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El Palacio de Versalles

El Palacio de Versalles es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio de Versalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

Para llegar a Versalles en medio de transporte público, tendrás que usar la línea C y bajarte en la estación Versailles - Rive Gauche, el viaje es de aproximadamente 30 minutos desde el centro de París.

El autobús 171 que parte de la estación de Metro Pont de Sevres (línea 9) te lleva directamente al Palacio de Versalles en poco más de 30 minutos.

Por supuesto, si has llegado a la capital parisina en tu propio coche, podrás acercarte al palacio en el mismo y aparcar en las zonas de aparcamiento de pago en las inmediaciones del palacio. También puedes arriesgarte a aparcar en el pueblo y recorrer los metros que hay de distancia hasta el palacio, no más de un kilómetro. Nosotros nos decantamos por el parking de pago.

Nada más llegar a Versalles eres consciente de que el lujo va a ser el dominante en todo el palacio. Declarado desde hace 30 años Patrimonio Mundial de la Humanidad, el Palacio de Versalles constituye una de las más hermosas realizaciones del arte francés en el siglo XVII. El antiguo pabellón de caza de Luis XIII fue transformado y ampliado por su hijo Luis XIV, que instaló en él la Corte y del gobierno de Francia en 1682. Hasta la Revolución Francesa, los reyes fueron sucediéndose y embelleciendo el Palacio.








     

Te aconsejamos llegar lo antes posible, para evitar largas colas de espera a la entrada para comprar los billetes de acceso. En nuestro caso, íbamos con la París Pass con lo que el acceso está incluido en la tarjeta y además sin tener que esperar colas. Esta entrada con el París Pass no te permite el acceso a los jardines los días de Grandes Aguas Musicales y de los Jardines Musicales.

Los aposentos más interesantes de la visita al interior del Palacio de Versalles son:

Capilla Real: En la monarquía francesa, el Rey es el elegido de Dios y mediante su consagración se convierte en su "lugarteniente" en la tierra. Las pinturas y las esculturas de la capilla de Versalles evocan esta idea en un ciclo que parte de la nave y que remata en la tribuna que ocupaba el Rey.

     


     

Avanzamos hacia la extraordinaria Galeria de los Espejos y por el camino contemplamos unos hermosos cuadros en las Galerias históricas del siglo XVII.






     

Antes de llegar a la Galería de los Espejos no detenemos en el Salón de Hércules. El techo contiene unos frescos que hacen referencia al gran Hércules, héroe de la mitología griega.






La Galería de los Espejos: La Gran Galería, tal como se la conocía en el siglo XVII, servía diariamente de lugar de paso, de espera y de encuentros, y era frecuentada por los cortesanos y el público de visitantes.


     

     

Gran Aposento del Rey: Compuesto por siete salones en enfilada, el gran aposento del Rey servía de aposento de aparato para las ceremonias oficiales del soberano. Por ello se decoró con el súmmum de riqueza y siguiendo el modelo de los palacios italianos de la época. Durante el día, estaba abierto para todos, franceses y extranjeros, que acudían a ver al Rey cuando lo atravesaba para ir la a Capilla. Tres noches por semana, estaba reservado a la Corte.

     






     







     

Impresionantes los techos de las diferentes estancias.

La cámara del Rey: En 1701, Luis XIV traslada sus aposentos al salón situado en el eje este-oeste del Palacio, mirando hacia la salida del sol.


     




El Gran Aposento de la Reina: Orientado hacia el parterre del Midi, el Gran Aposento de la Reina es simétrico al Gran Aposento del Rey. Pero al contrario que el soberano que, desde el reinado de Luis XIV abandona su Gran Aposento, la reina sigue ocupando el suyo, lo cual explica que la decoración se modificase varias veces a lo largo del siglo XVIII.






Galerías Históricas: El mayor espacio de las Galerías históricas de Versalles es la galería de las Batallas. Ocupa prácticamente toda la primera planta del ala Sur del palacio en dos alturas, hasta el tejado. Concebida y realizada a partir de 1833, se inauguró solemnemente el 10 de junio de 1837 y constituye, entonces, el punto álgido de la visita del museo.






Aposentos del Delfín y de la Delfina: Estos apartamentos de la planta baja siempre se reservaban a los primeros miembros de la familia real. Su estado actual corresponde a la época en la que estaban habitados por el hijo se Luís XV (Luís delfín de Francia) y su segunda esposa, María Josefa de Sax, es decir, entre 1747 y 1765. Cuando se produjo el estallido de la Revolución, eran el alojamiento del pequeño delfín, futuro Luís XVII, y de su hermana, Madame Royale.



     



La visita al palacio es lineal, es decir, con una ligera ayuda del mapa que te dan a la entrada más la audioguía que está incluida en el precio, lo único que hay que hacer es seguir las indicaciones de dentro.

Con esto, volvimos a salir al exterior del palacio. Como teníamos entrada para visitar el Grand Trianon y el Petit Trianon decidimos tomar el tren que te lleva hasta estas dos estancias.
     

Posteriormente nos dimos cuenta de que no había sido muy acertada la decisión pues tuvimos que comer en un el Gran Trianon, en donde había una especie de Boulangerie donde había bocadillos, sandwiches que no eran del agrado de los pequeños. Sin embargo, por los jardines, sí que hay un restaurante self-service más apropiado y con más variedad.

Grand Trianon

El palacete del Grand Trianon fue erigido en 1687 para Luis XIV y su familia como un lugar donde evadirse de la rígida etiqueta de la corte. Napoleón I lo renovó en estilo imperio.

















Petit Trianon

Un palacete mucho más pequeño de color ocre que fue construido en la década de 1760 y redecorado en 1867 por la emperatriz Eugenia, la esposa de Napoleón III.



      


      



Humeau de la Reina

Una especie de aldea formada por casas de campo con techo de paja, construida entre los años 1775 y 1784 para diversión de la reina María Antonieta, a la que le gustaba jugar en este lugar haciéndose pasar por lechera.

Un auténtico descubrimiento y un lugar precioso que bien se merece una tranquila visita. De hecho pudimos ver a muchas familias francesas con el picnic preparados a disfrutar del jardín.


     









Jardines de Versalles

En 1661, Luis XIV le encarga a André Le Nôtre la creación y el acondicionamiento de los jardines de Versalles que, en su opinión, son tan importantes como el Palacio. Los trabajos se inician al mismo tiempo que los del Palacio y duran unos cuarenta años. Pero André Le Nôtre no trabaja solo. Jean-Baptiste Colbert, Superintendente de obras del Rey de 1664 a 1683, dirige las obras; Charles Le Brun, nombrado Primer Pintor del Rey en enero de 1664, realiza los diseños de un gran número de estatuas y fuentes; un poco más tarde, el arquitecto Jules Hardouin-Mansart ordena que se realicen unas decoraciones cada vez más sobrias y construye la Orangerie.

Por desgracia no dispusimos de tiempo suficiente para poder deleitarnos con la belleza de los jardines de Versalles, pues el trayecto del palacio principal a los otros dos palacetes los hicimos en tren. Tal vez en otra ocasión nos deberíamos centrar en los mismos, al igual que en ver el espectáculo de las fuentes y del espectáculo nocturno.












Si dispones de días suficientes, Versalles bien puede ser el complemento ideal a tu visita a París. 

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