Blog Los viajes de Dora Hotel Mercure Atenea Aventura en Vilaseca ~ LOS VIAJES DE DORA
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Hotel Mercure Atenea Aventura en Vilaseca

Para los días que pasamos en PortAventura y alrededores, decidimos reservar un apartamento para los cuatro en este aparthotel de la cadena Accor situado a escasos cinco minutos en coche del parque.

Dos razones nos motivaron a la elección de este hotel, en primer lugar como siempre las opiniones en booking, por encima del 8, y además la opción de encontrar una oferta en su página web, y en segundo lugar, su ubicación. Situado en una zona residencial muy tranquila, con aparcamiento cerca y además, como ya he dicho, a tan solo cinco minutos de PA.

Lo primero que llama la atención del hotel es su estilo moderno y funcional, con un amplio hall en donde se encuentra ubicada la recepción, el bar-restaurante, una zona para tomar algo con un apartado con juegos para los niños y sobre todo la sala de lectura con mesa de billar, impresionante.

























También destacaría en sus zonas comunes la iluminación gracias a una cúpula de cristal que daba luz a este hall de entrada.

Reservamos un apartamento de unos 35 metros cuadrados, con dos zonas bien diferenciadas, la habitación de matrimonio con cuarto de baño que constaba de dos camas dobles bastante amplias y un salón en donde se ubicaba una zona de trabajo con mesa y silla y las dos camas de los chicos, una supletoria y la otra un sofá-cama.

Por esta razón, no había suficiente espacio en esta parte de la habitación, y además solo había una silla, totalmente insuficiente para poder cenar con tranquilidad en la misma.



  

En el apartamento también una cocina americana con microondas, pila, mini nevera y dos fuegos eléctricos. Para el menaje había que bajar a recepción a pedirlo. Y echamos en falta una sartén. Nada de mantelería ni hule ni tampoco servilletas. Algo escaso el menaje.






También había un armario amplio de dos cuerpo con corredera pero las puertas estaban desencajadas. No entiendo qué tipo de huéspedes pueden llegar a tratar tan mal los muebles para que se estropeen con tanta facilidad.

Teníamos también contratado el desayuno que se servía en el restaurante en la planta baja, bastante amplio y bien atendido, aunque a veces eran un poco lentos reponiendo lo que se terminaba.

El desayuno de lo mejor, de frío había embutido, fruta, yogur, cereales, magdalenas, bollería variada, tostadas, y de caliente huevos revueltos (riquísimos), chistorra, tortilla y bacon. Y por supuesto café o chocolate y zumos de distintos sabores.


















Desde el restaurante se podía ver la piscina exterior, que evidentemente en estas fechas estaba cerrada.


El hotel también dispone de spa y de piscina cubierta. Se podía entrar de forma gratuita, sólo tenías que llevar gorro que podías alquilar junto con albornoz y zapatillas.


En general, el hotel estaba correcto. Los puntos más positivos eran su ubicación y el desayuno y los más negativos, el wifi que funcionaba fatal desde la habitación y la imposibilidad de cenar en la misma.

Puntuación: 7,5 sobre 10.

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