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Visita a Aranjuez

Siempre es un buen momento para disfrutar de Aranjuez, hermosa villa de la comunidad de Madrid, Patrimonio de la Humanidad y descubrir nuevos rincones de la misma o simplemente perdernos por la inmensidad de sus jardines.

Eso hicimos en el 2013 y repetimos este año en el 2014 aprovechando una tarde no muy calurosa del mes de junio y una vez recopiladas todas las fotos de nuestros dos paseos, paso a montar este reportaje fotográfico para todos vosotros.

En ninguna de las dos ocasiones, accedimos al interior del Palacio de Aranjuez. Sin duda os lo recomendamos si es vuestra primera visita. Nosotros lo conocemos de hace muchos años pero seguimos sin entender por qué no se pueden hacer fotografías en su interior cuando en las páginas oficiales las hay, evidentemente, no es por preservar, pues hoy en día con las cámaras digitales tan potentes, no es necesario flash. En fin, fin del off-topic y vamos a perdernos por Aranjuez, no os defraudará, os lo aseguro.

Cómo llegar

Aranjuez es un municipio de Madrid, al que atraviesan los ríos Tajo y Jarama. Es uno de los Reales Sitios de la monarquía española desde que Felipe II lo nombrara en 1560, al igual, tiene el título de villa desde 1899. Por ello que se conoce como Real Sitio y Villa de Aranjuez.

Es famoso por su Palacio Real y sus Jardines, sus huertas de fresas y espárragos, por haber servido de inspiración al músico Joaquín Rodrigo para su Concierto de Aranjuez. El Paisaje Cultural de Aranjuez fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.

Qué ver

Palacio de Aranjuez

Felipe II, haciendo suyo un antiguo proyecto de su padre, el Emperador Carlos, ordenó en el año 1561 la sustitución de la vieja residencia maestral de Aranjuez por un nuevo edificio que es el antecedente del actual Palacio Real ribereño. Juan Butista de Toledo fue el arquitecto a quien el rey encargó los planos, iniciándose la construcción de la capilla, que fue culminada por Juan de Herrera. Unos años más tarde, se comienzan las obras del Palacio bajo la dirección de Juan de Minjares. Cuando Felipe II muere, en 1598, la construcción ribereña presenta acabada la llamada torre sur, ocupada por la capilla, y una gran parte de las fachadas de mediodía y poniente.

Hasta el reinado de Felipe V permanecen prácticamente abandonadas las obras del nuevo Palacio Real de Aranjuez. El rey borbónico, siguiendo los primitivos planos de Herrera encomienda al aparejador de los Reales Sitios, Pedro Caro Idrogo, la continuación de las obras, que se reinician en el año 1715. Se levanta la torre norte, de idénticas características a la construida por Minjares, y se completa la fachada oeste, construyéndose también toda la estructura que conforma el actual cuerpo del Palacio.

Destruido el edificio por un incendio, Fernando VI encarga su reconstrucción a Santiago Bonavía, quien incluye en la restauración de la fachada principal algunos cambios, como los arcos sustentadores de la terraza del primer piso y la adición del frontis sobre el que descansan las estatuas de los reyes Felipe II, Felipe V y Fernando VI .

En época de Carlos III se amplía el Palacio Real de Aranjuez, siendo Francisco Sabatini el autor de las alas de poniente, que limitan lateralmente la soberbia Plaza de Armas. En el extremo del ala derecha se levantó la actual capilla, decorada por Bayeu, no concluyéndose el teatro que debía ubicarse en el ala situada a la izquierda.   El Palacio Real de Aranjuez se caracteriza exteriormente por sus colores blanco, de la piedra de Colmenar, utilizada en su construcción, y rojo, de los ladrillos empleados en sus paramentos. El frente del edificio, excepto en su cuerpo central, presenta una sucesión de ventanas, en su piso inferior, y balcones, en el superior, que es rematado por una balaustrada. En el cuerpo central, con un piso más, se encuentra el frontón con el escudo de Fernando VI, sobre el que están colocadas las estatuas de los reyes Felipe II, Felipe V y Fernando VI, según el proyecto de Bonavía. En la parte inferior de este cuerpo central un pórtico de cinco arcos de medio punto, también diseñado por Bonavía, sustenta la terraza del piso principal con su gran balconada. La fachada orientada al Este, con dos pisos, posee en su centro un cuerpo saliente cuyas ventanas y balcones dominan los Jardines del Parterre. Finalmente, las fachadas Norte y Sur, de características arquitectónicas similares, están compuestas de dos cuerpos rematados por una balaustrada.




     











Como ya os he dicho, no accedimos a su interior, y en cualquier caso, no hubiéramos podido hacer fotos.

Ruta por el Jardín de la Isla

Es un ejemplo de jardín renacentista italoflamneco. Se accede a él a través del Parterre. Se llama así por encontrarse rodeado por las aguas del río Tajo. En su lado sur se encuentra separado del Palacio Real por una ría artificial que forma la famosa Cascada de la Castañuelas, obra de  Santiago Bonavía.

A pesar de que la idea de crear un jardín renacentista en Aranjuez fue de Carlos V, fue su hijo Felipe II quien emprendió las obras de ordenación del territorio. En 1560 toma el mando de la obra Juan Bautista de Toledo y es cuando comienzan a llegar las primeras especies de Flandes, Francia, Valencia y Andalucía. En 1564 se comenzaban a traer de Italia los mármoles labrados para las fuentes, las cuales fueron aumentando bajo el reinado de Felipe III y Felipe IV. El agua del que se nutrían estas fuentes provenía del Mar de Ontígola.

El trazado del Jardín de la Isla se basa en un eje central rodeado por compartimentos rectangulares que se dividen a su vez en cuadrados. Los cruces de los ejes transversales más importantes con el eje principal están marcados por plazoletas con fuentes. Esta calle central estaba cubierta en los siglos XVI y XVII por túneles formados con moreras y enrejados de madera llamados galerías hasta que en el siglo XVIII con la influencia francesa desaparecieron. Siguiendo el cauce del río la isla acababa en una lengua de tierra que los sedimentos del Tajo iban haciendo cada vez mayor. En 1729 Felipe V decidió crear un mirador sobre el Tajo construyendo fuertes muros de contención sobre el cauce, salvaguardando el jardín de las posibles crecidas del río. Esta parte del jardín se llamó La Isleta, y se construyó entre 1731 y 1737 por Leandro Bachelieu, basado en el proyecto de Esteban Marchand. Los puentes sobre la ría y el Tajo los edificó Santiago Bonavía. Los grandes bancos de piedra que rodean las plazuelas donde se encuentran las fuentes fueron elaborados por Sabatini durante el reinado de Carlos III.

A finales del siglo XVIII el abandono permitió disfrutar de un jardín más “natural”, disimulando la ordenación del territorio y la disposición de las fuentes que denotan el carácter artificioso de este lugar.

Destacan las fuentes de Apolo, del Niño de la Espina, de Venus, o de Baco entre otras. Recorrimos gran parte del jardín sin llegar al extremo más alejado del palacio.











     



Situado en el lateral meridional del palacio y con forma rectangular, el del Rey es un ejemplo de “jardín cerrado” adornado con estatuas, combinando así, el estilo renacentista italiano con la herencia mudéjar tan común entre los Austrias. Este jardín fue ideado por Juan Bautista de Toledo y llevado a cabo por Juan de Herrera en época de Felipe II como un jardín privado abierto al edificio palacial, caracterizado por el ladrillo empleado para formar sus caminos. La fuente de jaspe verde creada por Roque Solario se encuadra en el centro de la composición de sus setos cerrados.

Felipe IV incorporó una colección de esculturas y bajorrelieves en hornacinas dispuestas en los muros de cierre que aportan un significado político y dinástico al jardín. Entre las estatuas destacan las de Felipe II y Carlos V y doce bustos de césares. En 1733, con la obra del vecino jardín del Parterre, se derriba el muro del lado este que lo separaba perdiendo el carácter íntimo, abriendo y conectando ambos jardines.




Jardín del Parterre

Mandado construir por Felipe V al ingeniero Esteban Marchand en 1727, el cual fusionó el estilo francés con la disposición de los elementos del terreno (situación del río, preexistencia del Jardín del Rey, emplazamiento del Palacio, etc.) creando un magnifico lugar de recreo para los reyes en su día y para los curiosos transeúntes de hoy. Esteban Boutelou, jardinero francés, fue el encargado de diseñar los ejemplares florales y su disposición que dio por finalizados en el año 1736. Junto a la fachada oriental del Palacio Real, está situado el Jardín Nuevo o del Parterre, anexo al Jardín de la Isla en la entrada sur de Aranjuez y adyacente al afamado restaurante El Rana Verde.

Destacan la Fuente de Hércules y Anteo, la Fuente de Ceres, y la Fuente de las Nereidas.



     









Durante el siglo XVIII los Reyes de España enriquecieron el Real Sitio de Aranjuez con renovaciones y obras nuevas. Entre las más importantes está el extenso Jardín del Príncipe, con sus obras arquitectónicas, como las puertas de acceso al jardín, la fuente de Apolo o el estanque con sus templetes clásico y chinesco.

Sin duda alguna, este es el jardín más grande de los que se encuentran en Aranjuez con un perímetro de 7 km y 150 hectáreas de extensión. A diferencia del Jardín de la Isla, el del Príncipe destaca por la riqueza botánica y no por su por su trazado. En realidad no es un solo jardín, sino varios. Los cincos primeros jardines se crearon por orden de Carlos IV.

El Jardín del Príncipe fue creado por Carlos IV, siendo todavía  Príncipe de Asturias y lo concluyó siendo rey, entre 1789 y 1808. Al contrario que el Jardín de la Isla, es un jardín paisajista que sigue la moda inglesa y francesa a finales del siglo XVIII. Sin embargo, en él se integran elementos anteriores, como la Huerta de la Primavera y el embarcadero de Fernando VI.






     









     





A unos pocos pasos del Parterre nos encontramos con el último jardín construido en Aranjuez, el Jardín de Isabel II, o más conocido entre los habitantes como el de “La Princesita”. De forma cuadrada, está situado en el lado oriental de la Plaza de San Antonio. Este jardín se construyó sobre un antiguo garaje de carretas y ganado. Después de ser coronada como reina Isabel II en 1834 y como conmemoración de ello, se emplazó una estatua de bronce de la reina niña sobre un pedestal de mármol blanco, regalo del embajador francés del momento, Juan Luis Brúñete.

Todo el conjunto fue acompañado por ocho bancos de piedra y jarrones emplazados en altos pedestales. Todo el jardín se encuentra cercado por una verja de hierro que sustituye a una antigua de madera que había en su origen, para proteger los arbustos y las flores plantados. En su exterior, pegado al muro que sujeta la verja y mirando a la Plaza de San Antonio, disfrutamos de un banco de piedra que ocupa toda la fachada. La estructura del jardín que encontramos en la actualidad no se corresponde con la del proyecto inicial, ya que a finales del siglo XX se realizó una remodelación, respetando siempre el pedestal con la escultura de Isabel II en el centro del jardín. En la actualidad, podemos encontrar pequeñas isletas rodeadas de bancos en los que poder descansar. El Jardín de Isabel II posee cuatro entradas, aguardando dos casetas en la entrada de la calle de la Gobernación.



     

Casa de Labrador

Construido por petición de Carlos IV, en este palacete se conserva uno de los conjuntos neoclásicos más importantes de Europa. Trece años duró la obra en la que intervinieron Juan de Villanueva y su ayudante Isidro González Velázquez. En una primera fase de construcción solo se levantó una nave central, hasta que en 1800 se añadieron dos alas al edificio principal.


Museo de Falúas

Reconstruido en 1966 según proyecto de Ramón Andrada y situado dentro del Jardín del Príncipe cerca del embarcadero, posee una de las colecciones más espectaculares de embarcaciones que los reyes de España utilizaban para navegar por el Tajo e incluso por el Mar de Ontígola. Entre todas destacan la falúa que perteneció a Carlos IV, creada en Cartagena y decorada por Salvador Maella, y la antiquísima góndola de Felipe V, que en realidad es del periodo de Carlos II (siglo XVII). Además podemos disfrutar de las pinturas referentes a la escuadra española del siglo XIX, así como de un juego de cañones de bronce procedentes del reinado de Fernando VI  y distintos utensilios para la navegación de falúas.



Edificio construido al de la Plaza de San Antonio, para alojar a los hijos de Carlos III, en el siglo XVIII. El diseño fue hecho por Juan de Villanueva, encargándose de terminar la construcción Manuel Serrano.

Es un edificio civil que cumplía la función de alojamiento de los Infantes Gabriel y Antonio. El palacio está impregnado de la influencia renacentista, ya que está configurado en tres plantas, aunque fue acabado al estilo barroco. Actualmente se trata de casas habitadas por lo que sólo se puede visitar el exterior del monumento. En el interior del edificio todavía se conserva las escaleras principales y las de servicio con barandillas de hierro forjado.


Casa de Oficios y Caballeros

La Casa de los Oficios data del siglo XVII y la Casa de los Caballeros del siglo XVIII. Estos edificios porticados se levantaron para alojar a los servidores y visitantes de la Corte. Fueron diseñadas por Juan Herrera y Juan de Villanueva. En la actualidad son oficinas ocupadas por la administración.

La Casa de Los Oficios fue construida en el siglo XVII como residencia nobiliaria por el arquitecto Juan Gómez de Mora, siguiendo el estilo renacentista, de dos patios cuadrados alrededor de los cuales se distribuyen en dos pisos, el inferior con arcos y el superior con una amplía terraza corrida. Juan de Herrera terminó el palacio utilizando ladrillo y de piedra y lajas de pizarra para la cubierta.

El edificio se encuentra unido al Palacio Real de Aranjuez y sus fachadas dan, a la Plaza de Parejas por el oeste y a la Plaza de San Antonio por el este. Hoy en día estos edificios están ocupados por la administración y por viviendas privadas.







Real Iglesia de San Antonio.

Proyectada por los arquitectos Isidro González Velázquez y Santiago Bonavia en el siglo XVIII, tiene su origen en un oratorio que Felipe IV mandó habilitar como provisional debido a la poca capacidad de la Capilla Real que solo tenía dos altares. Fue también utilizada como cuartel por las tropas napoleónicas.






     

Se integra en la formación de la plaza de San Antonio, centro neurálgico de Aranjuez y conocida tradicionalmente como la plaza de la Mariblanca, primera de las iniciativas de la expansión urbana del Real Sitio.





     

Casa de los Empleados. Ayuntamiento

Destinada al alojamiento de los empleados del Real Sitio.

En 1835 pasó a convertirse en Casa Consistorial.




Carlos IV encargó a Juan de Villanueva el proyecto de construir una casa para vivienda del gobernador del Sitio y establecimiento de los oficios de Contaduría, Tesorería y Escribanía. Albergaba las oficinas administrativas del Real Sitio.


Palacio de Medinaceli

Ocupa toda una manzana (Calle Capitán, Gobernador, Rey y Abastos). Edificio civil construido por los Duques de Medinaceli en el año 1773, para la residencia de la familia. El edificio es conocido también como la Casa de Carmena.

Es de estilo neoclásico y responde al modelo palatino de Aranjuez; arquitectura sencilla con escasa ornamentación, solo subrayado por el acceso adintelado, que conduce a un patio interior a través e un interesante zaguán.

Se adapta al modelo de manzana del casco antiguo, de crujías distribuidas en torno a un patio cuadrado, caballerizas traseras y con un espacio ajardinado en la parte posterior. Hoy está dividido en viviendas.



     



Plaza Elíptica






Palacio de Silvela




Y por supuesto,... el río Tajo.







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