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Visita a Astorga

Inicialmente un asentamiento de astures, la ciudad recibió de los romanos el nombre de Asturica en el año 14 a.C. Con la invasión romana, y por su posición geoestratégica, se convirtió en un importante núcleo militar. Posteriormente, el emperador Octavio Augusto le añadió a su nombre el apelativo de Augusta (Asturica Augusta).

Principal ciudad del noroeste hispánico durante el Imperio Romano, capital del Convento Jurídico Astur y calificada por Plinio como Urbs Magnífica. De Astorga parte la Vía de la Plata (Iter ab Emerita Asturicam), calzada romana que la comunica con Emerita Augusta (Mérida). Tras el período romano, Astorga sufrió cierta decadencia que se prolongó hasta el siglo XI, cuando se beneficia del auge de las peregrinaciones al sepulcro de Santiago y la consolidación de la ruta jacobea o Camino de Santiago que pasa por la ciudad.

En 1465 se creó el Marquesado de Astorga.

Durante la Guerra de la Independencia, Astorga resistió un duro asedio por parte de las tropas napoleónicas que se saldó con importantes bajas para el ejército francés. Esta hazaña le valió a la ciudad la mención de Benemérita.

Por este y otros méritos contraídos a lo largo de la historia, tiene el timbre de Ciudad Muy Noble, Leal, Benemérita, Magnífica, Augusta y Bimilenaria.



Ayuntamiento. Presidido por tradicional reloj de los maragatos Juan Zancuda y Colasa, obra del relojero Bartolomé Fernández en el siglo XVIII. La fachada fue construida en 1675 según la fecha que nos indica la clave de la puerta de acceso, con el mismo esquema constructivo de las casas consistoriales de época barroca levantadas en muchas ciudades de la geografía española.

Diseñado por Manuel de la Lastra siguiendo una tipología herreriana semejante a la fachada catedralicia, y con sendos chapiteles sobre las torres de clara ascendencia flamenca. Ha sido reformado en 1994 siguiendo el diseño de Andrés Lozano.






 


Catedral de Astorga. Fue iniciada su construcción siendo Obispo D. Alvaro Osorio y Guzmán (1440-1463), quien expidió una bula en 1444 por la que se pone de manifiesto el acuerdo del Cabildo para empezar las obras de remodelación de la antigua catedral románica. De esta antigua catedral se pueden encontrar restos como la Capilla románica que alberga una pequeña imagen de la Virgen, situada en el tramo contiguo a la entrada renacentista, o la capilla de Santa Marina en el actual Museo Catedralicio.




   



   

La cabecera, englobada en lo que muchos autores consideran como gótico florido español, recuerda las catedrales de Sevilla o Salamanca. Se muestra verticalizante, con pináculos y finos contrafuertes de gran sencillez, y con una ornamentación hoy desaparecida o nunca terminada que no sobrecarga la visión del conjunto. Sobre este cuerpo, la imagen de Pedro Mato, un acaudalado maragato de significado desconocido, el cual se ha convertido en una de las insignias de la bimilenaria ciudad.

En el atrio, bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón fue construida la fachada lateral. Ese conocido arquitecto permaneció en Astorga hasta 1559, aportando su estilo a la fábrica de la Catedral no sólo en el exterior, sino también en dos capillas del interior. El estilo contrasta fuertemente con el gótico anterior, y deja clara la influencia del romanismo que recibió el edificio durante esta etapa constructiva.

Cuanto más se acerca uno a la fachada principal, queda más patente la presencia de nuevos estilos arquitectónicos que llevan la obra hasta la fachada barroca realizada por Pablo Antonio Ruiz a partir de 1708 sobre la anterior románica. La exuberante decoración recoge cinco escenas de la vida de Cristo.

Las dos torres están unidas a la fachada de tal forma que son en el interior sendas capillas abiertas a la nave lateral. La torre vieja tiene fecha de 1678, y fue afectada por el terremoto de Lisboa (1775), por lo que su finalización no se produjo hasta 1965. La torre nueva, de color rosáceo está fechada en 1692, y no se concluyó hasta 1704. Una y otra presentan en las esquinas decoración de animales que constituyen un programa de emblemas alusivos a la vida cristiana, muy propios de la doctrina tridentina. En los cuerpos intermedios vemos los monumentales escudos del cabildo y la monarquía.



La soberbia fachada principal es de estilo barroco, y se organiza a modo de retablo pétreo. Aparece representadas barrocas neotestamentarias como el Descendimiento de Cristo, la imagen de la Asunción de la Virgen en una hornacina y la de Santiago peregrino en el frontón.





 

El museo de la catedral. Fue proyectado en 1889 por el Obispo Grau. Sus sucesores siguieron recogiendo piezas señeras con el mismo destino. Se inauguró el 14 de abril de 1954, siendo Obispo Mérida Pérez, con dos salas: la del Tesoro y la de Sta. Marina. El Dr. Castelltort abrió una nueva sala, que lleva su nombre y su escudo.

La última remodelación, a partir de 1982, ya en el pontificado del Dr. Briva Mirabent, triplica el espacio del Museo, incorporando la antigua Escuela de la Catedral y la Sala Capitular. Distribuidas en dos plantas, las diez salas de exposición ocupan un área de mil cuatrocientas metros cuadrados.


   

El interior sorprende por sus grandes dimensiones y su esbeltez, subrayado por las columnillas de los pilares que se despliegan en las bóvedas.

  





 

Constituido por banco, tres cuerpos y ático o remate, el retablo mayor se organiza en cinco calles de las que destaca la central en la que se representa la Asunción, figura femenina en actitud escorzada de proporciones llenas y la original composición de La Coronación. Las figuras de Las Virtudes en el banco, de formas robustas y actitudes miguelangelescas. El retablo consagra el clasicismo en la arquitectura de los retablos con su monumentalidad, distribución ordenada y remates de frontones e introduce el manierismo romano de clara influencia miguelangelesca en la escultura castellana.


Horario:
Del 1 de octubre al 30 de junio:
de lunes a domingo, de 9.30 a 12.00 h. y de 16.30 a 18.00 h
Del 1 de julio al 30 de septiembre:
de lunes a domingo, de 9.00 a 12.00 h. y de 17.00 a 18.30 h.

Palacio Episcopal de Gaudí - Museo de los Caminos. Destruida totalmente por el fuego en 1886 la vetusta residencia episcopal, el entonces obispo de Astorga Juan Bautista Grau Vallespinós encomendó a su paisano de Reus, Antonio Gaudía Cornet, la construcción de este neogótico Palacio en el mismo emplazamiento. Gaudí aceptó la planificación y dirigió las obras durante cuatro años a partir de 1889; cuando las abandonó, la construcción ya se asomaba a la última planta. Tras diez años de paralización, el arquitecto Ricardo García Guereta se encarga de finalizar la edificación hasta 1913. La concepción del edificio está en clara consonancia con las corrientes arquitectónicas de la época, y parece claro que Gaudí barajó los conceptos de templo, palacio y castillo para estructurar el aspecto del inmueble.

Se utilizan materiales autóctonos procedentes de diferentes zonas de nuestra diócesis de Astorga: el granito de Monte Arenas; los ladrillos vidriados de Jiménez de Jamuz; la pizarra de Galicia, etc.

Aunque estaba destinado para albergar las necesarias oficinas del obispado, nunca fue utilizado para tales fines. Desde 1964 se empezó a instalar el Museo de los Caminos que pretende recoger objetos representativos de los distintos "caminos", grandes y pequeños, físicos y espirituales, religiosos y profanos que han pasado por la ciudad y por toda la diócesis de Astorga.






El vestíbulo de acceso muestra una configuración arbórea y en sus vitrinas, ofrece una significativa colección de orfebrería. El vestíbulo central es un espacio polivalente al que acceden las otras ocho dependencias de esta planta: el salón del trono, el comedor oficial, la capilla y el despacho oficial entre otras.

   


Capilla. La pieza más bella y fantástica de todo el palacio. Las esculturas son de Enrique Marín, el retablo y el altar de Juan Moya, los murales laterales de  Fernando de Villodas, las artísticas vidrieras del ábside de Maumejean, y los azulegos de Zuloaga.



    





   

   

   


Despacho oficial. En las amplias vidrieras se representan los cuarteles de los escudos de los obispos por cuya decisión se iniciaron y se remataron las obras.





  


Algunas fotos más del interior del Palacio Episcopal de Gaudí en Astorga, por cortesía de María Cuccuru.



   









   


Horario: Martes a sábados: 10 a 14 y de 16 a 20 horas. Festivos y domingos: 10 a 14 horas. Cierra: todos los lunes.

Precio de la visita: 2,5 Euros. Precios especiales para grupos y en ocasión de exposiciones temporales. También se puede adquirir una entrada combinada para el palacio y la adjunta catedral al precio de 4 Euros.

Aunque solo sea para visitar este monumento y su Catedral, la visita a Astorga no te decepcionará.
Os dejamos fotos de la Catedral, del Palacio Gaudí y de su plaza con los famosos maragatos de noche.

















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