Blog Los viajes de Dora Bajo el sol de la Toscana - Día 5 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Bajo el sol de la Toscana - Día 5

Preparados para un nuevo día en la Toscana. Hoy visitaríamos Volterra y San Gimignano. 

El Tom Tom decide llevarnos por carreteras secundarias hasta Volterra, así que disfrutamos de las vistas de los paisajes típicos de la zona. 

Llegamos a Volterra y aparcamos en uno de los aparcamientos perfectamente situados para dejar el coche antes de entrar en el recinto intramuros. 


Unas escaleras empinadas nos llevarán al centro, aunque algunos prefieren probar suerte escalando la pared, jejeje

     


Uno de los monumentos más importantes de Volterra es su teatro romano. En un principio íbamos a visitarlo, pero resulta que desde lo alto se pueden hacer unas preciosas fotos del mismo, así que decidimos que nos ahorrábamos ese dinero y disfrutamos de las vistas. 







Nos dirigimos a la Piazza dei Prioir, pasando por la Piazzeta San Michele y las preciosas calles de Volterra, de nuevo medievales, estrechas y empinadas. Nos está encantando la ciudad porque a diferencia de otras, no hay mucha gente, y se puede andar con tranquilidad. 


     


Llegamos a la plaza principal en donde se encuentra el Palazzo dei Prioir. Dos de los integrantes del grupo lo visitan por dentro, el resto espera descansando un poco. 







De momento no podemos entrar en la catedral porque hay misa, así que aprovechamos para visitar el Baptisterio. 



Seguimos paseando y parándonos en cada tienda. Es donde compramos la pasta más barata de todos los pueblos que visitamos, esa rica pasta de colores y lo mismo el vino. Además en Volterra, puedes comprar muchos souvenirs de alabastro.







Hora ya de visitar la catedral de Santa María Assunta, del siglo XI.



Vamos terminando nuestra visita a Volterra, y pensamos que sería más barato comer aquí que en San Gimignano ya que es más turístico, así que antes de volver al coche, comemos en un precioso restaurante a la entrada de la localidad. Comimos fenomenal y barato, y además nos pusieron un entrante de pan de pizza. 






Después de comer, ponemos ya rumbo a nuestro siguiente destino: el famoso pueblo de San Gimignano. 

Al llegar tenemos algunos problemas en encontrar aparcamiento, así que no nos queda más remedio que dejarlo en el más alejado, el parking 1. 


Nos toca una subida de infarto para por fin poder acceder al recinto amurallado de la localidad. 

Como siempre calles empinadas, con multitud de tiendas y restaurantes. Muchísima gente, casi ni se puede pasear por las calles. 





Llegamos a la Plaza de la Cisterna y lógicamente no podemos evitar caer en la tentación de un gelato en la heladería más famosa de San Gimignano. Hay que probar nuevos sabores, así que me pido uno a la Crema de Santa Final, la patrona de la ciudad, riquísimo. 

     








Y de ahí a la plaza del Duomo. Por desgracia no nos dejan pasar como turistas en la catedral, ya que era el día de su patrona, la ya nombrada Santa Final, solo permitían el acceso al interior a rezar y por supuesto nada de fotos. Una pena porque todas las paredes estaban cubiertas de frescos. 


Así que como el fotógrafo del grupo se sintió molesto por la prohibición de fotos, le dejamos entrar en el palacio communale, desde donde puedo hacer fotos de todo San Gimigano desde la torre, aunque para ello tuvieran que demostrar tanto él como su acompañante que estaban en forma subiendo unas escaleras un tanto peligrosas. 




     


Seguimos visitando la localidad y cómo no, cayendo en la tentación de comprar vino y pasta. 

Visitamos además la Iglesai de San Jacopo y la de San Agostino en donde no nos pusieron ninguna pega para hacer fotos. 








Recordad por qué es sobre todo famoso San Gimignano. Por sus preciosas torres que forman un skyline irrepetible y único. 



Y para terminar nuestro paseo por San Gimignano, decidimos probar otro helado, esta vez en la heladería considerada la segunda mejor del mundo. No tengo muy claro cuál estaba más rico.

Volvimos al coche y como en la página web especificaba que para minusválidos el parking era gratuito, hicimos lo que nos habían dicho en la oficina de turismo. Subimos al coche, y al salir llamamos al interfono: disabled, handiccaped... Total que nos abrieron la barrera sin pedirnos ninguna información. Y que conste que no estábamos mintiendo, bien que llevábamos nuestra placa azul. 

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