Blog Los viajes de Dora Vacaciones en Roma - Día 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Vacaciones en Roma - Día 4

Empezamos un nuevo día en la ciudad eterna, madrugando y mucho porque teníamos entradas para el Coliseo a las 8:50 y teníamos que llegar una media hora antes. Así que, como siempre, tomamos el autobús que nos llevó a Piazza Venezia y desde allí un agradable paseo matutino por la Via dei Fori Imperiale hasta la entrada al Coliseo. Al llegar, un poco de caos, había ya gente esperando  a que abrieran las taquillas y no teníamos mucha idea de donde nos correspondía. Justo antes de abrir, empezaron a poner unos carteles y efectivamente, estábamos los primeros en la cola correcta. Así que para adentro. Ni qué decir que ya os dejaré un hilo con todas las fotos del Coliseo, ni siquiera tuvimos tiempo para hacer una foto por fuera, que por cierto, ya habíamos hecho el día anterior. Impresionante por fuera y por dentro, al menos una vez en la vida hay que visitarlo y si podéis coger las entradas para visitar la arena y la zona subterránea, mejor que mejor. 




Tras la visita al Coliseo, la cual hicimos tranquilamente, nos fuimos al Foro y al Palatino. Impresionante pisar lo que en otro tiempo fue la cuna del imperio romano. Eso sí, hay que tomárselo con tranquilidad porque llega un momento en el que el cansancio te puede pasar factura, tardamos casi tres horas en recorrernos todo el foro y luego subir al palatino, desde donde no te puedes perder las vistas de toda la Roma antigua. 













Como habréis dado por supuesto después del madrugón y el recorrido por coliseo, foro y palatino, había ya llegado el momento de sentarnos un poco a descansar y comer, pero los alrededores del Coliseo no es la zona mejor para encontrar algo bueno, bonito y barato. Así que, algo engañados por el precio del menú turístico, entramos en la Hosteria al Gladiatore que ofertaban un menú de 14 euros o de 16. 



Nos decantamos o bien por el de la bruschetta y la pizza o por el de la pasta o lasagna, nada que ver con la del día anterior, desde luego. Uno de los comensales se pidió la pasta de la carta y esa sí que estaba buena pero a un precio superior a los otros días, así que decididamente, evitad comer en la zona del Coliseo, preferible esperar a llegar a una zona más económica. 






Lo mejor del restaurante, uno de los camareros, jejejejeje

Una vez alimentados, y a una hora más temprana, nos acercamos a la Basílica de Santa María la Mayor que nos habíamos encontrado cerrada el día anterior. 


En su interior destaca el mausoleo del papa Clemente IX, los frescos de la capilla Paulina y la reliquia de una cuna que se cree que se utilizó en la natividad de Jesús. 






Muy cerca de esta basílica, se encuentra la de Santa Práxedes, a cuyo interior también accedimos. 







Nos esperaba ahora un largo camino, unos 2 kilómetros hasta Piazza Venezia para terminar el día visitando la Plaza del Campidoglio, proyectada por Miguel Ángel. En la misma se encuentran los Museos Capitolinos, que en esta ocasión no pudimos visitar por falta de tiempo, y la impresionante estatua ecuestre de Marco Aurelio. 





Y por supuesto fuimos a visitar a la escultura de la mítica Loba Capitolina que forma parte de la leyenda de Rómulo y Remo, aunque hay que recordar que la original se encuentra en los Museos Capitolinos. Desde este punto, también pudimos disfrutar de unas preciosas vistas del foro romano. 



A pesar de la hora, tan solo las 5 y media de la tarde, el cansancio y el agotamiento de los madrugones y de las palizas de más de 24.000 pasos al día, nos estaban llevando al límite de nuestra resistencia, así que decidimos aprovechar el día para poder volver tranquilamente al apartamento a ducharnos, cenar y descansar. Tan solo ya nos faltaba un día por disfrutar de Roma. 

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