Blog Los viajes de Dora SIGUIENDO LOS PASOS DE LA FAMILIA TRAPP EN SALZBURGO - DÍA 2 ~ LOS VIAJES DE DORA
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SIGUIENDO LOS PASOS DE LA FAMILIA TRAPP EN SALZBURGO - DÍA 2

Empezamos el día temprano bajando a desayunar a primera hora, concretamente las 7 de la mañana. Para el día de hoy tenemos muchos planes y muchos monumentos que visitar así que no hay tiempo que perder. Además, antes de empezar el planning por Salzburgo, tenemos que acercarnos al Palacio Mirabell y sus jardines porque en el interior del mismo se pueden ver la escalera de los Ángeles y la sala de Mármol pero en un horario reducido que empieza a las 8 de la mañana, así que después de un desayuno correcto en el hotel, nos dirigimos al palacio para llegar cuanto antes y poder disfrutar de su interior sin aglomeraciones. 


En unos quince minutos más o menos llegamos a los jardines desde el hotel. En este ocasión recorremos la calle Rupertgasse y después Schrannengasse hasta el palacio. Por el camino nos encontramos con la iglesia católica Andrakirche pero se encuentra cerrada de momento. 



Entrar en los jardines de Mirabell por la misma puerta por la que salía Julie Andrews cantando en "Sonrisas y Lágrimas" es una sensación difícil de explicar. He de reconocer que no es que sea una de mis películas favoritas pero los pelos se ponen de punta cuando recuerdas la escena. 










Esta fuente es la de Pegaso, obra de Kaspar Gras de Innsbruck instalada en 1913. 

Como ya os había contado, lo primero que hicimos fue acceder al interior del palacio donde actualmente solo se puede visitar la escalera de los ángeles y la sala de Mármol. Hoy en día este espacio se utiliza para conciertos y para bodas, conferencias y homenajes. En él llegó a tocar Mozart y su padre. 









Supongo que con las fotos os habrá quedado claro por qué la escalera se llama de los "ángeles". 

Por lo que respecta a los jardines, decir que se rediseñaron bajo el arzobispo Johann Ernst von Thun. Aparte de la fuente de Pegaso, hay otra fuente con cuatro figuras que simbolizan los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua así como el llamado "Jardín de los enano" que tenía 28 enanitos de mármol blanco. También se puede visitar la Orangerie pero nosotros no lo hicimos puesto que queríamos llegar a la fortaleza lo más pronto posible. 











Volvimos a cruzar el puente de los candados para comprobar que el nuestro continuaba allí y efectivamente, así era. 




Desde los jardines hasta la fortaleza de Hohensalzburg aún nos quedaban otros 20 minutos más de camino pasando por todos los lugares que habíamos visitado el día anterior. La casa de Mozart, la plaza de Mozart, Residenzplatz, y por último Kapitelplatz antes de llegar a la calle Festungsgasse donde se encuentra el acceso al funicular que te lleva a la fortaleza de Hohensalzburg. También puedes subir andando pero con la Salzburg Card tienes incluido el funicular y el acceso a la fortaleza. 






En unos pocos minutos llegas arriba y accedes al interior de la fortaleza. En la página oficial de Salzburgo tenéis toda la información sobre las diferentes entradas y qué incluye cada una. Con la Salzburgo Card tienes acceso a la entrada básica más el funicular que incluye los patios, baluartes, la capilla, la visita panorámica, el Museo de la Fortaleza, el Museo del Regimiento Rainer, el Museo de las Marionetas y la armería. Pero si llegas antes de las 11 de la mañana, también puedes acceder a las Habitaciones principescas (que sin duda es de lo más interesante en la fortaleza) y al teatro mágico. Nosotros llegamos pronto y por ello tuvimos acceso a todo lo que se incluye en la entrada Todo Incluido. Os aconsejamos madrugar un poco para poder hacerlo así. 

La fortaleza fue construida en 1077. En el museo de la Fortaleza se muestran objetos históricos de la vida en la corte, la armería está dedicada a las armas y armaduras, Las salas principescas están formadas por la Sala del Príncipe, el Cuarto Dorado y la Sala Dorada (lo mejor de la fortaleza). También está el teatro mágico y por último se recorre toda la fortaleza con unas impresionantes vistas panorámicas de la ciudad. Aparte de esto, y de las salas principescas, lo que más nos gustó fue el Teatro de Marionetas. Os dejo algunas fotos de cada lugar. 

























Como podéis ver, las vistas panorámicas impresionantes y también el calor así que decidimos descansar un rato disfrutando de Salzburgo a nuestros pies en la cafetería de la fortaleza probando un Ice Café. 


Una vez volvimos a bajar de la fortaleza al centro, continuamos nuestro recorrido por la ciudad. Ya que nos encontrábamos cerca de la Abadía de Nonnberg, decidimos dirigirnos hacia ella pues por su horario podría ser difícil ir en otro momento. 



En 1009 se construyó una basílica románica en este mismo lugar consagrada a la Santa Madre de Dios. Posteriormente la abadía destaca por sus elementos góticos y por sus pinturas murales. También es conocida porque en ella Julie Andrews canta María en la película "Sonrisas y Lágrimas". 






Volviendo ya al centro, empezamos nuestra visita por la casa en la que había nacido Mozart por evitar posibles colas. La verdad es que sí había ya mucha gente por las calles paseando y dentro de la casa pero colas como tal no. La casa natal de Mozart está situada en el número 9 de la famosa calle Getreidegasse donde el compositor pasó su infancia y juventud hasta que se trasladaron en 1773 a la Residencia de Mozart en la plaza Makartplatz. 

La entrada es bastante cara: 12 euros pero está incluida en la Salzburgo Card. De hecho nosotros fuimos por eso mismo. En la misma puedes ver exposiciones con diferentes objetos pertenecientes al compositor. 












Una vez que terminamos la visita a la casa Natal de Mozart, nos acercamos antes de comer a la residencia pero por desgracia estaba cerrada al público con lo que desistimos de verla, pues ya teníamos planes para toda la tarde y para el día siguiente (los días que nos quedaban de la Salzburgo Card) y desde luego no estábamos dispuestos a pagar 12 euros por verla, ya que la casa natal nos desilusionó un poco. 


Para entonces ya se nos había hecho la hora de comer, llevábamos muchas horas despiertos sin parar y muchos kilómetros ya en nuestros pies, nos merecíamos un descanso. Para el día de hoy, decidimos probar uno de esos restaurantes que en Internet te aconsejan aunque el precio fuera algo elevado: el Goldene Kugel, en plena calle Getreidegasse, así podríamos probar auténtica comida bávara. 






Para comer y teniendo en cuenta los precios, preferimos ir a lo seguro así que los dos nos decantamos por el Schnitzel de ternera con ensalada de patata y arándanos. Riquísimo y muy tierno. Para que os hagáis una idea de los precios, este plato costaba en torno a los 25 euros a lo que sumamos la Radler que nos tomamos. 


Con respecto a otros Schnitzel que probamos, este sin duda estaba mucho mejor y sobre todo más tierno, se notaba que era de ternera y no de cerdo. 

Seguimos nuestro recorrido por Salzburgo entrando en la catedral (anteriormente por la mañana lo habíamos intentado pero había un  concierto y hasta la tarde no pudimos acceder a su interior). Con la Salzburgo Card tienes que pagar una cantidad de 3,5 euros por persona. 

De estilo barroco del siglo XVII, sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial. En su interior destaca el órgano así como la pila bautismal en la que fue bautizado Mozart. 






El día nos estaba saliendo perfecto, según el planning, así que aún nos quedaba por delante unas cuantas horas antes de que los monumentos fueran cerrando. En la Residenzplatz accedimos al interior del Domquartier, un edificio que alberga cuatro museos de unos 15.500 metros cuadrados. 

El punto de partida son las habitaciones barrocas de la Antigua Residencia. En la primera planta la Galería de la Residencia con retratos de pintores europeos y la terraza de la catedral. Posteriormente, se accede a las habitaciones del Oratorio Norte de la Catedral, a continuación admiraremos el interior de la catedral desde la tribuna del órgano; mientras que el Oratorio Sur de la Catedral es el Museo de la misma con obras de arte desde el gótico hasta el barroco. Por último, el Gabinete de Curiosidades, la larga galería para finalizar en el Museo de San Pedro. 

Reservad aproximadamente unas dos horas para todo el conjunto arquitectónico. Os dejo unas cuantas fotos de cada zona. 















Los museos del Domquartier nos parecieron interesantes pero la verdad es que si volviéramos a Salzburgo, no entraríamos de nuevo. Aparte de la zona residencial con las habitaciones reales, es un museo de arte sacro y de pintura que no es de mi agrado total. Pero como estaba incluido en la Salzburgo Card, aprovechamos la situación. 

Después de esta visita, nos dimos un paseo por otra de las calles más conocidas de la ciudad, Goldgasse para dirigirnos de nuevo al Monasterio de San Pedro, a ver si esta vez no había misa y así podíamos entrar y dar una vuelta por la iglesia. 





Entramos en una heladería de la calle regentada por dos simpáticas argentinas, por cierto, riquísimo el helado, ideal para soportar los calores de Salzburgo. 

Antes de llegar a la iglesia de San Pedro, hicimos una breve parada en la panadería más antigua de la ciudad del siglo XII, Stiffsbäckerei San Peter donde nos compramos un pan pequeño que vendían. 






Esta vez sí tuvimos suerte y pudimos acceder al interior de la iglesia de San Pedro. 




Y para terminar el día de visita turística por Salzburgo, a subir a la iglesia de los Capuchinos por una cuesta bastante pronunciada. Así podríamos disfrutar de nuevo de toda la ciudad a nuestros pies pero por desgracia el sol nos cegaba así que nos quedamos con las vistas desde Monchsberg del día anterior. 







Una buena manera de bajar el helado y el pan y toda la comida del día, desde luego. Vamos a descansar un poco al lado de Mozart que nos lo merecemos. 




La subida nos dejó agotados así que decidimos volver al hotel por la calle Linzergasse y por el camino nos sentamos a cenar en una terraza de un restaurante italiano, había que aprovechar el buen tiempo con el que Salzburgo nos estaba recibiendo. Unos spaghetti y directos a dormir, al día siguiente teníamos muchos planes por llevar a cabo. 




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