Blog Los viajes de Dora Hotel Vila Gale Évora en Évora (Portugal) ~ LOS VIAJES DE DORA
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Hotel Vila Gale Évora en Évora (Portugal)

Para nuestra escapada corta de Semana Santa de 2022 elegimos un destino en tierras portuguesas, Évora para así poder conocer por fin la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad y de paso algunos de los rincones y pueblos cercanos a la ciudad. 

Y para hospedarnos, elegimos el Hotel Vila Gale Évora de 4 estrellas situado extramuros pero bastante cerca del centro de la ciudad, en la Avenida Tulio Espanca (una zona industrial) a un poco más de 10 minutos de la ciudad. La verdad es que preferíamos un alojamiento en esa zona para poder tener aparcamiento gratuito (que efectivamente había sin problema por la zona) y así no tener que callejear por la ciudad. 

El hotel por fuera tiene una construcción moderna, así como el hall en donde se ubica también el restaurante (algo que no nos gustó mucho) y unas pocos sofás y mesas para tomar algo así como la recepción. Todo muy espacioso pero con el defecto del restaurante incluido en el hall. 










No tuvimos ningún problema en el check-in, nos explicaron cómo funcionaba el spa y dejamos las maletas porque la habitación aún no estaba limpia (nos avisaron sobre las 2 de que ya estaba pero no volvimos al hotel hasta que no terminamos la visita por la ciudad). Hay que reservar el spa, algo que luego más tarde nos pareció innecesario porque la piscina estaba llena de muchas familias con niños, con lo que tuvimos problemas para encontrar hamacas libres. 

Al lado de la piscina también hay un gimnasio con unas pocas máquinas. 





El hotel también tiene piscina en verano pero lógicamente en estas fechas estaba cerrada. Si queréis ver fotos de la misma, visitad su página web en este enlace.

Habíamos reservado una habitación doble con Media Pensión (que incluía el desayuno y la cena). 

La habitación espaciosa con dos camas no muy grandes (de unos 90 cm), televisión LED, caja fuerte, nevera con bebidas, y un amplio armario. 







El desayuno y la cena se llevaban a cabo en el restaurante del que os he hablado, al lado de recepción. También había que reservar hora cuando hicimos el check-in aunque luego algún día llegamos antes de la hora y si había sitio, no había problemas en entrar. 

El desayuno estuvo correcto con show-cooking (tortitas y huevos fritos y posiblemente también tortillas), de caliente bacon, huevos revueltos, judías, salchichas y champiñones. También había embutido, bollos, pan, para hacerte tostadas, cereales, zumos, y café (aunque el capuchino sabía a chocolate). 











Sin ser espectacular, el desayuno estaba bastante correcto y variado. Por otro lado, la cena no fue de nuestro gusto pues había muy poca variedad y algunos de los platos estaban muy especiados y fuertes para cenar. 


















Como podéis ver en las fotos siempre había ensalada de entrante (con lechuga, tomate, aceitunas entre otras cosas para prepararla tú) y distintos tipos de entrantes como volovanes, diversas ensaladas (de atún, de pimientos, de calabacín, de marisco...), calamares o aros de cebolla, algo de cuchara, y un plato de pasta para los peques, y diferentes tipos de embutido. Después en el showcooking, los dos días te hacían filetes de carne (se habría agradecido algo de verdura a la plancha), y luego había muchas diferentes verduras para acompañar a la carne como zanahorias, espinacas, ratatouille o coliflor), arroz de pato o arroz con bacalao, el famoso bacalao a la brás o por ejemplo carne en salsa (que estaba algo fuerte). 

De postre había natillas, un postre especial que probé en uno de los restaurantes que era parecido en el sabor a las yemas de Santa Teresa, mousse de chocolate, un bizcocho y lo mejor la fruta (sobre todo la naranja que estaba muy dulce).





Echamos en falta algo más de variedad sobre todo en los platos calientes ya que en el showcooking solo había los filetes de carne. 


En general el hotel no estuvo a la altura de sus estrellas, sobre todo por la piscina y spa que estaba abarrotada y cuando fuimos (solo uno de los días) nos dijeron que no tenían toallas libres (ni tampoco hamacas). Deberían controlar un poco más la asistencia porque se llenaba enseguida y había mucho jaleo y mucha gente, tanta que el agua desbordaba y se hacía muy peligroso el andar por los alrededores de la piscina. La cena mejorable sobre todo en la variedad y la comida un poco especial (agradecimos que  los chicos no nos hubieran acompañado). De nota final: un 7. 



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