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Princes Street en Edimburgo


Princes Street que recibe su nombre en honor a los dos hijos del rey Jorge III: el Duque de Rothesay y Federico Augusto de Hannover, es una de las calles principales de Edimburgo y calle comercial por excelencia de la New Town. En su origen era enteramente residencial. Bordeada de viviendas por un solo lado, la calle señalaba el comienzo de la ciudad nueva. Las casas construidas a los pies del acantilado rocoso de Castle Hill y del castillo en la década de 1770 eran modestas, pero poseían una buena vista hacia el valle de Nor'Loch. Con la llegada del tren (1845-1846), el desarrollo de Princes Street se aceleró notablemente con la construcción de hoteles y grandes almacenes (como Jenners o House of Fraser). La calle ha conservado su vocación comercial, puesto que las tiendas son el principal reclamo para los turistas. 

En esta calle de aproximadamente un kilómetro y medio de longitud encontrarás algunas de las tiendas más conocidas de Gran Bretaña como Primark, los mencionados grandes almacenes Jenners, Cath Kidston, Waterstones, .... y multitud de tiendas de souvenirs.








De este calle vamos a destacar los siguientes puntos de interés. 

Hotel Balmoral, hotel de lujo de cinco estrellas, ubicado en el extremo este de la calle Princes. Inaugurado en 1902. Fue diseñado por el arquitecto W. Hamilton Beattie. El hotel es conocido porque fue allí donde la escritora J.K. Rowling terminó de escribir el último libro de la saga literaria de Harry Potter en 2007. 



El monumento a Scott, monumento piramidal en recuerdo a Walter Scott, famoso escritor escocés, autor de la novela Ivanhoe.

Su flecha neogótica de 61 metros de altura, es obra de un ebanista y arquitecto autodidacta, George Meikie Kemp. La estatua de su interior, esculpida por Steell en mármol de Carrara, representa a  Walter Scott con su perra Maida; la acompañan 64 estatuillas que se inspiran en personales de sus novelas y 16 cabezas de poetas escoceses en los capiteles. Cuatro plataformas permiten disfrutar de hermosas vistas del centro de Edimburgo. Por desgracia, no encontramos el momento idóneo para subir a lo más alto, otra razón más para volver a Edimburgo. 

     

La estación de Waverley, situada en el fondo de un valle, oculta bajo una vasta cristalera con picos, que recuerda a un campo de invernaderos, la segunda estación ferroviaria más grande del Reino Unido conecta las dos orillas de la ciudad. Se construyó en la segunda mitad del siglo XIX a pesar de la oposición de los ricos ribereños de Princes Street, que temían ver su horizonte cubierto por el humo de las locomotoras. Constituye el lugar de encuentro de diversas líneas y reemplazó a varias estaciones pequeñas. 


La National Gallery agrupa dos edificios, la propia Gallery, que alberga las colecciones permanentes y la Royal Scottish Academy, dedicada a las grandes exposiciones. De la National Gallery ya os hemos hablado en profundidad en otro post. 





The Mound. En su origen no era más que un simple camino de piedras que atravesaba el valle de Nor'Loch, un atajo abierto por un fabricante de Lawnmarket para atender más rápido a sus clientes. El aspecto actual de la arteria se remonta al periodo de construcción de la ciudad nueva, cuando los escombros generados por las obras entre 1781 y 1895 se amontonaron para formar una colina artificial, The Mound que alberga dos imponentes edificios de estilo clásico, la National Gallery of Scotland y la Royal Scottish Academy. 

El antiguo Bank of Scotland alberga el Museum of the Mound, consagrado a la moneda como objeto en sí misma, a la economía y a la problemática relacionada con el dinero. 





Y por supuesto, los Princes Street Gardens, abiertos al público dese 1876, y dominados por la silueta imponente de Castle Hill, ofrecen un refugio de vegetación y tranquilidad en donde los escoceses toman el sol en cuanto pueden, como podéis ver en la foto. 



Dentro de los jardines, en la parte oeste, no te pierdas el reloj floral, compuesto por 20.000 flores, un quiosco de música y las estatuas del poeta Allan Ramsay y del inventor del cloroformo, sir James Y. Simpson. 




      



También destaca la Ross fountain (fuente Ross), una fuente decorativa de mediados del siglo XIX, realizada en hierro. Las figuras representadas en la misma incluyen sirenas y cuatro mujeres que son la ciencia, las artes, la poesía y la industria. 



Pero sin duda una de las mejores cosas que puedes hacer por Princes Gardens es disfrutar de las increíbles vistas del castillo de Edimburgo y de la Old Town. 






En la esquina de Princes Street con Lothian Road se encuentra la iglesia de St. Cuthbert. 


Espero que hayáis disfrutado de este recorrido por Princes Street y cuidado con las compras que acabaréis haciendo muchas. 

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