Blog Los viajes de Dora ÉVORA - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - DÍA 2 ~ LOS VIAJES DE DORA
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ÉVORA - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - DÍA 2

Un nuevo día por Évora. Después de un buen desayuno (nos gustó más que la cena) empezamos nuestro paseo por la ciudad. Volvimos a la plaza do Giraldo para entrar en la Iglesia de San Antonio que en esta ocasión sí está abierta. 



El día amaneció lluvioso pero poco a poco se fue despejando, de todas formas ya hemos aprendido a turistear con lluvia e incluso con nieve, nada nos iba a impedir seguir disfrutando de Évora. 

La iglesia de San Antonio fue construida por orden del cardenal Don Enrique, arzobispo de Évora, el edificio data de 1557, es un edificio renacentista. Dentro tiene 3 naves, columnas de granito y un retablo del siglo XVII. 




Y lógicamente nuestro siguiente destino fue la Catedral de Évora. Eso sí, antes de ello, paramos a reservar mesa en un restaurante A bruxa d'Evora del cual tenéis toda la información en este enlace. Y la verdad es que hicimos bien en reservar, porque el restaurante se llenó. 

La construcción de la catedral de Évora comenzó en 1186 y se concluyó en 1250. La fachada principal está flanqueada por dos torres, la del sur es la torre campanario. 

También destaca en el exterior su cimborrio coronado por una aguja de escamas de piedra que puedes observar con la visita a la cubierta que es lo primero que hicimos. 








A continuación, visitamos el claustro que se construyó entre 1317 y 1340 en estilo gótico. En sus esquinas encontramos cuatro columnas-estatuas de mármol que representan a los evangelistas. En la capilla funeraria del obispo don Pedro podemos ver su tumba con la figura yacente del obispo. 








Por lo que respecta al interior, está distribuido en tres naves. En la nave central se encuentra el altar de Nossa Senhora do Anjo del siglo XVIII y la capilla mayor con mármoles de Estremoz. También destaca el coro alto, un órgano del siglo XVIII y otras capillas como la del Santo Cristo o la de las Reliquias decoradas con adornos dorados. 





Se iba acercando la hora de comer así que decidimos poner punto y final a nuestra visita a la ciudad acercándonos al Acueducto (aunque decidimos fotografiarlo de lejos) y ya de vuelta al centro a la Iglesia de Santa Clara en donde destacan las pinturas murales. 






Ahora sí que ya llevábamos unos cuantos pasos en nuestros pies y tocaba descansar. Nos gustó este restaurante más que el del día anterior aunque mi arroz tenía mucha cebolla y no fue santo de mi devoción. Con el estómago lleno, decidimos volver al hotel, a coger el coche para dirigirnos a otra localidad cercana a Évora: Monsaraz con su castillo. 

El pueblo de Monsaraz se encuentra a unos 45 minutos de Évora. Al llegar hay un amplio aparcamiento a las afueras del recinto amurallado donde dejar el coche. 

Aunque en el pueblo hay unas cuantas iglesias, todas se encontraban cerradas puesto que su monumento más importante es el castillo construido por el rey Dinis en el siglo XIV. Merece la pena entrar y se ve bastante rápido dando un paseo por sus almenas, disfrutando de las vistas y del patio de armas. 

Pero lo realmente importante en Monsaraz es perderse entre sus calles así que una vez que pases por la Porta da Vila con sus dos torres blancas déjate llevar por sus dos calles paralelas más importantes, la Rua Direita y Sao Tiago y Do Castelo que te llevarán al castillo. 
















Para terminar nuestra visita a Monsaraz, nos acercamos a la capilla de San Bento desde donde se pueden disfrutar de las mejores vistas del pueblo. Un must que no puedes olvidar. 




A pesar del cansancio acumulado que llevábamos todo el día sin parar, aún nos quedó tiempo para visitar el Crómlech de Xerex, a escasos kilómetros de Monsaraz. Este monumento megalítico está formado por 50 menhires de granito con forma fálica aunque la mayoría se encuentran parcialmente fracturados. La mayor parte de los menhires se encontraban esparcidos por las inmediaciones, lo que hizo posible la reconstrucción de su forma original. En el centro destaca un gran menhir de 4 metros de altura y 7 toneladas de peso. 



Y con esta divertida imagen terminábamos nuestro segundo día por Évora y alrededores. Acababa nuestro periplo por tierras portuguesas y tocaba volver a casa. Vuelta al hotel, cena y a dormir. Pero aún nos quedaba un día de vuelta que intentaríamos aprovechar al máximo. 

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