Blog Los viajes de Dora Monasterio de Yuste y el Cementerio Alemán en Cuacos de Yuste ~ LOS VIAJES DE DORA
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Monasterio de Yuste y el Cementerio Alemán en Cuacos de Yuste

El Monasterio de Yuste es un monasterio y casa palacio en el que se alojó y murió Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico tras su abdicación. Se encuentra cerca de la población de Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres. El convento actual se reconstruyó sobre las ruinas del viejo monasterio que sirvió de residencia al emperador en los dos últimos años de su vida (1556–1558). Fue declarado en 2007 como Patrimonio europeo.

El monasterio data de principios del siglo XV (1402), cuando se construye, según cédula existente, un cenobio que posteriormente daría paso al actual edificio, el cual fue erigido a iniciativa de varios vecinos de la Vera, con el objeto de continuar allí la vida contemplativa de los "ermitaños de la pobre vida" acogidos con posterioridad a la Orden de San Jerónimo.

En el año 1556 Carlos I de España (y V de Alemania) decide retirarse a algún convento para hacer en él vida monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón tuvieron que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias con las que el Monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para albergar al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba en su séquito personal.

La Casa-Palacio constaba de dos plantas con cuatro estancias cada una, alrededor de un patio interior. Las habitaciones del emperador estaban ubicadas junto al coro de la iglesia, de modo que le permitían asistir a los oficios religiosos desde su propio dormitorio, sentado en su litera, donde permanecía postrado debido a la grave afección de gota que le aquejaba. Durante la estancia del emperador en Yuste, numerosos personajes de la Corte pasaron por allí para visitarle, entre ellos el propio monarca Felipe II.

El 21 de septiembre de 1558 moría Carlos V en la que fue su última morada. Fue enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados al panteón real del Monasterio de San Lorenzo del Escorial (Madrid) por expreso deseo de su hijo Felipe II.

En la Guerra de la Independencia, las dependencias del convento fueron incendiadas y quedaron prácticamente destruidas. Los Jerónimos fueron expulsados de Yuste y posteriormente con la desamortización de Mendizábal, el Monasterio fue puesto en pública subasta, iniciándose una época de abandono y deterioro del edificio.

En 1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la reconstrucción del monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos originales.

El conjunto arquitectónico se compone de dos partes claramente diferenciadas: por un lado, el convento y, por otro, la residencia del emperador. El convento, a su vez, lo forman la iglesia, ubicada en el centro y dos claustros, uno gótico y el llamado claustro nuevo. La iglesia y el claustro gótico pertenecen al siglo  XV, mientras que las demás construcciones son del siglo XVI.

Al visitar el Monasterio en Semana Santa (concretamente el Jueves Santo) tuvimos que coger un autobús gratuito a modo de lanzadera en la localidad de Cuacos de Yuste hasta el Monasterio. En época de máxima afluencia de visitantes, por lo menos el año pasado, tenían este sistema para evitar atascos.















La verdad es que el monasterio nos decepcionó bastante, prácticamente sólo pudimos visitar dos estancias y el claustro por obras y por el precio de la entrada, nos pareció excesivamente caro.

De vuelta a la localidad de Cuacos de Yuste, preferimos bajar los dos kilómetros que hay andando para así poder visitar el Cementerio Alemán. En él están enterrados los soldados, aviadores y marinos alemanes de la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones.

El gobierno alemán, a través del Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (organismo encargado de velar por los cementerios de guerra alemanes), decide reunir en un único lugar los cuerpos de los soldados alemanes repartidos por España. Las obras se inician en 1980 y ese mismo año comienza el traslado de los cuerpos, finalizando la labor en 1983, cuando es inaugurado de forma oficial el 1 de junio, con la asistencia de representantes de la Embajada Alemana, autoridades españolas y familiares llegados desde Alemania.

Todas las sepulturas son iguales y únicamente tienen una cruz en granito oscuro. Como inscripción figura el nombre del soldado, su categoría militar, y su fecha de nacimiento y muerte.

Destacan los 38 marinos fallecidos en el hundimiento del U-77 frente a las costas de Calpe, los cinco submarinistas pertenecientes al U-966, un tripulante del U-760, otro del U-454, uno del U-477, cinco del U-755, uno del U-955 y uno del U-39 de la I Guerra Mundial, así como numerosos pilotos y tripulantes de la fuerza aérea (Luftwaffe). Igualmente existen 8 lápidas con la inscripción "Ein Unbekannter Deutsche Soldat", dedicadas a los restos de 8 hombres cuya identidad no se conoce.














La verdad es que el lugar impresiona y más si empieza uno a mirar las lápidas y las fechas de nacimiento y fallecimiento de los soldados allí enterrados, todos tan jóvenes que dieron su vida en una guerra cruel e injusta, como todas las guerras.

 

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