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Palacio del Infante Don Luis de Borbón en Boadilla del Monte

Hace unos días aprovechando la iniciativa de Bienvenidos a Palacio de la Comunidad de Madrid, nos acercamos hasta la localidad de Boadilla del Monte para visitar de forma guiada el Palacio del Infante Don Luis de Borbón. 


La visita guiada duró aproximadamente una hora y he de decir que nos resultó muy interesante por toda la información que la guía nos iba dando a medida que visitábamos las diferentes estancias que a fecha de hoy se pueden ver en el interior del palacio. Por desgracia, muy pocas, tan solo el exterior, la capilla, los jardines y una sala que posiblemente fuera el salón de baile del que prácticamente no queda nada. Todo esto en la planta baja porque según nos comentó la guía, hace unos años la famosa Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) pidió al Ayuntamiento de Boadilla la cesión del palacio y cuál fue la sorpresa de todo el mundo cuando descubrieron que habían quitado en las cocinas una encimera con azulejos de Talavera de la época y además, lo cual es aún más sangrante, habían quitado las escaleras de servicio, no se sabe muy bien por qué, con lo que el acceso a las plantas superiores se ha prohibido por miedo a que la estructura del edificio se desmorone. No tengo palabras para expresar la sensación de rabia e impotencia ante este acto delictivo, y luego somos los españoles ladrones al bajarnos películas. En fin, vayamos a lo que nos concierne en este blog que es mostraros las fotos de nuestra visita al palacio y daros cierta información sobre el mismo. 






El Palacio del Infante Don Luis es uno de los mejores ejemplos de arquitectura palaciega del siglo XVIII. 

Hijo menor de Felipe V y hermano de Carlos III, don Luis fue titular del señorío de Boadilla tras adquirirlo en 1761 a la marquesa de Mirabal. En un primer momento el infante inicia la restauración de la antigua residencia de los anteriores propietarios, la Casona de las Dos Torres, pero finalmente decide levantar en su lugar un nuevo edificio. 

El palacio fue proyectado por Ventura Rodríguez, llevándose a cabo su construcción entre 1762 y 1765. Antonio de Machuca y Vargas y otros discípulos de Rodríguez se ocuparon de las obras. 

Planteado inicialmente como una villa de recreo en la que poder disfrutar de la caza, el palacio pronto asumió un papel más relevante al convertirse en la residencia principal del infante tras ser desterrado de la corte. En 1776 el matrimonio del Infante con María Teresa de Vallabriga ocasionó su traslado a Arenas de San Pedro, iniciándose un largo proceso de abandono del palacio. 

El conjunto se sitúa en una ladera con una pronunciada pendiente, disponiéndose en tres terrazas a las que se accede a través de escalinatas. En el nivel superior se encuentra el edificio, de planta alargada y sin patio, rematada en los extremos por dos pequeños torreones que amortiguan la horizontalidad de la fachada principal. 



En el interior pudimos visitar la capilla ya restaurada en donde destaca la cúpula y el balcón desde donde el infante asistía a misa. 

     




     


En la capilla se encuentra el mausoleo de la condesa de Chinchón, segunda hija del infante y esposa de Godoy, realizado por Valeriano Salvatierra. La guía nos contó todos los pormenores de esta mujer, que desafortunadamente no tuvo suerte en su vida y sufrió mucho. 


En la sacristía se encuentra el enterramiento de María Luisa de Borbón y Vallabriga, duquesa de San Fernando de Quiroga, que afortunadamente tuvo más suerte que su hermana y se encontró la felicidad en su matrimonio.



También visitamos una sala amplia que era el salón de baile, de la que no queda nada de la época, tan solo una estatua de un dios egipcio. En ese momento había una exposición de barbies vestidas con distintos atuendos de diferentes épocas y estilos.





Los jardines se extienden hacia el sudeste en tres grandes terrazas. Rompen con los cánones ideales tardobarrocos, respondiendo a un diseño de una clara influencia italiana.

Hoy en día una primera terraza, la que da a la fachada del edificio está ya renovada pero quedan por reformar las huertas que servían para abastecer el palacio. 








Antes de entrar en el Palacio, justo en la plaza y enfrente del mismo, se encuentra la fuente de Ventura Rodríguez del siglo XVIII que abastecía de agua al palacio para las huertas. 


     

Aprovechando esta visita y aunque no disponíamos de mucho tiempo, también nos acercamos a la Iglesia Parroquial de San Cristóbal del siglo XIII, que no pudimos visitar pues estaban en misa. 


Y el Convento Carmelita de la Encarnación del siglo XVII. La iglesia sigue el modelo de templo monástico y más concretamente carmelitano del siglo XVII. La puerta de entrada está presidida por una hornacina con una representación de la Encarnación. El interior del convento es hoy en día un hotel de lujo y aunque accedimos a su interior, no nos dejaron hacer fotos. 







No teníamos tiempo para más, así que dimos por concluida nuestra visita al Palacio y a sus alrededores. La visita guiada nos encantó por las explicaciones de la guía, una pena que solo se puedan visitar unas pocas estancias, de lo cual tendremos que agradecérselo a la SGAE. Para visitar el palacio normalmente, en vez de estas visitas de Bienvenidos a Palacio, hay que ponerse en contacto con la Oficina de Turismo de Boadilla del Monte y reservar la visita que siempre es guiada. Espero que os animéis a ello.  

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