Blog Los viajes de Dora Haciendo realidad un sueño viajero en Munich - Día 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Haciendo realidad un sueño viajero en Munich - Día 4

En el día de hoy teníamos unos planes muy concretos: íbamos a visitar el campo de concentración de Dachau ubicado a tan solo 13 kilómetros de Múnich. Para ello, en primer lugar hay que tomar el tren línea S2 en dirección a Petershausen y pararse en la estación Dachau Bhf. 



Posteriormente, nada más salir de la estación de Dachau nos encontraremos unas paradas de autobús. Tomaremos el 726 que nos dejará en la misma puerta del campo de concentración, no tiene pérdida porque casi todo el mundo se baja en ese punto. Lo que hicimos nosotros fue comprar los billetes en la estación de tren de Múnich que nos permitía luego también utilizarlos en el autobús, son los que sirven para la zona M1, creedme es mucho más fácil de lo que parece. El monumento está abierto diariamente de 9:00 de la mañana a 5 de la tarde y solo cierra el 24 de diciembre. El acceso es gratuito y puedes coger una audioguía en español (aunque algunos audios están en alemán). Nosotros sí lo hicimos pero la verdad es que con la audioguía la visita se hace muy larga, solo fuimos oyendo algunos de los audios y aún así estuvimos un par de horas en su interior. 

Este es el mapa de la página oficial del campo de concentración de Dachau.


En primer lugar, una vez que nos comprobaron que teníamos nuestras vacunas puestas, accedes enseguida a la puerta de entrada al campo, en donde se puede leer el famoso lema "Arbeit macht fret" (el trabajo te hace libre), que se encuentra en las puertas de acceso a otros campos de concentración. El lema se se utilizó durante la dictadura nazi como una irónica y cínica bienvenida a los presos deportados a los campos. 



Es muy difícil de explicar la sensación cuando traspasas la puerta de acceso, inmediatamente todas las imágenes que hayas visto en documentales o en películas sobre el horror de los campos de concentración se te acumulan en la cabeza y lo único en lo que piensas es que jamás vuelva a ocurrir algo así aunque visto la terrible falta del ser humano de aprender de su historia, nunca se sabe. De ahí que consideramos que una visita a un campo de concentración es muy importante sobre todo para los jóvenes, para que sepan entender la historia y el horror al que se enfrentaron millones de personas. 

Accedimos al edificio de la intendencia en donde se encuentra un amplio museo con documentos de la época dividido en varias zonas: contexto histórico, la sala de admisión, las SS hasta 1939, grupos de prisioneros, el baño de los prisioneros, trabajo de esclavos, liberación, etc... A lo largo de fotos, objetos de todo tipo y explicaciones, puedes entender a la perfección lo que aconteció durante los años que el campo de concentración estuvo en funcionamiento de marzo de 1933 hasta abril de 1945. No hay indicios para saber si se llegaron a utilizar en este campo las cámaras de gas pero aún así murieron miles y miles de personas, muchas de ellas por enfermedades o por hambre o a manos de los oficiales de las SS. 

Os dejo unas fotos de la exposición. Fuimos tranquilos parándonos en aquellos aspectos que más nos llamaron la atención pero si dedicas tiempo a ver todo con tranquilidad, puedes perfectamente estar más de dos horas porque el museo es muy amplio. 












La sala en la que había placas en recuerdo de algunos de los fallecidos y/o deportados a Dachau por sus ideas políticas o por su religión o etnia es una de las que más me impresionó. 

Posteriormente nos dirigimos a los barracones en donde podías acceder también a su interior para ver cómo dormían o las distintas salas de las que disponían para los prisioneros. 





Pero sin duda los edificios que más impresionan y más te revuelven el estómago  son los crematorios (hay uno grande y otro más pequeño) y una sala a la que no se puede acceder a su interior que tenía una rejilla por la que introducían el gas para exterminar a los que estaban en el interior de la sala (aunque ya os he comentado que según se dice, en Dachau no llegaron a utilizar este método).







También estuvimos dando un paseo por el patio en donde se ubicaban el resto de barracones (hoy en día solo hay dos filas para que veas cómo vivían los prisioneros). Y las diferentes torres de vigilancia así como otros edificios que se han construido posteriormente en recuerdo de todas las personas exterminadas en este campo de concentración. 







Habíamos llegado antes de las 11 de la mañana al campo y casi eran la 1 de la mañana y eso como os he dicho que no fuimos escuchando todos los comentarios de la audioguía. Os recomiendo escuchar aquellos que son testimonios vivos de las personas que sobrevivieron a este hecho tan terrible de la historia de la humanidad. Hay algunos en español así que podréis entenderlos sin problemas, se te ponen los pelos de punta solo de escuchar las atrocidades que llegaron a hacerse con los prisioneros. 

Como ya casi se nos había hecho la hora de comer, volvimos en autobús a la estación de Dachau y tomamos unas hamburguesas en el Mc Donald's justo al lado. Y después volvimos al hotel. Los chicos estaban bastante cansadas del viaje ya así que se quedaron en el hotel.

Nosotros aprovechamos la ocasión para acercarnos a la Residencia de Múnich, que es el anterior palacio real de los reyes de Baviera. 


El Residenz fue tulizado como residencia oficial por los monarcas bávaros entre 1385 y 1918. Es el palacio urbano más grande Alemania. 

De todas las salas, sin duda la más destacable es la Sala de Antigüedades o Antiquarium cuya construcción se llevó durante los años 1568 y 1571. Fue biblioteca ducal hasta 1581. Te llamará la atención su bóveda de cañón con 17 lunetos de ventanas y sus pinturas de Peter Candid, Antonio Ponzano y Hans Thonauer el Viejo. El recorrido por el Residenz nos llevó aproximadamente una hora y media y eso que lo hicimos a buen ritmo. No nos dio tiempo por horarios a visitar el tesoro ni el teatro, así que ya tenemos excusa para volver porque como ya os hemos comentado, Munich es el destino ideal para visitar toda Baviera por su situación estratégica. 

Os dejo algunas fotos del interior del Residenz. Tenéis toda la información sobre horarios, mapa e historia (en inglés) en su página oficial.













Aprovechando que estábamos por la zona, también nos acercamos a la plaza Max-Joseph donde se encuentra el Teatro Nacional, y en la plaza Odeon donde se encuentra la Iglesia de los Teatinos de la que más adelante os hablaremos así como el Feldherrnhalle. 

Este monumento es una logia construida entre 1841 y 1844 y para ello se tomó como modelo la famosa Loggia della Signoria de Florencia. Fue erigida en honor al Ejército bávaro. 

El 9 de noviembre de 1923 este monumento fue escenario del enfrentamiento entre la policía bávara y una marcha ilegal organizada por los seguidores de Hitler. Los policías mandaron detenerse a los manifestantes pero ante su negativa abrieron fuego y murieron 16 personas. Hitler fue detenido y condenado a una pena de prisión. Este fue uno de sus intentos para hacerse con el control del Estado de Baviera y se conoce como el Putsch de Múnich. 

Cuando en 1933 los nazis se hicieron con el poder, desde este lugar se realizaban desfiles militares y actos propagandísticos del Partido Nacionalsocialista de Hitler. De hecho cuando los ciudadanos pasaban por delante de él, tenían que realizar el saludo nazi por lo que muchos ciudadanos utilizaban la calle posterior  Viscardiagasse al mismo para evitar tener que hacer el saludo y por ello esta calle empezó a llamarse Drückebergergasse (la calle del escaqueo). Hoy en día podemos encontrar una especie de camino de bronce en recuerdo de todos aquellos que la utilizaron para no tener que realizar el saludo nazi. 






Por lo que respecta a la Iglesia de los Teatinos, fue construida entre 1663 y 1690. Destaca por su fachada exterior en estilo rococó y su interior decorado en estuco de color blanco. 




Por último, para terminar nuestra visita por esta zona de Múnich, dimos un paseo corto por el jardín Hofgarten de estilo italiano aunque solo llegamos a ver el Templo de Diana de lejos porque empezó a llover y a hacer bastante frío. A pesar de la lluvia y antes de volver al hotel para recoger a los chicos e irnos a cenar, enfilamos toda la calle Ludwigstrasse hasta la puerta Siegestor, la puerta de la victoria para conmemorar la derrota de Napoleón a manos del ejército bávaro. 






Para cenar volvimos al restaurante italiano del día anterior, Bella Italia, que de nuevo nos encantó por su excelente relación calidad precio. Esa tarta de queso será difícil de olvidar. 




Al hotel a preparar maletas que nuestro viaje navideño por Múnich estaba a punto de terminar. 

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