Blog Los viajes de Dora AN TÉ A BHÍÓNN SIÚLACH, BÍONN SCÉALACH - Día 6 ~ LOS VIAJES DE DORA
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AN TÉ A BHÍÓNN SIÚLACH, BÍONN SCÉALACH - Día 6

Después del palizón del día anterior, decidimos levantarnos tranquilamente, al fin y al cabo hoy también tenemos excursión pero solo de tarde, otra vez con Paddywagon. Vamos a visitar las montañas de Wicklow y el monasterio de Glendalough. 

Nos tomamos la mañana para pasear y acercarnos a la National Gallery. Por el camino vamos disfrutando de las fachadas de las casas, y de las calles curiosas como Ann's Lane con sus paragüas en lo alto. 




Y por supuesto las famosas puertas de colores de la zona georgiana del sur. 


Llegamos a la National Gallery incluso antes de que abran. Al ser domingo abren a las 11:00, así que nos toca esperar unos minutos. A su hora abren y empezamos a visitar su interior pero nos llevamos una decepción porque más de media pinacoteca está cerrada por restauración. Aún así podemos ver alguna obra de Velázquez, de Goya, impresionista pero poco más. Menos mal que es gratuito el acceso. 





Hora de ir a comer que en nada sale nuestro autobús hacia Glendalough. Para ello, ya que salimos de nuevo de O'Connell Street del cine Savoy, elegimos un restaurante de comida rápida que nos recordó mucho al Annette's de Disneyland París: Eddie Rocket's. Los chicos eligen hamburguesa y nuggets de pollo
, el papi un sandwich y una servidora alitas, y es que están tan buenas que me volví adicta a ellas. 







Vamos como siempre con tiempo al punto de encuentro y en unos minutos llega nuestro autobús lleno de españoles. Jaime nuestro guía es a la vez nuestro conductos y nos va explicando todo lo relacionado con el lugar que vamos a visitar. 

En un poco más de una hora hacemos una breve parada en lo alto de las montañas Wicklow para ver el Lough Dan desde arriba, lugar de rodaje de la serie Vikingos. Se me pone aún los pelos de punta al recordarlo. Menudas vistas, impresionante. 



     

Seguimos ya nuestro camino hacia Glendalough, para visitar Glendalough, su monasterio y el valle de los lagos. Nos dejan una hora y media más o menos para ver los restos del complejo monástico con su característica torre redonda y su cementerio celta, y hacer un recorrido de senderismo por el valle viendo en primer lugar el lago inferior y posteriormente el superior. Nos da tiempo a verlo con cierta tranquilidad aunque siempre que vas con hora, te da la sensación de que vas a llegar tarde y el autobús se va a ir sin ti, cosa que casi les ocurrió a dos personas del grupo. Aparcamos al lado del hotel Glendalough, del cual ya hemos mirado los precios porque al menos una noche estaremos hospedados en él cuando volvamos a Irlanda, se respiraba paz y silencio. Una preciosidad. 

El monasterio fue fundado por San Kevin en el siglo VI y fue un centro de referencia religioso hasta que fue destruido por soldados ingleses en 1398. 







     










Uno de los lugares que hemos visitado en Irlanda al que sin duda volveremos. Precioso. 

En una hora larga volvimos a Dublín. Llegando a la capital entramos por la zona norte y vemos todo el barrio rico y de nuevo las casas con las puertas de colores. Inevitable ir haciendo fotos de todas las que podía. 

     

     

      
 
A pesar de haber tenido una mañana tranquila y habernos levantado más tarde, el paseo por Glendalough de más de 4 kilómetros nos había dejado bastante cansados, hay que tener en cuenta que llevábamos en todos los días una media de 20.000 pasos al día o más, así que nos fuimos pronto a cenar a un restaurante cerca del hotel en Parnell Street, Kingfisher, donde decían que podías comer el mejor Fish and Chips de Dublín y la verdad es que estaba riquísimo pero para mi gusto un poco caro. 





A descansar que al día siguiente nos esperaba otro madrugón y visita a Cork, entre otras cosas. 

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