Blog Los viajes de Dora Al norte en busca del fresco - Día 2 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Al norte en busca del fresco - Día 2

Qué diferente se nos hace madrugar para saber que vas a pasar un día maravilloso rodeada de gente a la que quieres de verdad, descubriendo mundo y aprendiendo un poco más cada día. 

Así que después de un desayuno copioso preparado con mucho cariño por todos, nos dispusimos a empezar un nuevo día en dirección al pueblo francés de San Juan Pie de Puerto (Saint Jean Pied de Port en francés) considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia. 

Por el camino, imposible no enamorarse de los paisajes. 











Sin problemas para aparcar en la plaza Juan de Huarte, justo a la entrada del centro de la ciudad, con bastantes plazas.



Para empezar visitamos la parte baja del pueblo en donde se encuentra la iglesia de la Asunción de la Virgen. Preciosas las estampas del río Nive y los puentes que lo cruzan. 






     


Tomamos la Rue de la Citadelle para subir a la Ciudadela, por una calle bien empinada, así que antes de empezar, hay que avituallarse probando el Gateau Basque (pastel vasco), uno con fresa y el otro con crema. Nos gustó más el primero. 



Menos mal que comimos algo porque la subida a la ciudadela es bastante empinada y aunque no hacía el calor de Madrid, el sol estaba pegando fuerte. 

La ciudadela está construida en el lugar del antiguo castillo fortaleza de los reyes de Navarra, en la colina de Mendiguren. Domina la ciudad desde una altura de más de 70 metros, protegida por murallas y forma parte de las Plazas Fuertes de los Pirineos Occidentales. 

     

     




A pesar del calor, paseamos por el camino de ronda y disfrutamos de las vistas de todo San Juan desde la ciudadela. 


     

Nos vamos a comer de menú de sidrería y vaya que lo hicimos, aunque nos costó un poco encontrar el restaurante que habíamos reservado. Tenéis una entrada dedicada a la sidrería en donde comimos, todo riquísimo, la tortilla de bacalao, el bacalao frito, la chuleta, mmmmm, como para repetir. 






Con el estómago bien lleno, había que buscar un lugar donde reposar, así que nos pusimos en dirección a la playa. En principio, en esta ocasión íbamos a descubrir la de Hondarribia, pero un monumental atasco nos hizo cambiar los planes y acabamos en Hendaya. Tuvimos muchísima suerte porque conseguimos aparcar sin problemas y disfrutamos de unas horas tranquilas en una preciosa playa. 




Ya de vuelta a la casa y después de cenar, en esta ocasión no mucho que bastante habíamos comido, disfrutamos de un pacharán en la terraza con unas preciosas vistas a la montaña y brindamos para poder disfrutar de otros muchísimos fines de semana tan completos y perfectos como el día de hoy había sido: turismo, monumentos, paseo, comida copiosa, y playa. No podíamos pedir más. Ah, sí, buena compañía, algo que tenemos asegurados en todos Nuestros Viajes. 

     

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