Blog Los viajes de Dora Visita a Tortosa ~ LOS VIAJES DE DORA
Ir al contenido principal

Visita a Tortosa

Y de vuelta a casa, en nuestro viaje de Diciembre 2015 a PortAventura, nos desviamos a la localidad de Tortosa para conocer de cerca esta localidad y dar un paseo por ella.

Tortosa es la capital de la comarca del Bajo Ebro, situada en la provincia de Tarragona, Cataluña (España).

Aparcamos justo frente a la Oficina de Turismo de Tortosa, en donde se ubica hoy en día el Museo de la ciudad, exactamente en la calle Rambla Felip Pedrell. Entramos en la Oficina de Turismo para que nos dieran un mapa de la ciudad, y los horarios de los monumentos visitables, y sobre todo para que uno de los miembros de la expedición comprara la Tortosa Card, de la que más adelante os hablaré.

De momento no entramos en el museo ya que íbamos con el tiempo justo y preferíamos ver otros monumentos antes como la Catedral o los Reales Colegios.

El edificio es modernista del arquitecto Pau Monguió que fue construido entre 1906 y 1908 sobre terrenos ganados al Ebro.








Bajamos por toda la calle Rambla Felip Pedrell hasta la Catedral.

Preciosas las vistas del río Ebro y el puente.









Llegamos así a la Catedral de Tortosa. Se asienta en el espacio en el que se situó el foro romano, y más adelante, ya como lugar de culto, la seo visigótica, y posteriormente la mezquita. Entre 1158 y 1178 se construyó la desaparecida seo románica, que estaba situada dentro del recinto del actual templo. Las obras de la catedral gótica se inician en el año 1347, y continuarán hasta mediados de siglo XVIII y en las dependencias comunitarias de la Canónica, fundada en el siglo XII.

La construcción de la fachada barroca representó la finalización de la obra de la catedral. El proyecto original, que seguía esquemas barrocos, sigue inacabado y fue simplificado con un estilo más clasicista, reduciendo los elementos decorativos.






No os asustéis si os encontráis su puerta cerrada. La entrada realmente está a la vuelta, justo pasando por la Puerta del Palau, un arco que veréis enseguida, aparte de seguir las indicaciones que encontraréis.


En la visita a la Catedral se accede en primer lugar a los subterráneos en donde está ubicada una exposición permanente con una especie de museo diocesano, lápidas, tapices, retablos así como códices y documentación del Archivo Capitular.




















A continuación se accede al claustro. Del siglo XIII, se encuentra adosado al muro sur de la catedral y consta de planta trapezoidal, con galerías cubiertas y formadas por arcos ojivales sobre columnas con capiteles sin decoración.












Y desde el claustro, se pasa a la iglesia. Su planta es de tres naves sin crucero, con capillas laterales entre los contrafuertes y cubierta con bóvedas de crucería.


   







Antes de acceder a la Catedral, pasamos al Palacio Episcopal con un elegante patio central, y una escalera volada. De hecho son las únicas dependencias que pudimos visitar.

  



    

Desde la Catedral, nos dirigimos cruzando el Portal del Romeu al siguiente punto de interés en el mapa, los Reales Colegios.





   

 






De los Reales Colegios, se visita en primera lugar la Iglesia de Santo Domingo, construida en el siglo XVI.

Destaca la portada decorada por esculturas de gran calidad, que fueron descabezadas el siglo XIX.


En el interior de la iglesia, delante del presbiterio, encontramos las lápidas sepulcrales de Baltasar Sorió, lector de la Catedral, y Juan Izquierdo, obispo de Tortosa de 1574 a 1585, principales impulsores de la fundación y construcción de los Reales Colegios legis.

También encontramos otros elementos que no formaban parte del conjunto original, procedentes de la desaparecida Casa de la Ciudad. Presidiendo la nave central encontramos el armario del antiguo archivo de Tortosa.
















Pero sin duda la joya de los Reales Colegios es el patio del Colegio de San Jaime y San Matías.

Presenta un fachada bastante sencilla, en la que la portada de acceso centra la atención al recibir un pronunciado tratamiento monumental. En la parte central se representa el escudo imperial de su fundador, Carlos I.




Cabe destacar sobre todo la estructura del patio, plenamente italiana, con una iconografía riquísima que ensalza la monarquía, obra del escultor Francisco de Montehermoso.

El alféizar de la segunda galería se convierte en un friso esculpido con las efigies y los escudos de las parejas reales de la Corona de Aragón, desde Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón hasta Felipe III y Margarita de Austria. En las enjutas de la primera galería aparecen bustos de los que podrían ser judíos y moriscos, y en los de la segunda, la imagen efigiada dentro de medallones de profetas y apóstoles.









   








Después de visitar los Reales Colegios, que sin duda fue el monumento que más nos impresionó, gracias sobre todo a la explicación del guía, continuamos nuestro paseo por Tortosa, y nos acercamos a la muralla para poder tener una vista de toda la localidad desde lo alto.


















A continuación fuimos a visitar los Jardines del Príncipe.

Los Jardines del Príncipe es un espacio ajardinado del antiguo Balneario de Porcar, que tuvo sus orígenes a principios del siglo XIX, cuando el propietario del terreno, Jaume Tió i Noé construyó un modesto balneario. En 1883, el entonces propietario, Manel Porcar i Tió, llevó a término importantes obras de ampliación y mejora del balneario original, después de hacer analizar sus aguas por eminentes químicos y de descubrir que tenían excelentes propiedades medicinales.

El espacio está situado en la vertiente nordeste del Castillo de la Suda, al pie de las fortificaciones llamadas avanzadas de San Juan, siguiendo la muralla que construyó la ciudad en el siglo XIV.

El recinto fue ocupado por las religiosas salesianas durante buena parte del siglo XX, y en el año 1970 fue finalmente adquirido por el Ayuntamiento de Tortosa. El 23 de septiembre de 1991, el recinto, entonces rehabilitado con la instalación de la colección de esculturas del artista Santiago de Santiago Hernández, fue inaugurado por el príncipe de Asturias y de Gerona.

Los veinticuatro grupos escultóricos, que se encuentran repartidos por todo el recinto ajardinado, muestran diferentes momentos de la historia de la humanidad bajo el lema: El hombre, su motivación y su destino.

Podemos ver representaciones del hombre primitivo, así como sus conquistas, el rebelde castigado por los dioses, la tragedia de Hiroshima, e incluso la conquista del espacio.

Los jardines contienen también una interesante colección botánica donde están presentes especies autóctonas como el boj, la adelfa y otros.



   



   

   



   










También se visitan los pozos del balneario.


    

    

Volvimos al coche y aprovechando que mi marido había adquirido la Tortosa Card, entró en el Museo de la Ciudad.









    

    

Volvimos al coche para acercarnos a comer al McDonalds que está a la entrada a Tortosa, y después y en coche, pues nuestros pies ya no podían más, llegamos hasta el Castillo de la Suda para despedirnos de Tortosa a lo grande.

Bien cultural de Interés Nacional, e impresionante testimonio arquitectónico de la ciudad andalusí, recibe el nombre del pozo sarraceno o suda, que baja a más de 45 metros de profundidad a buscar el nivel del Ebro. El recinto contiene el único cementerio árabe al aire libre de todo Cataluña y un Parador de Turismo.

Fue construido en el s.X, en época de Abderramán III, sobre la antigua acrópolis romana. Del periodo islámico quedan la base y el trazado de las murallas, el pozo y la única necrópolis árabe a cielo abierto que hay en Cataluña. Después de la Reconquista, se convirtió en prisión y, ya desde tiempos de Jaime I, en residencia real. A partir del s. XV, fue sucesivamente adaptado a las nuevas exigencias de defensa. En la actualidad alberga el Parador de Turismo.












Aprovechamos para tomar un café en el bar.








Y por supuesto aprovechamos para disfrutar de unas preciosas vistas de Tortosa y de su catedral.









Comentarios