Blog Los viajes de Dora To be or not to be, that is the question - Día 2 ~ LOS VIAJES DE DORA
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To be or not to be, that is the question - Día 2

Amanece un nuevo día en Londres y por lo visto va a ser un día soleado y caluroso. Si es que no podía ser de otra manera, habíamos llevado el buen tiempo a la ciudad. 

Después de un desayuno correcto, nos disponemos a empezar el día como siempre tomando el metro en la estación de Kings Cross. 


Nuestro primer destino Hamley's. Teníamos la intención de llegar a la apertura de la tienda pero los cierres de estaciones en Londres son imprevisibles, Oxford Circus cerrada, así que no queda otra que bajarse en la siguiente estación: Green Park. 



Al tener que ir desde esta estación andando hasta Hamley's no pudimos llegar a tiempo, pero el camino hasta la impresionante tienda de juguetes mereció la pena, pasamos por el lujoso hotel Ritz, un pasadizo llamado Burlington Arcade no apto para nuestros bolsillos y la Royal Academy of Arts. 





       



       


Callejeando entre calles típicamente británicas llegamos a Regent's Street en donde se encuentra Hamley's de donde Rubén el peque no pudo salir sin regalo, jejeje







Una foto en la entrada con burbujas, mejor dicho, bubbles.


Para llegar a nuestro siguiente destino de shopping, la tienda por excelencia de los frikis, Forbidden Planet, cruzamos Carnaby Streety y damos un largo paseo por el Soho hasta Shaftesbury Avenue. 




     


     

Parece que los ingleses empiezan a saber lo que es el jamón ibérico de bellota español, jejeje


¿Entráis con nosotros en Forbidden Planet? Ojo con el presupuesto.


      

A seguir con el planning, vamos a visitar un mercadillo de monedas en un sitio recóndito, casi clandestino.

Y suguiendo con el planning bajamos por toda la calle Charing Cross Road para llegar a la estación de metro de Charing Cross. Íbamos a visitar un mercadillo de monedas en los bajos de la estación, de esas curiosidades que descubres gracias a Internet y a San Google, Smile Smile

De camino fuimos descubriendo y admirando una ciudad llena de teatros, edificios victorianos y alguna que otra tienda de dulces a la que no pudimos resistirnos a entrar: Hardy's. Os la recomiendo. 


      



      


De esa manera llegamos a Trafalgar Square y en esta ocasión tuvimos la fortuna de poder entrar a la iglesia de St. Martin in the Fields pero por más que esperamos, Hugh Grant no apareció, Smile






También visitamos la cripta que ahora es un restaurante. Un poco tétrico comer rodeado de tumbas, Neutral Neutral 





De allí a la preciosa estación de Charing Cross y a la calle Villiers, al final de la cual justo frente a la estación de Embankment, en Embankment Place entre el Costa y el Starbucks es donde se encuentra el acceso al garaje en el que se encuentra el mercadillo de monedas todos los sábados.


Decir que los ingleses a los que preguntamos, todos muy amables y respetuosos, hablando con nosotros sobre de dónde éramos y demás.





       



Sin duda, repetiremos, pero recordad que es sólo los sábados, Wink Wink

Como estábamos ya en Victoria Embankment, decidimos, antes de comer, dar una vuelta por la ribera del río Támesis, hasta Cleopatra's Needle (La Aguja de Cleopatra).

Preciosas las vistas de la London Eye y de la ribera sur.




“La aguja de Cleopatra” es un monumento realizado en el siglo XV a.C. y traído a Londres en el siglo XIX, como regalo del gobierno egipcio a la reina Victoria por su ayuda y victoria en las batallas en Egipto.

      




Tomamos Savoy Street hacia Covent Garden, para llegar a nuestro destino: el pub The Bear and Staff de la cadena Nicholson's en el que teníamos reserva para comer.

      







Me encantan los pubs ingleses y en realidad no son tan caros como podéis pensar, sobre todo los de la cadena que os he mencionado. Comimos hamburguesas de distinto tipo y estaban todas riquísimas, y la mía era casi imposible de comer, tan grande. Esos es carne y lo demás es tontería, jeje.

De bebida probamos "ale", bastante fuerte y algo que nos resultó curiosa, estaba caliente, pero oye, que hay que probar de todo, jeje.




     



Ya con el estómago lleno y un poco más contentos que de costumbre por la cerveza, volvimos a la estación de Charing Cross para volver a coger el metro que nos llevaría hasta la estación de London Bridge. Uno de los lugares que se nos quedó en el tintero el año pasado fue el Borough Market  y hoy junto con el martes era el único día que podíamos visitarlo así que para allí que fuimos.

Pero antes de visitar el mercado, entramos en Southwark Cathedral, impresionante catedral gótica más parecida a las nuestras que la de Abadía de Westminster. Impresionante. Nos resultó muy curioso que la entrada fuera gratuita, pero que si querías hacer fotos, tenías que pagar 2,5 libras. Ojalá en todas las catedrales de España impusieran una norma así. Os dejo algunas fotos pero ya dedicaré un post en concreto a esta preciosa catedral.









      


Y por último dimos una vuelta por el Borough Market, lógicamente no comimos nada porque ya habíamos hecho lo propio en el pub. Alucinante la cantidad de puestos de comida que hay en el mercado, aunque para mi gusto y supongo que por ser sábado, demasiada gente. Es increíble cómo les gusta a los ingleses comer de pies o en la calle o donde sea. 







Y ahora os dejo una foto del contraste de Londres, la catedral de Southwark y The Shard. Antigüedad y modernidad en perfecta armonía. 


De camino de nuevo al metro para ir a nuestro siguiente destino, pudimos ver el Golden Hinde II, una réplica, o tal vez el genuino, barco de Sir Francis Drake.


Del metro de London Bridge nos fuimos a nuestro siguiente destino, de nuevo y gracias a nuestra mágica Travelcard, mira que le sacamos partido a la tarjeta de transportes, jeje.

Y así llegamos a Harrods. Pendiente del año pasado, este no podíamos volver de Londres sin visitar los famosos almacenes.

Para mi gusto, más bonitos que Selfridges y más preparados para el turismo. Menuda cuarta planta de souvenirs. Te daban ganas de traerte todo la tienda, y los precios sin ser asequibles, bastante ajustados para ser Harrods. 








Igual que hubiera sido imperdonable no haber visitado Harrods, el pequeño de la casa jamás nos hubiera perdonado no habernos pasado por St. James's Park para visitar a sus amigas: las ardillas.

Así que cogimos uno de los autobuses que nos acercaba a Green Park y desde allí fuimos hasta Buckingham Palace, alucinando con los ingleses que estaban aprovechando el sábado soleado para ponerse morenos, todo en el parque. 





En St. James's Park, mientras el pequeño Rubén disfrutaba dando de comer a las ardillas, los demás descansábamos al sol en un día curiosamente agradable y con calor. Si es que Londres siempre nos recibe con su mejor sonrisa. 
















Las ardillas de Londres no pasarán hambre este invierno gracias a Rubén, Smile Smile Smile


Bajamos por todo The Mall hasta llegar a unas escaleras que dan acceso a Waterloo Place para así llegar hasta Picadilly Circus.

Nos encontramos con la estatua del Duque de York y de la reina madre.


      



Justo nada más subir las escaleras que dan acceso a Waterloo Place, en una esquina está el número 10 de Carlton Terrace, hoy en día una fundación para la ciencia y la tecnología. Para una servidora, el club Diógenes de la serie Sherlock de la BBC.


Y así llegamos a Picadilly y por supuesto a Lillywhites, si ya no íbamos cargados, más compras, jeje.




      



En esta ocasión para cenar elegimos comida rápida. Así que de camino a Leicester Square, para nuestra visita a la tienda de M&M's, entramos en el Kentucky Fried Chicken. Nos sobraron trozos de pollo para dar y tomar. 

      



      

Volvimos a coger el autobús para llegar al Parlamento, y así hacer fotos de noche. Desafortunadamente, dos paradas de autobús estaban en obras, así que, ya que de por sí estábamos cansados, unos kilómetros más a nuestras espaldas, jeje.

Dejamos tranquilo a nuestro fotógrafo profesional para que hiciera fotos de noche con el trípode mientras nosotros esperábamos sentados a los pies de Churchill.

Las fotos hablan por sí solas, aunque nuestro fotógrafo profesional no está contento con ellas, he de decir que a mí me encantan y me ponen los pelos de punta. Pero, oye, si hay que volver para que siga practicando, se vuelve. Será por excusas. 








      


Vimos hasta las 12 campanadas en el Big Ben. Los pelos de punta al recordarlo.

Y cogiendo el último metro desde la estación de Westminster, llegamos a King's Cross. Y unas últimas fotos de la estación, completamente vacía, antes de irnos a dormir y dar por finalizado nuestro segundo día en Londres.


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