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Visita a Villena

Durante la pasada Semana Santa (2014) disfrutamos de unos días de descanso en la provincia de Alicante. Y entre los numerosos lugares que visitamos, empezamos por mostraros la localidad de Villena con su famoso Castillo y Tesoro.

Situación geográfica

Villena es la capital de la comarca del Alto Vinalopó, se encuentra en el Noroeste de Alicante y es límite entre las provincias de Valencia, Albacete y la Región de Murcia. Su población es de casi 35.000 habitantes. Tiene una altitud sobre el nivel del mar de 504 metros y su término municipal abarca una extensión de 344'2 Km².

Historia

La estratégica situación geográfica que ocupa Villena, unida a la riqueza acuífera de su subsuelo, han determinado el papel de esta ciudad en la Historia, y explican que en esta zona se hayan dado cita casi todas las culturas prehistóricas, desde el Paleolítico Medio, hace 50.000 años. Existen asimismo vestigios del Neolítico y del Calcolítico, sin embargo es en la Edad del Bronce donde Villena aparece con mayúsculas en la Historia, ya que a esta etapa pertenece el magnífico tesoro áureo, que ha dado nombre a la "orfebrería tipo Villena". La continuidad del proceso humano está constatada por la presencia de poblados iberos y villas romanas repartidas por todo el término.

De época islámica sabemos que el reino musulmán de Murcia tuvo a esta ciudad de jardines como límite norte. Su condición fronteriza propicia que el nombre de Villena suene en distintos episodios de la reconquista. La conquista cristiana de Villena tuvo lugar en 1240, a cargo del comendador de Alcañiz, en nombre de Jaime I y de la Corona de Aragón. A partir del Tratado de Almizrra -1243- pasó a Castilla. El rey Fernando II creó el título de Señorío de Villena y lo cedió a su hijo, el infante Don Manuel, permaneciendo en la familia de los Manuel y, posteriormente de los Pacheco hasta 1488, cuando los Reyes Católicos lo incorporaron a la corona. El territorio fue Señorío, Principado, Ducado y, posteriormente Marquesado, y comprendía parte de las actuales provincias de Almería, Murcia, Albacete, Alicante, Valencia y Cuenca, y comprendía veintitrés localidades.

Al filo del siglo XVI se abre un período de cierta tranquilidad, sólo rota por el eterno conflicto territorial de Los Alhorines, entre Caudete y Villena.
Posteriormente, en 1525 Carlos I le concedió el título de ciudad.

Durante la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones, Villena apoyó a estos últimos en la figura de Felipe V, siendo su castillo una excelente plaza de armas para acabar con los fueros del Reino de Valencia en la Batalla de Almansa de 1707. Esto le hizo ganar el título de "Muy Noble, muy leal y fidelísima", que hoy figura en su escudo.

La imagen urbana de Villena a finales del siglo XVIII es la de una ciudad abierta que ya no tenía murallas, inserta en el camino del desarrollo con el paso, a mitad del siglo XIX, del ferrocarril que unía Alicante y Madrid, o con el trazado que la conectaba con Alcoy. Y es aquí cuando la ciudad volverá sus ojos a la Historia al incorporarse definitivamente a la provincia de Alicante en 1836.

Recorrido por Villena

Nada más aparcar el coche en el parking situado justo al lado del Centro de Recepción de Visitantes de Villena, situado en la Calle General Prim, accedimos al mismo para recoger información sobre la localidad, aunque ya sabíamos de antemano cuáles eran los monumentos más emblemáticos de la misma. Aún sí, nos dieron información y nos confirmaron los horarios de visita tanto del Castillo como del Museo Arqueológico y de la Iglesia de Santa María y la de Santiago.

Horarios de apertura del Centro de Interpretación.
Mañanas de martes a domingos, festivos y lunes víspera de festivo: De 10 a 14 h.
Tardes de martes a sábado: De 15.30 a 17.30h.
CERRADO: Lunes todo el día

Ya desde allí mismo pudimos ver el famoso Castillo de la Atalaya, que visitaríamos más adelante, así como unas hermosas vistas de toda la localidad.









Adentrándonos en el casco histórico de Villena, nos acercamos en primer lugar a la Iglesia de Santa María.

Esta iglesia fue levantada en el siglo XVI sobre la antigua mezquita mayor musulmana de Villena, momento en el que pasó a convertirse en la iglesia de El Rabal. Siguiendo las normas estilísticas de las iglesias de la Reconquista, consta de una nave con bóveda gótica de crucería sostenida por arcos con relieves renacentistas y su cabecera poligonal carece de girola. La fachada está enmarcada por una portada barroca que alberga a la Virgen titular del templo en una hornacina.

 

 



  

 


Desde allí nos dirigimos por la Calle Mayor hasta la Plaza Mayor. La primera mención que se tiene de esa plaza se remonta al siglo XIV, aunque su formación supone un proceso que se produce con el paso del tiempo, hasta alcanzar su forma actual. Destaca una fuente del siglo XIX.










Y de allí a la Plaza de Santiago en donde se encuentra la Iglesia de Santiago, el Ayuntamiento, la Casa de Cultura y la Oficina de Turismo.





 

Por cuestiones de tiempo, decidimos acercarnos en primer lugar al Museo Arqueológico de Villena ubicado en un edificio de la Plaza de Santiago. El edificio se construyó alrededor de 1520 para que fuese Casa Abadía de la Iglesia de Santiago. Es uno de los primeros y más notables palacios renacentistas de la Comunidad Valenciana. Cuenta con una rica portada decorada con esculturas y relieves esculpidos posiblemente por el italiano Giacomo Fiorentino. El Museo se inauguró en 1957 con el objetivo de exponer las colecciones arqueológicas y los Tesoros de Villena descubiertos por José María Soler. Con el transcurso del tiempo y la ayuda de modernas investigaciones, los hallazgos se han ido incrementando hast formar una completa muestra material, reflejo del denso y rico poblamiento local.

Hoy en día podemos disfrutar de restos de la Edad del Bronce, de la cultura romana, de la Edad Media e incluso de objetos modernos como un reloj de cuco de increíble belleza.


 

 



 

 



 


Tesoro de Villena

Dentro de una urna cerrada que te abrirán gentilmente se encuentra el famoso Tesoro de Villena.

En diciembre de 1963 apareció un brazalete de oro de medio kilo de peso en las arenas de una obra que se lleva a cabo en un solar de Villena. Enterado J.M. Soler excavó la Rambla del Panadero de donde procedían aquellas tierras y encontró una vasija enterrada en un hoyo que contenía en su interior el fabuloso Tesoro de Villena compuesto de setenta piezas de oro - cuencos, brazaletes, botellas y diversas que piezas que adornaban un centro-, tres botellas de plata, un brazalete de hierro y dos mixtas: un remate de hierro con adornos de oro y un botón de ámbar y oro. Un conjunto de más de nuevo kilos de oro que fue escondido hace 3000 años.

También puedes ver un documental sobre el descubrimiento del Tesoro, de especial interés.









Otro de los monumentos que pudimos visitar en nuestro paseo por Villena fue la Iglesia Arcedianal de Santiago situada en la plaza del mismo nombre. Sólo se puede visitar en visita guiada con la guía de la Oficina de Turismo y tuvimos algunos problemas para poder hacerlo porque tenían una visita escolar y estaban sin personal suficiente. Afortunadamente, después de mostrar nuestro interés por la visita, la guía, muy gentilmente, se ofreció a enseñárnosla.

Edificada entre los siglos XIV y XVI es uno de los ejemplos góticos-renacentistas más importantes de la Comunidad Valenciana. Está fuertemente influenciado por el gótico catalán, adquiriendo en este templo un carácter más monumental. Su interior es de tres naves y girola y en él destacan sobremanera las columnas entorchadas que describen una bella forma helicoidal. Estas columnas, que ofrecen un carácter más esbelto del alzado, constituyen uno de los escasos ejemplos en España dentro de iglesias.

A finales del siglo XV, la familia Medina promueve la ampliación que abarcará todo el siglo XVI, asimilando el estilo renacentista para elementos como la puerta de acceso a la Sacristía y el aula capitular. También es notable la pila bautismal, realizada por Jacobo Florentino en piedra caliza y, a los pies del altar, los restos de la reja labrada en 1553.

Fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931 y es Bien de Interés Cultural.
 



 











Dejamos la visita del Castillo de la Atalaya de Villena en último lugar para así poder cuadrar horarios.

Visible desde cualquier punta de la localidad, se levanta sobre el monte de San Cristóbal, a una altitud de 550 metros.

Su construcción se inicia con los almohades en el siglo XII, empleándose la técnica del tapial de diferente manera según sea para levantar las murallas, realizándose a base de tierra y cal aprisionada, o para edificar los dos cuerpos inferiores de la torre del homenaje, en las que se empleará un hormigón de gran dureza.

Tras la conquista cristiana se efectuarán en los siglos XIV y XV diversas reformas que comprenderán el refuerzo en piedra de las murallas existentes, la ampliación con fábrica de mampostería de la torre del homenaje, ofreciendo el aspecto actual o la construcción de un antemural o barrera en todo el perímetro de la fortaleza, siguiendo la tradición castellana. De esta manera se convertirá en una magnífica construcción bajo medieval, cuya estructura y porte nos permitirá encuadrarlo dentro de los grandes castillos que jalonaban el extenso marquesado de Villena.






Torre del Homenaje

Es el elemento más dominante y representativo de todo el castillo. Al ser el lugar más protegido, en ella se encontraba el puesto de mando y constituía el último reducto defensivo de la fortaleza. Sus dos primeras plantas están cubiertas con dos espléndidas bóvedas almohades de arcos entrecruzados, constituyendo dos joyas de la arquitectura andalusí. Exteriormente está decorada con un acabado de líneas de cal, conocido como falso despiece característico de las obras militares almohades.

Las dos plantas restantes se cubren con un artesonado de madera y una bóveda de cañón ligeramente apuntada construida de ladrillo.

La torre se remata con ocho escaraguaitas o torrecillas cilíndricas, muy usuales en los castillos castellanos levantados en el siglo XV debajo de las cuales se encuentran esculpidos los escudos heráldicos del segundo marqués de Villena, Juan de Pacheco.

Aún son visibles los impactos de artillería producidos por los proyectiles disparados durante el asedio sufrido en 1707 en el transcurso de la Guerra de Sucesión española.

 




 






Grafitis

Durante los siglos XVIII y XIX, coincidiendo con los dos últimos hechos bélicos en los que la fortaleza se vio inmersa - Guerras de Sucesión y de la Independencia - el castillo se convirtió en improvisada prisión. Muchos de los reclusos allí retenidos dejarían testimonio en los muros y paredes de la torre del homenaje de los anhelos y de las penalidades sufridas durante su cautiverio a través de una serie de dibujos y grabados. Realizados con exquisito gusto mediante la incisión en la superficie ennegrecida, están formados por una gran variedad de motivos, ofreciendo una importantísima información acerca de sus autores y de las circunstancias en las que se encontraban cuando fueron dibujados.












Barbacana

Levantada en el siglo XV, en realidad se trata de una estructura avanzada encargada de proteger la ermita de la Virgen de las Nieves, un pequeño templo construido en el siglo XIII por la familia Manuel.

Junto a la ermita se encuentra un aljibe con capacidad para 70000 libros de agua que originariamente estaría cubierto con una bóveda de cañón de ladrillo. Junto a este depósito se encuentra un profundo pozo que formaría parte del sistema de abastecimiento de agua.







 


Patio de armas

Este gran espacio que queda en el centro del castillo y que estuvo rodeado de diversas estancias que se apoyaban en la parte interior de la muralla, constituía en torno el lugar en torno al cual giraba la vida de sus habitantes.

  • Aljibe: depósito subterráneo con capacidad para 100000 libros de agua.
  • Horno: su existencia era imprescindible para que sus habitantes dispusiesen de alimentos cocinados.
  • Molino y abrevadero: construidos entre finales del siglo XV y principios del XVI.
  • Salón: edificio levantado a mediados del siglo XIV por don Juan Manuel, era la sala principal del castillo destinada a recepciones.
  • Bolaños: posibles proyectiles procedentes de armas de gran calibre.
  • Edificio de uso militar: destinado a acuartelamiento de la tropa, contaría con dos alturas y estaría cubierto con un tejado a un agua.













Una vez que terminamos la visita de la localidad de Villena, nos acercamos al Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes, también llamado Monasterio de las Virtudes que está situado en la pedanía de Las Virtudes. Se encuentra en un paraje natural junto a una antigua laguna, actualmente desecada, y a unos 5 km de la ciudad, en las cercanías de la Fuente del Chopo.

En 1474 los vecinos de Villena, contagiados por la peste se trasladaron al paraje de la Fuente del Chopo. Eligieron una patrona que les librara de la muerte y nombraron, tras una serie de hechos que narra la tradición, a María Santísima de las Virtudes.

Al cesar la epidemia se construyó una primitiva ermita al cuidado de ermitaños dedicados al culto de la Virgen. Actualmente se conservan algunos restos de esta primigenia edificación, en la cripta situada debajo del Camarín de la Virgen.

El consejo hizo dos votos perpetuos a la Patrona. El primero se celebra el 25 de marzo, festividad de la Anunciación, y el segundo el 8 de septiembre, festividad de la Natividad de la Virgen. En ambas fechas se realizaban devotas romerías hacia el Santuario.

Posteriormente se fundó un convento en 1526, formado por iglesia, levantada sobre la antigua ermita, claustro y dependencias anejas. Estuvo habitado por la Orden de San Agustín de la provincia de Andalucía que permaneció en el Santuario hasta su expulsión en 1835.

La entrada principal se realiza por el lado Este, por una escalinata de ocho gradas que da paso a un claustro rectangular.










 

En la planta baja del claustro destacan los arcos de medio punto que apoyan sobre gruesos pilares de ladrillo mientras que en el primer piso los huecos son adintelados. En la galería alta estaban las celdas de los religiosos, así como dependencias destinadas a cocina, refectorio, etc. En el centro del patio se conservan dos pozos de agua con brocales de piedra.









 

Adosada a la galería Norte del claustro se encuentra la Iglesia orientada al Este. La planta del templo es rectangular con tres naves, con pilares cuadrangulares sobre las que apoyan arcos. Las naves laterales albergaron capillas hasta la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. En los muros se conservaban pinturas del siglo XVI.

El Altar Mayor presenta un retablo dorado construido en 1940 y restaurado en 2005. En el centro expone la imagen de la Virgen María de las Virtudes a ambos lados las pinturas de San Joaquín y de Santa Aa, y en la parte más alta está representada la Santísima Trinidad.






 

El Camarín de la Virgen fue construido a finales del siglo XVII, tiene planta cuadrada y está decorado con estucos y pinturas en las paredes y la bóveda, realizados en su mayoría en el siglo XVIII, que representan temas marianos y escenas bíblicas. Fue restaurado en 1982.






 

 
Espero que os haya gustado este reportaje fotográfico de Villena. 
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