilizar los FP para T.O.T. Los dos valientes disfrutaron de lo grande, más David que el mayor, jejeje, imprescindible para los amantes de las emociones fuertes. 




La niña del fondo a la derecha no parece estar divirtiéndose mucho. Pobre. 

Unos cuantos gritos después al lado del photolocation de Sully (al que por desgracia no vimos), compras y más compras y la hora de Playhouse Disney. En la época en la que fuimos había tres pases en español, más que en francés y en inglés que solo eran dos de cada. El pre-show muy divertido. Te sientas en el suelo pero no importa. El peque salió emocionadísimo, ideal para niños pequeños. 







El espectáculo dura una media hora y vuestros enanos saldrán alucinados. Os lo aseguro. 

Después fuimos a Art of Imagination en donde te cuenta cómo seleccionan a los personajes de una película y cómo los convierten en dibujos animados. Gracioso. 

Al salir vimos que iba a empezar la cabalgata de los coches, así que nos hicimos un hueco y pudimos ver algunos de los coches pero no todos. 

     



Justo cuando íbamos a salir del parque para dirigirnos a DLP, vimos en los carteles donde anuncian las colas que Rock Roll Coaster ya estaba en funcionamiento (llevaba todo el día en revisión) y enseguida salieron David y su padre disparados a cual más veloz porque lógicamente solo había 5 minutos de cola. 



De vuelta a Disneyland Park, decidimos volver a Frontierland para ver si podíamos montar en Phantom Manor o en BTM, pero justo antes de entrar nos encontramos con Pinocho y con Chip.

     

En todas las atracciones había mucha cola y como teníamos reserva a las 20:00 para Café Mickey, desistimos en nuestra primera idea. Lo que sí hicimos fue dar una vuelta por el cementerio y por todo el land, porque hay que recordar que Disneyland no es solo un parque de atracciones o de espectáculos, cada escenario está puesto en un determinado land por una razón, y la tematización sin duda es uno de sus puntos fuertes. 




De repente empezó a llover de verdad, no a chispear, a caer una tromba de agua, así que os podéis imaginar cómo llegamos al restaurante, empapados pero daba igual, nada podía quitarnos la sonrisa de la cara.

Habíamos elegido el Café Mickey por las opiniones y la verdad es que nos encantó. Un ambiente muy distendido con muchos personajes, una comida estupenda y un precio bastante apropiado. Los pequeños pidieron el menú de niños, el mayor las albóndigas con la pasta y el pequeño nuggets con patatas. Nosotros pedimos una ensalada César (buenísima) y una pizza hawaiana. Los postres también buenísimos y los niños se pusieron ciegos de chuches pues hay un buffet para ellos. 




Por allí pasaron un montón de personajes: Genie, Mickey, Igor, Rafiki, Chip y Tigger. Fue muy divertido y sin duda nos fuimos con la idea de repetir en algún otro viaje. Además a los enanos les dieron un montón de regalos: pinturas, vasos, pasatiempos... 

     

     

  


Viendo las fotos, no penséis que el pequeño estaba enfadado, es que tuvo que quitarse las zapatillas y los calcetines porque los tenía empapados, por eso no podía levantarse pero todos los personajes lo entendieron y se acercaban a él para que saliera en las fotos. ¡Qué detalle!

Calados hasta los huesos y con los pies mojados, no teníamos más opciones que volver al hotel. De todas formas, aún nos quedaban dos días para seguir disfrutando. Y vaya que lo hicimos porque al día siguiente nos esperaba Fantillusion. 

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