Blog Los viajes de Dora Los 7 fantásticos y el Capitán América visitan Oporto - Día 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Los 7 fantásticos y el Capitán América visitan Oporto - Día 4

Empezamos nuestro último día en Oporto con un potente desayuno. Desafortunadamente, al salir a la calle vemos que el día está gris y amenaza lluvia y efectivamente la misma nos acompañó durante todo el día, sin darnos ni un momento de descanso. 

Teníamos reserva en la Bolsa para las 11 de la mañana para la visita en español, así que como el día anterior, cogimos el autobús 200 que nos dejó en la Iglesia de los Clérigos de nuevo. Hoy como no paraba de llover había menos gente para subir a la torre, pero con el día lluvioso, las fotos no habrían salido bien, así que desistimos. También vimos menos cola en la librería de Harry Potter, aún así la hora de espera no te la quitaba nadie, menos mal que la fortuna nos había sonreído el día anterior. 


     



Como llegamos con una hora de adelanto a la Bolsa más o menos, decidimos entrar antes en la iglesia de San Francisco, aunque fuera de pago. 3€ la entrada para visitar el museo, la cripta (impresionante) y la iglesia. Lástima que en esta última no dejaran hacer fotos, aunque aluna se nos escapó. 






Llegó la hora de acercarnos a la  Bolsa, la cola salía incluso de la entrada y bajaba las escaleras. Como teníamos la reservar comprada en la Oficina de Turismo, nos acercamos al mostrador, en un principio, nos insinúan que tenemos que esperar la cola, ¿cóommoooooo?, obviamente, no estábamos dispuestos a hacerlo, así que nos cambian el ticket de reserva por las entradas. Oímos a la gente quejándose pues ya les estaban dando reserva en español para las 4 de la tarde. Incomprensible que no puedas reservar por Internet. Espero que lo tengan en cuenta para un futuro. 

La visita a todas las dependencias de la Bolsa dura una hora larga. Aunque el precio sea elevado, la verdad es que su interior es impresionante. 



La sala árabe por sí sola ya merece la visita. 



     

Hora de ir a comer, no queremos que nos ocurra lo mismo que el día anterior, así que aunque ni siquiera son las 13:00, nos acercamos a la Ribera para buscar un restaurante ya que uno de los 7 fantásticos se le ha antojado comer arroz con marisco. 

Fuimos buscando un restaurante ni excesivamente caro ni barato en donde pudiéramos comer arroz y enseguida nos decidimos por uno de la Ribeira, Filha da mae preta, porque en algunas páginas web lo recomendaban. Algo más caro en principio de lo que esperábamos, pero desde luego la comida buenísima y en cantidad. 

Por la mesa pasaron manjares como arroz con marisco, cabrito, francesinha o pulpo rebozado. Todo riquísimo. Mereció la pena. Lo único negativo es lo lento que nos sirvieron. En ese momento, entendimos por qué casi nos habíamos quedado sin comer el día anterior. 






Con el estómago bien lleno, decidimos ya que el día estaba lluvioso y muy gris, dar un paseo para hacer compras, así que nos dirigimos a la zona del Mercado de Bolhao y de paso visitamos la iglesia de la Trinidad, que el día anterior habíamos encontrado cerrada. Desafortunadamente, el mercado, al ser sábado y lloviendo, estaba prácticamente cerrado. Una pena. 






Un paseo por Rua Catarina de compras, un café con un croissant exquisito y baratísimo y unas últimas fotos antes de volver al hotel para cenar en el centro comercial y de despedida un buen vino de Oporto con unas risas. 


     


Nos fuimos a la cama con una gran sonrisa, nadie se podía imaginar que a la mañana siguiente, esas risas y sonrisas se tornarían lágrimas y desesperación. Por la mañana temprano, recibimos una noticia horrible de la cual aún nos estamos recuperando. El viaje de vuelta toda una pesadilla. Tal vez volvamos a Oporto, aunque solo sea de paso, para quitarnos esa espina que se nos quedó clavada en el corazón. 

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