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Visita a Lucena

De su historia cabe destacar el papel que tuvo la comunidad Judía que la habitó durante los siglos IX, X y XI, junto a la musulmana. Se la denominó La Perla de Sefarad, debido a su importante actividad económica, y sobre todo a su Universidad Hebraica, no en vano se auto proclamó república teocrática judía en el siglo XII. Siendo otro hecho histórico significativo el que Boabdil 'El Chico', último rey nazarí de Granada, estuvo prisionero en el Castillo del Moral, actual sede del Museo Arqueológico de la ciudad.

Pero sin duda, es el denominado Barroco Cordobés, su mejor legado. Ya que fue cuna de importantes artistas de este estilo; destacando el sagrario de San Mateo, el Palacio de los Condes de Santa Ana o el Santuario de Mª. Stma. de Araceli, entre otros.

Representa el hábitat más urbano y comercial de la Comarca, y constituye un destacado foco industrial del mueble y el frío Industrial. Alberga en su interior un amplio legado en recursos histórico artísticos, como el viajero tendrá la posibilidad de descubrir.

Lucena, la "Perla de Sefarad" o "la ciudad de la poesía" como fue llamada durante la Edad media, constituyó un punto clave para la historia judía.

La visita a la ciudad empieza en el Castillo del Moral, sede de la Oficina de Turismo, donde podrá acceder al Museo Arqueológico y Etnológico.


          












           



          



      




          




Nuestro próximo punto de interés es la Parroquia de San Mateo, junto al castillo. Su entrada se encuentra en la Plaza Nueva, centro de la ciudad. Considerada como la Catedral de la Subbética, esta iglesia responde a los cánones artísticos gótico-mudéjares y renacentistas. En este lugar posiblemente fue donde se encontraba la antigua sinagoga y luego mezquita de la ciudad, hasta que en 1240, después de la conquista cristiana, se adaptó al nuevo culto. La iglesia que actualmente conocemos fue iniciada por Hernán Ruiz I en 1498, en la parte de la cabecera, donde presenta tres capillas cubiertas con bóvedas de crucería cuyos plementos fueron policromados por el pintor Antonio Mohedano. De la misma época son las portadas de la Sacristía y la exterior de Ntra. Sra. de la Umbría.

En cambio, la portada de San Miguel, realizada en 1544, muestra la transición del gótico al renacimiento, mezclando elementos decorativos de ambos estilos.

El resto del edificio es renacentista, presenta tres naves con grandes pilares donde se apoyan arcos apuntados de inspiración mudéjar, así como una portada principal de claras influencias clásicas.

En su interior destaca el retablo mayor, una obra maestra del manierismo español. Está elaborado en su parte arquitectónica por Jerónimo Hernández y en su imaginería por Juan Bautista Vázquez el Viejo.




          

           




Terminada la visita, nos dirigimos a la Iglesia de la Madre de Dios. Saliendo de San Mateo, a mano derecha, está la calle Descalzas, que continuaremos hasta llegar a la calle de San Francisco, donde está situada esta iglesia.



Desde este iglesia iremos al barrio de Santiago, uno de los más antiguos de la ciudad, donde visitaremos la Parroquia de Santiago.

La parroquia de Santiago de estilo gótico-mudéjar, se inició en 1503, por disposición testamentaria de García Méndez de Sotomayor, el Comendador de la Orden de Santiago. Tradicionalmente se ha considerado como antigua sinagoga judía, pero posiblemente en su construcción se reutilizaron los materiales del entonces recién demolido viejo templo de San Mateo, dónde realmente pudo estar la antigua sinagoga y mezquita.

La iglesia es de planta rectangular, presenta tres naves divididas por pilares octogonales que soportan arcos apuntados de ladrillo con alfiz. Las tres naves se cubren con artesonado reconstruido siguiendo el modelo del original.

Hoy, decorada en armonía con el estilo mudéjar del resto del templo, se venera en ella el Cristo de la Columna, obra del insigne escultor sevillano Pedro Roldán, realizada en el siglo XVII, y Nuestra Señora de la Esperanza.




La Parroquia de Santo Domingo en Lucena fue un convento de frailes Mínimos dedicada a San Francisco de Paula. Fue construida en torno a 1730 sobre una ermita dedicada a este santo con motivo de la epidemia de peste de 1680. Con planta de cruz latina y capillas laterales, su arquitectura está basada en trazas de fray Juan Rodríguez de Ocampo. El templo dispone de dos puertas, una dedicada al santo titular y otra dedicada a la Virgen de la Victoria. Además, destaca una elegante espadaña angular construida en la fachada noreste del edificio. El interior de la iglesia alberga un magnífico retable barroco obra de Francisco José Guerrero, autor también de las yeserías que decoran la cúpula y las pechinas. 

    


          


Al final de la visita por el centro de la ciudad, es totalmente recomendable dirigirse al Santuario de Nuestra Señora de Araceli, situado en la Sierra de Aras, a 6 km. de la ciudad, desde donde se divisan impresionantes vistas de varias provincias andaluzas.

En su interior, cabe destacar la cúpula barroca y el doble retablo, que nos llevará al camarín barroco que alberga a la imagen de Marís Santísima de Araceli, Patrona de Lucena y del Campo Andaluz.



          



          

          

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