La Casona de Andrea en Tiedra

Durante un día y con la intención de visitar alguno de los lugares turísticos de la provincia de Valladolid, nos hospedamos en el Hotel Rural La Casona de Andrea, situados a escasos kilómetros de la localidad de Tiedra, en la carretera de Tiedra a San Cebrián.

Reservamos dos habitaciones dobles, comunicadas, en régimen de MP que incluía el desayuno y la cena a un precio los cuatro de 150€. Precio económico para las prestaciones del hotel.

Estábamos muy entusiasmados con la idea de hospedarnos en un hotel cinco estrellas, y en algunos aspectos el hotel era digno de esa categoría, en otros creo que bien le podría sobrar una estrella.

Empecemos con los puntos generales de este alojamiento y más destacables.

Por un lado, su ubicación, y sobre todo su tranquilidad. Situado en plena naturaleza, en un paraje donde se respiraba silencio pero al mismo tiempo cercano a la localidad de Tiedra o de San Cebrián de Mazote.

El hotel dispone de 13 habitaciones dobles más 3 suites decoradas en estilo rural y lujosas, aunque eché en falta una mini-nevera, algo que con frecuencia suele haber en hoteles de cuatro estrellas.

El complejo dispone de un centro ecuestre y de una granja, la cual visitamos antes de cenar.

También había un lago y un campo de fútbol y ya dentro del hotel, las dependencias comunes tanto el comedor, como la terraza del bar o los salones eran bastante agradables. Sobre todo la terraza en la que después de cenar estuvimos tomando algo. Y aprovechando el wifi de la recepción, ya que en las habitaciones no había wifi, algo que deberían solucionar.

Echamos en falta una piscina. Y vimos que en la planta semi-sótano, habían empezado a construir una pero parecía que la idea hubiera sido abandonada de momento. La impresión es que sería una piscina climatizada y la verdad es que la idea sería de gran aceptación.

Como ya he dicho, estuvimos alojamos en MP, así que cenamos y desayunamos.

Para la cena, nos ofrecieron dos primeros y dos segundos a los adultos, de primero tomamos ensalada mixta y de segundo pollo asado en mi caso, y pimientos rellenos de bacalao mi marido. Más postres. Bebidas aparte. No estaba mal preparado, pero como he dicho antes, para un hotel de su categoría, nos pareció un menú escaso en los platos y demasiado sencillo. Para los niños, nos ofrecieron tres menús infantiles. El primero era puré de verduras más palitos de merluza, el segundo espaguetis más nuggets de pollo y el tercero croquetas más pizza.

Durante la cena, nuestro pequeño Rubén se empeñó en dar de comer a un pato de la granja, del que se hizo amigo.

El desayuno nos desilusionó un poco. Algo de embutido, tostadas, zumos embotellados, y zumo de naranja natural riquísimo, unos bollos y cereales. Nos esperamos algo de comida caliente como huevos cocidos o tortilla que en otros muchos hoteles te encuentras. Parecía más bien el desayuno de un hotel de tres estrellas o incluso inferior, salvo por el café y el zumo de naranja natural. La sensación es que no están acostumbrados a que la gente reserve MP o incluso Desayuno y te ofrecen lo que pueden para salir del paso.

Con todo lo dicho, y entendiendo que el precio del hotel tampoco era propio de un hotel de cinco estrellas, decir que sobre todo nos gustó el entorno, la tranquilidad, la comodidad de las camas y el trato del personal pero en aspecto a la restauración muy mejorable. Y faltaba wifi y mini-nevera en las habitaciones.