Blog Los viajes de Dora Repetimos en la magia - Día 4 ~ LOS VIAJES DE DORA
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Repetimos en la magia - Día 4

Casi sin darnos cuenta los días iban pasando, tienes una rara sensación en el estómago, por una parte estás deseando pasar los días en Disney en compañía de los tuyos y disfrutando del parque en cada momento pero por otra parte sabes que cada día que pasa es un día menos en el parque. No sé si me explico, pero me encantaría poder parar el tiempo o alargarlo cuando estoy en Disneyland para nunca tener que marcharme de allí. 

Nos levantamos como siempre muy temprano, queríamos seguir aprovechando las EMH aunque fuera repitiendo en las atracciones abiertas  y además Autopia nos esperaba (poniéndonos a la cola a las 9:30 para estar de los primeros cuando la abran a las 10:00). Miramos por la ventana y el día amaneció con lluvia, no una lluvia molesta e intensa, pero sí la clásica calabobos tan común en París en verano. Teníamos claro que nada iba a enturbiar otro feliz y mágico día en Disney. Eso debieron pensar mis dos vaqueros favoritos, a pesar del madrugón, tuvieron ganas de subirse al caballo para hacerse unas fotos. 

       

Llegamos al parque. Prácticamente vacío. Me encanta el olor del parque cuando llueve y casi sin gente, es una sensación de tranquilidad y sosiego especial, me encanta pararme en Town Square, cerrar los ojos y aspirar ese olor a mojado, te sientes viva y llena de energía e inmensamente feliz. 




Así que sin pensarlo nos acercamos al castillo y nuestra primera parada es lógicamente Peter Pan. Mientras algunos deciden volver a probar suerte en Space Mountain, el resto se queda en el castillo, subimos al piso superior y nos embelesamos viendo las vidrieras  y leyendo la historia de la Bella Durmiente. 




     


Bajamos a ver a Maléfica para recordarle que por mucha lluvia que nos mande, no va a conseguir aguarnos la fiesta y lo único que se le ocurre hacer es enfadarse, echar humo por la boca y nariz y manchar a los enanos con su polvo marrón. Ya me vengaré cuando vuela a verla, esta se va a enterar de lo que puede hacer una mami furiosa. 




Es hora de irnos acercando a Discoveryland para poder albergar esperanzas de entrar en Autopia y aunque la CM encargada de organizar la cola no tenía su día, al fin nos encontramos dentro y muy pero que muy cerquita de los coches. 



     


Al terminar oímos la musiquita del tren de Minnie y raudos nos plantamos en Central Plaza, esta vez los elegidos para el caza autógrafos más famoso del lugar son el Sr. y la Sra. Increíble, Chip y Chop, y Lilo. 




     


Se va acercando la hora de comer y nos damos cuenta de que apenas hemos pisado Frontierland, eso se soluciona en una abrir y cerrar de ojos. Poca cola en la Phantom Manor, así que directos a la misma. Venga Rubén, de muestra que ya eres todo un mayor y no tienes miedo. 



Decidimos a última hora ir a comer al Silver Spur y la verdad es que nos gustó muchísimo. La tematización, la tranquilidad, la atención, la comida....

De paseo por Frontierland cogimos Fast Pass para la Big Thunder. Y en unad e las tiendas de este land Rubén encontró a su hasta ahora mejor amigo de batallas, un Woody muy gracioso que dice algunas frases en inglés cuando le tiras de una anilla que tiene en la espalda. 


     

Al terminar las compras por Adventureland, decidimos ir a descansar un rato al hotel, no es que lo hiciéramos mucho porque la emoción por volver al parque nos lo impidió pero al menos nos aseamos y desconectamos un poco, que después de llegar al parque a las 8:00 de la mañana venía bien al cuerpo. 

De vuelta a Disneyland directos a la Big Thunder, adrenalina a tope. A la salida, había que inmortalizar el momento con una foto haciendo el signo de la V de Victoria. 



Los más intrépidos se aventuraron con Indiana Jones a pesar de la insistente lluvia. Y de camino a la cabaña de los Robinson, vaya sorpresa, Jasmine en su photolocation. 




Nuestro siguiente destino fue todo un laberinto, no no el de Alicia, el de Adventure Isle, por aquí no chicos, por ahí no hay salida, por allí llegaremos al puente colgante, por favor, que alguien me dé un mapa, por fin ya estamos en el puente y algunos se empeñan en probar su resistencia. Chicos, un momento quietos para la foto, jejeje. 


     



Seguimos con la Cabaña de los Robinsons y sin darnos cuenta se nos hizo la hora de la cena. El lugar elegido: Coronel Haiti. El restaurante tiene el mismo menú que el Bella Notte, es decir pizza con ensalada o macarrones y para los peques lo mismo pero en tamaño mini.  





Se acercaba la hora de Fantillusion y además el espectáculo de Central Plaza, Disney Showtime Spectacular, comenzaba en breve, así que nos fuimos a la plaza para tomar posiciones para el momentazo Magia total. 

Y mientras tanto nuestro adorado castillo empieza a engalanarse para la apoteosis final, adquiriendo ese tono rosado que tantas lágrimas nos ha hecho verter. 

Colocados en un lugar estratégico vimos pasar las carrozas de Fantillusion. 

     











Y llegó el momento de los fuegos. Afortunadamente mucha gente se retiró antes de que empezaran y pudimos verlos desde Main Street, justo al comienzo de Central Plaza. No tengo palabras para describir lo que sentí, tuve que respirar hondo varias veces para retener las lágrimas pero no resultó fácil. Desde el instante en que Campanilla vierte su polvo mágico al cielo hasta el apagado total del castillo el corazón se te encoge y los ojos se te ilumina. 

Son solo 5 minutos pero tiempo suficiente para dar gracias a la vida por permitirte gozar de un espectáculo así rodeado de tus seres queridos, ya no te importa el precio de la temporada alta ni las multitudes ni las colas ni los agobios, durante esos 5 minutos solo estás tú y el castillo que se levanta orgulloso en medio de la plaza rodeado de luces y de fuego. 









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