Hotel Mercure Jardines de Albia en Bilbao

Concurso de FB de Mercure Hotels en donde ganamos un par de noches en un hotel Mercure y elegimos este hotel de Bilbao porque teníamos un sueño viajero: San Juan de Gaztelugatxe y una cuenta pendiente con unas personas mágicas a las que debíamos un encuentro. 

Aparte del premio, reservamos una habitación extra para los chicos y a última hora, añadimos una noche más a nuestra estancia para poder disfrutar un poco de la playa ya que los dos primeros días iban a ser lluviosos. 

Llegamos sin problemas al hotel y aparcamos justo frente a la puerta, sabíamos que la entrada del parking estaba en otra calle así que me acerqué a recepción y muy amablemente nos indicaron cómo llegar y cuál era nuestra plaza asignada. 

Por desgracia, la plaza era demasiado estrecha, así que cuando subimos de nuevo a recepción para hacer el check-in, muy amablemente nos la cambiaron, a una plaza más amplia. Muy diligentes en este sentido, sin embargo, he de decir que el parking es un poco peligroso con muchas curvas y tienes que ser buen conductor o tener un coche que gire bien. Desafortunadamente, uno de los días sufrimos un pequeño percance y en un giro, nos rozamos con una columna. 

En recepción, como he dicho antes, muy amables. Nos ubicaron en dos habitaciones dobles contiguas, de esas que tienen una puerta para comunicarlas. Perfecto para así tener controlados a los chicos, jejejeje. 

La habitación nos encantó. Nos dejaron un albornoz y unas zapatillas por si íbamos a hacer uso del spa, y un plato con frutas, que nos pareció todo un detalle. 

La habitación era espaciosa y con una cama de matrimonio enorme, los chicos tenían dos camas dobles, todas muy cómodas. La verdad es que dormimos de maravilla y aunque enfrente del hotel había unas discotecas, no oíamos nada de ruido pues tenían doble acristalamiento. 

El cuarto de baño también muy bueno y limpio. Además nos dejaron un montón de amenities.

     

     

En la habitación también había una nevera y un calienta agua para poder tomar algo como un té. 

Si ya la habitación, la ubicación del hotel (a pocos metros de la ría), y el personal al hacer el check-in nos gustó muchísimo, cuando fuimos la primera mañana a desayunar, ya sí que caímos rendidos a sus pies. Había absolutamente de todo pero me quedo con el zumo de naranja recién exprimida, la máquina tipo Nespresso para hacerte un café en condiciones, las mini cajas de cereales, la posibilidad de hacerte una tortilla en el momento, el poder elegir entre diferentes tipos de leche (almendras, sin lactosa, desnatada) y los macarrons del último día. 

     

     

Un hotel de 10, uno de los mejores en los que hemos estado hospedados y no han sido pocos. Enhorabuena a Mercure Hotels y muchas gracias por el premio. Esperamos poder hospedarnos en algún otro hotel de la cadena, cosa que ya hicimos en PortAventura.