Blog Los viajes de Dora Visita a Buitrago del Lozoya ~ LOS VIAJES DE DORA
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Visita a Buitrago del Lozoya

Escapando del calor veraniego de la capital de España, nos hemos dirigido a la zona norte de la Comunidad de Madrid, para refrescarnos un poco, y de paso visitar esta bella localidad. Nos encontramos a finales del mes de Septiembre, pero en Madrid, sigue haciendo muchísimo calor. Así que nos dirigimos en coche al municipio de Buitrago del Lozoya que está situado a 75 km al norte de Madrid.

La privilegiada situación geográfica de Buitrago del Lozoya, situado en el camino que comunica las dos mesetas, y junto al río Lozoya, lo que le concede un encanto especial.

Esta localidad se sitúa junto a la autovía A-1 dividiendo su término municipal en dos mitades, y siendo paso obligado en el camino hacia el norte de la península.

Llegamos a Buitrago del Lozoya, y vimos un cartel en el que nos explicaban qué podíamos ver en la localidad.



Comenzamos el recorrido por una calle principal, y enseguida llegamos al Museo Picasso. ¿Quién nos iba a decir que en esta localidad encontraríamos un Museo con obras de Picasso? Buitrago del Lozoya posee un interesante Museo con las obras que reunió y donó al pueblo el que fuera peluquero e íntimo amigo de Picasso, Eugenio Arias Herranz, hijo natural de la localidad. El museo lo conforma una colección de 60 obras del genial artista, casi todas con una dedicatoria especial para su amigo Arias.






Una vez visto el museo, seguimos nuestro recorrido hasta llegar a la Torre Albarrana o del Reloj que es el principal acceso al recinto amurallado de la localidad.





Esta torre de planta pentagonal, contiene un acceso en recodo con un arco doble de herradura hacia el interior y uno ojival hacia el exterior. Atravesamos el arco y llegamos hasta la Iglesia de Santa María del Castillo.




La Iglesia de Santa María del Castillo se terminó de construir a principios del siglo XIV, posiblemente sobre una antigua mezquita. En 1936 un incendio arrasó todo el conjunto, derruyendo la techumbre gótica, la cuál, ha sido transformada en neo-mudéjar tras la restauración realizada en los años 80. Sobre el altar mayor se puede contemplar un artesonado mudéjar, original del siglo XV, procedente del desaparecido Hospital de San Salvador.

Cuenta con dos capillas, también restauradas al estilo mudéjar. La entrada principal de la iglesia se ornamenta con una interesante decoración isabelina del siglo XVI y la torre contiene elementos mudéjares.






















Junto a la iglesia existe la posibilidad de acceder a la parte más alta de la muralla (previo pago), que es conocido como Adarbe Alto con una altura de unos 16 metros y con muros de 3,5 metros de espesor. Nosotros no subimos en esta ocasión y continuamos nuestro recorrido hacia el castillo.




Pasear por esta localidad es una delicia ya que aunque el sol apretaba y hacía algo de calor, no era nada comparable con los 35 o 36 grados de la capital.

A pocos metros vimos como se alzaba el Castillo de los Mendoza de los siglos XIV-XV. Este edificio está situado en el extremo sureste del recinto. Su arquitectura en ladrillo y mampostería evidencian una arquitectura mudéjar. Tiene forma casi cuadrada y estaba fortificada por siete torres, todas con una estructura diferente, siendo una de ellas de planta pentagonal. En las torres se aprecian vanos rematados por arcos de medio punto, por aproximación de hiladas y en herradura. Fue residencia del Marqués de Santillana y su familia, futuros duques del Infantado. En él residió la reina Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja. Además ha acogido a los reyes Juan II y Felipe III, asiduos invitados de los Mendoza.









Desgraciadamente el Castillo se encuentra en fase de rehabilitación, y no es posible visitar aún su interior. Esperemos que en la próxima visita que hagamos esté disponible para su visita. Las obras van por buen camino, pero aún falta bastante como podemos apreciar en esta foto. En la entrada del Castillo también podemos contemplar una catapulta.

  

A continuación nos dirigimos a ver la Coracha. Se trata de un apéndice de muralla que se introduce en el río y cuya función era cubrir el acceso al agua en caso de sitio.






Desde este punto y luego desde la parte de la muralla que se encuentra junto al castillo podemos ver una excepcionales vistas del río Lozoya a su paso por la localidad. Decidimos pasear por esta parte de la muralla (de acceso gratuito) para hacer unas fotografías hasta el punto donde ya no sea visitable.





Algunos sí que estaban disfrutando de la buena temperatura existente, practicando un poco de remo en canoa.








Llegando al final del recorrido por este tramo de la muralla vimos a lo lejos el Puente Viejo sobre el río Lozoya que comunica el recinto amurallado con el antiguo arrabal del Andarrío.




Como nos pareció interesante decidimos acercarnos callejeando para contemplarlo mucho más cerca.






Por fin llegamos al Puente Viejo y descubrimos una bella vista de las murallas del municipio.




Una vez hecho este recorrido decidimos dirigirnos hacia la Iglesia de Santa María del Castillo, cruzar la Torre Albarrana por su acceso y dirigirnos de nuevo a Madrid, para seguir "disfrutando" de nuestro "calorcito" estival.



 

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