Blog Los viajes de Dora Sin duda Sevilla tiene un color especial - Día 3 ~ LOS VIAJES DE DORA
Ir al contenido principal

Sin duda Sevilla tiene un color especial - Día 3

Un nuevo día amanece en Sevilla para nosotros y como el día anterior, después de desayunar en abundancia, y dejar el coche en el centro comercial Metromar, llegamos a Puerta de Jerez.

El día nos recibe con un sol radiante para ser Diciembre.



Inevitable volver a fijarse en la impresionante Catedral con su Giralda y su Giraldillo, y por supuesto el Real Alcázar y su única Puerta del León. 

       


Callejeando llegamos a nuestro primer destino del día: el Hospital de los Venerables Sacerdotes. 

       

Fundado en 1675 por el canónigo don Justino de Neve, en la actualidad es sede de la Fundación FOCUS y donde se conserva una de las más importantes colecciones sobre grabados de Sevilla. Cuenta con el que quizás sea el más bello de los patios sevillanos. 








En su interior pudimos ver la colección permanente del Centro Velázquez.

A la salida nos dirigimos a uno de los lugares más conocidos de la ciudad, la Plaza de la Santa Cruz, en cuyo centro se levanta una esbelta cruz de hierro, llamada de la Cerrajería. Y desde allí, pasando por los Jardines de Murillo, llegamos a uno de los descubrimientos que más nos impactó en este viaje: la Iglesia de Santa María la Blanca. 

       


       

       


La Iglesia de Santa María la Blanca se asienta sobre el solar de una primitiva sinagoga judía. La configuración actual del templo se vincula a la reconstrucción de que fue objeto en 1662. Su planta es de tres naves, divididas por columnas de mármol rojo. Sus bóvedas están recubiertas por abigarradas y turgentes yeserías, cuya ejecución se asigna a los hermanos Borja.

       



       

Y en nuestro recorrido del día de hoy por Sevilla pasamos por la Parroquia de Santa Cruz, que aunque no estaba incluida en el planning, ya que se encontraba abierta, hicimos los honores. 

Es un templo cristiano de origen conventual del siglo XVII, actualmente considerado parroquia del mismo barrio de Sevilla que le da nombre. 

       


Asimismo, pasamos al interior de la Iglesia de Santa María de Jesús, llegando ya a nuestro destino.




Casa de Pilatos

Y este era uno de los palacios más impresionantes de la ciudad de Sevilla, la Casa Pilatos. 

La construcción del palacio se inició en 1483, por iniciativa y deseo de Pedro Enríquez de Quiñones (IV Adelantado Mayor de Andalucía) y su segunda esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. La obra se levantó sobre varios solares que habían sido confiscados por la Inquisición. 

Se accede a través de un portal de mármol, realizado por Antonio María Aprile en 1529 en Génova, de estilo renacentista y rematado por una crestería gótica que parece ser fue traída del palacio que los promotores del edificio tenían en Bornos, y dando la sensación de que se viajara en el tiempo cuando se entra al Patio Principal, típico patio andaluz, donde una fuente hace de centro y lo guarda con celo la diosa Palas representada en dos estatuas situadas en ambos ángulos y que a su vez todo es observado por veinticuatro bustos. Desde este patio se llega a dos jardines maravillosos que están engalanados con artesonados, y un pabellón, ambos en el jardín chico, también son admirables los zócalos y las rejas de estilo plateresco.



Patio principal



       

Capilla de la Flagelación



El Salón del Pretorio


Los Jardines


       



Gabinete de Pilatos



Impresionante. También se puede visitar la planta superior, pero no lo hicimos porque aparte de que resulta algo más caro, la visita es guiada y no dejan hacer fotos.

Sin duda, es absolutamente recomendable visitar esta casa palacio, te enamorarás aún más de Sevilla. 

Y seguimos en nuestro recorrido por Sevilla, hacia el famoso Metropol Parasol, estructura de madera con núcleo de hormigón ubicada en la céntrica Plaza de la Encarnación.




       


Tiene unas dimensiones de 150x70 metros y una altura aproximada de 28 metros. Su diseñador fue el arquitecto berlinés Jürgen Mayer. Sus instalaciones albergan un mercado de abastos, locales comerciales y de restauración, una plaza de espectáculos, un mirador y el museo Antiquarium, donde se muestran los restos arqueológicos encontrados durante las obras, de época romana.

Comúnmente recibe el nombre de las Setas de Sevilla por su forma. 

Al principio reconoce que una estructura de esas dimensiones te deja una extraña sensación, no puedes evitar pensar si la plaza estaba mejor sin esa mole en ella, pero poco a poco te acabas acostumbrando y más si subes a su parte superior y contemplas toda Sevilla a tus pies. 










Ni qué decir que antes de subir a esta estructura, habíamos hecho una breve parada para comer en un restaurante de los alrededores de la Plaza de la Constitución.

Al bajar entramos en el Antiquarium, es un museo arqueológico ubicado en el subsuelo de Metropol Parasol.

Fue inaugurado el 27 de marzo de 2011, y se compone del yacimiento arqueológico más importante que de la etapa romana de Sevilla se conserva, que fue hallado tras una primera excavación en la plaza en los años 1990 con el fin de construir un aparcamiento subterráneo y remodelar la plaza, proyecto que fue abortado tras el hallazgo. 

Dentro del conjunto se halla la correspondiente a los siglos I al VI, que pertenece a la etapa romana, en la que destacan los mosaicos de la Casa Romana, la Casa de la Ninfa y la Casa de Baco, así como un mural de tres metros en el Patio del Océano. Cuenta además con la Casa de la Columna, que contiene el mosaico de la medusa, la Casa de las Basas, la Casa del Sigma, la Casa de la Noria y el Hospitium de los Delfines. Una segunda parte corresponde a la época andalusí de la ciudad (siglos XII-XIII), en la que destaca una casa islámica almohade. Además, conserva información de la Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.








Nuestro siguiente destino en la ciudad de Sevilla fue el Museo Palacio de la Condesa de Lebrija.

Construido en el siglo XVI y remodelado en el XIX, el Palacio de Lebrija no es simplemente el testimonio de una época o de un estilo artístico concreto: en su interior lleva grabada a fuego la vida de la que fue su dueña, la condesa de Lebrija. La huella que dejó esta mujer excepcional es tan profunda que cambió la fisonomía del Palacio dotándolo de un carácter único de corte Renacentista Mudéjar.

La estructura del Palacio es la típica de las casas señoriales sevillanas: un conjunto de amplias estancias organizados en torno a un patio central y un jardín interior.










En la hermosa escalera de tres tramos, mandada construir por la propietaria, podemos admirar auténticos artesonados árabes y azulejería de los siglos XVI y XVII. Entre tantas y tan variadas piezas artísticas destacan, sin embargo, los impresionantes mosaicos romanos que conforman el pavimento, que datan de los siglos II y III d.C., en perfecta armonía con esta singular decoración.






En un largo paseo que casi acaba con nuestro pies pasando por la Iglesia de la Marina y de San Juan de la Palma llegamos a nuestro siguiente destino: la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena. 

      





       



Y terminamos nuestro tercer día de paseo por Sevilla, visitando la Basílica de Jesús del Gran Poder, pasando antes por la Alameda de Hércules.


El edificio data del año 1965, basado en el proyecto de los arquitectos Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado y Roig y su construcción está inspirada en el Panteón romano de Agripa. Junto a él se sitúa la Parroquia de San Lorenzo (siglo XIII), de estilo gótico-mudéjar, que fue reformada en el siglo XVI.

Dentro de la Basílica se venera la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (con la cruz al hombro), talla realizada por Juan de Mesa en 1620 y que es sacada en procesión en la madrugada del Viernes Santo. Igualmente, son veneradas las imágenes de San Juan Evangelista y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. El resto del año los elementos de los pasos de gran valor orfebre y económico se exhiben en una sala-museo cercana a la Basílica.



       


Agotados después de un completísimo día por la ciudad, volvimos a la Puerta de Jerez como todos los días, admirando la iluminación navideña que decoraba las calles de Sevilla. Y para terminar pasamos a visitar la Plaza del Cabildo. Es obra del arquitecto Joaquín Barquín y Barón, y está dispuesta sobre una planta semicircular compuesta por una serie de arcadas, decoradas al fresco por el pintor sevillano José Palomar, que se apoyan en columnas de mármol. Sobre las arcadas hay edificadas hasta tres plantas.

       





Comentarios