Blog Los viajes de Dora Donde los sueños se hacen realidad - Día 1 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Donde los sueños se hacen realidad - Día 1

Julio de 2009. A punto de entrar en un sueño del que aún no hemos despertado. Íbamos a descubrir la magia, el lugar más mágico del mundo, Disneyland París, donde los sueños se hacen realidad. 

Meses antes había empezado a planificar el viaje minuciosamente, reservando en la famosa Semana Mágica más o menos por el mes de febrero y buscando información sobre restaurantes, atracciones, espectáculos, pero sobre todo leyendo reviews de otras personas que hablaban de la magia. ¿Qué sería eso de la magia? ¿Acabaría picándonos a nosotros también ese bichito?

Y así llegó el primer día, y entonces comprendí qué era la magia y la vi en lo más importante de mi vida, en el brillo de los ojos de mis dos hijos en las cabalgatas, en los espectáculos, con los personajes, en sus risas y gritos montando en las atracciones, en resumen, vi cómo la magia entraba en nuestros corazones de tal manera que forma parte de nuestras vidas desde entonces. 

Estuvimos hospedados en el hotel Davy Crockett, desgraciadamente no tuvimos suerte con las cabañas que nos adjudicaron, muy deterioradas y muy mejorables. Lo mejor del hotel la piscina con diferencia, grande, con tobogán, jacuzzi y una pequeña zona con corrientes para delicia de los pequeños y no tan pequeños. De la misma disfrutamos el primer día nada más hacer el check-in antes de acercarnos al hotel Disneyland, en donde habíamos reservado la cena buffet del Inventions con personajes para hacer nuestra entrada en la magia por la puerta grande. 

Con los nervios, llegamos un poco tarde, y no sabíamos muy bien donde estaba la entrada al hotel, jejeje. Nos sentaron en una pequeña salita a la entrada, muy acogedora y tranquila con un camarero muy amable. 

El buffet espectacular, langostinos, cigalas, carne, pescado, pasta, todo tipo de entrantes y ensaladas, embutidos, postres, chuches. No sabíamos ni por dónde empezar porque todo tenía una pinta exquisita, constantemente reponiendo y muy atentos a cualquier duda que pudieras tener sobre la comida. 

Y entonces la magia empezó a apoderarse de nosotros, mi hijo mayor saliendo disparado al pasillo en busca de personajes y no perdiéndose su autógrafo ni la foto de rigor, mi hijo pequeño alucinado con una sonrisa de oreja a oreja, mi marido bromeando con Genie, y con Chop. Y yo, intentando frenar la emoción para no soltar alguna lagrimilla. 

Por allí pasaron Donald, Tigger, Chip y Chop, Minnie, Genie, Igor, Pluto. Estuvimos cenando más de dos horas, sin para de comer, de reír y de disfrutar. 


     

     

     

     

Con una sonrisa en los labios y con el libro de autógrafos en la mano, volvimos al hotel a descansar. Nos esperaba un día emocionante y había que dormir todo lo que pudiéramos si es que la emoción nos dejaba. 


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