Blog Los viajes de Dora Ruta de los Puentes Colgantes en Chulilla ~ LOS VIAJES DE DORA
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Ruta de los Puentes Colgantes en Chulilla

En nuestro viaje playero de fin de semana a Gandía, antes de llegar a nuestro destino y aprovechando que teníamos el viernes libre, nos acercamos a la localidad de Chulilla para realizar la famosa ruta de los puentes colgantes. 

El comienzo de la misma se encuentra a más o menos un kilómetro y medio de Chulilla en la CV-394 justo al pasar por el albergue turístico El Altico. A mano derecha veremos una zona de parking para dejar el coche y justo frente a este lugar, una señal que nos indica donde empieza la ruta de los Calderones. Como veis en la foto, el parking es bastante pequeño, no os preocupéis, un poco más atrás, justo a la salida del pueblo se encuentra otro más amplio por si acaso hubiera mucha gente y este segundo parking estuviera ya lleno. 



Enseguida llegamos al Mirador de la Carrucha desde donde se divisa el llamado Charco Azul, y la apertura del cañón del Turia. Unas preciosas vistas de las que disfrutamos un rato porque bien se merecen un pequeño descanso. 




Seguiremos el sendero que bordea el río hasta llegar a una zona llamada Los Calderones donde cruzaremos un riachuelo (no os preocupéis, no lleva mucho caudal)





Como podéis ver por las fotos el sendero es suficientemente ancho para que no haya ningún problema y este primer tramo es de ligera bajada, algo que se agradece al principio pero que a la vuelta con el calor ya apretando, fue casi un auténtico calvario. 





Y por fin llegamos a un desvío que a través de unas escaleras nos lleva al primer puente, que se encuentra a unos 15 metros sobre el río. 




     

     

La verdad es que los puentes son muy seguros ya que están soportados por cables de acero de 28 mm de diámetro anclados a la roca mediante anclajes de más de 3 metros de profundidad, así que no tengáis miedo. 

Más adelante nos encontraremos con el segundo puente que como ya hemos bajado casi prácticamente al lecho del río se encuentra solo a 5,5 metros del mismo. 






Pasamos por una zona donde un cartel nos indicaba que allí se encontraba la Ermita de San José. 


Teníamos la intención de llegar hasta el final del recorrido que es la presa de Loriguilla pero el cansancio (debido sobre todo al calor) no nos permitió llegar al final del barranco. Vimos una especie de acequia y nos sentamos un rato a descansar para coger fuerzas para la vuelta. 



Nos encantó la experiencia sobre todo lo de cruzar los puentes y poder respirar aire puro sin mascarilla, ya que solo nos la poníamos cuando nos cruzábamos con alguien que fue en muy pocas ocasiones. Es lo que toca este año, disfrutar de la naturaleza y de rutas de este tipo alejadas de las aglomeraciones. Una última cosa: al comienzo había una caseta donde en teoría te cobran un euro pero el día que nosotros fuimos, primer viernes después del término del estado de alarma estaba cerrada pero me imagino que si está abierta, tendrás que pagar el euro. 

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