Nuestro viaje en Semana Santa 2017: Día 1

Semana Santa 2017. Destino: La Rioja. 4 días completos descubriendo esta pequeña comunidad que tanto tiene que ofrecer al viajero insaciable. Lástima no haber podido contar con más días, pero bien aprovechados, dieron para mucho, sobre todo cuando se está con la mejor compañía posible. 

Día 1. Logroño y la Abadía Cisterciense de Cañas.

Y así los 7 fantásticos iniciaron el viernes antes de Semana Santa uno de sus viajes por España. Madrugando como siempre a las 6 de la mañana para aprovechar el día al máximo. 

Nuestro primer punto en el mapa: Logroño, la capital de La Rioja. 

Aparcamos el coche en la calle del Norte con más dificultad de la esperada. El parking gratuito está a tope, y no conseguimos encontrar sitio donde aparcar, el parking de pago resulta que es de los que tienen un límite de tiempo y tan sólo se puede dejar el coche estacionado una hora y media, insuficiente para la mañana que teníamos pensado pasar en Logroño. Menos mal que al final un buen samaritano fue a recoger su coche y conseguimos aparcar de forma gratuita. 

Desde allí empezamos a recorrer la ciudad, empezando por la Iglesia de Santiago. 

Siguiendo toda la calle San Gregorio, llegamos al Puente de Piedra sobre el río Ebro.

Adentrándonos ya en el centro histórico, nos acercamos a la Iglesia Santa María de Palacio. Como siempre, intentando cuadrar todos los horarios de los monumentos visitables que tan gentilmente la oficina de turismo de Logroño nos envió por email. 

Y de allí a la Concatedral, aunque en esta ocasión pasamos de largo y no entramos de momento, ya que la Iglesia de San Bartolomé cierra antes y no nos la queremos perder. 

Como podéis ver en esta última foto, ya habíamos cumplido uno de los rituales de los viajes de los 7 fantásticos, comprar una barra de pan que desapareció enseguida. 

La iglesia de San Bartolomé es la más antigua de la ciudad y la verdad es que su portada es un claro ejemplo del mejor románico de España así como su interior. 

Volvemos a la Plaza del Mercado, donde la catedral y ya en esta ocasión sí que pasamos a su interior. 

Me encantan las plazas con soportales, y la de Logroño, los tiene. 

Parece ser que se nos ha dado muy bien la mañana y todavía tenemos una hora larga antes de ir a comer, así que seguimos paseando por la ciudad fuera incluso del casco histórico. 

Primero visitamos el Museo de la Rioja. 

Y después como conocíamos a través de Facebook una tienda llamada La Frikilería, así que como somos frikis reconocidos, nos fuimos a visitarla. 

Y ahora ya sí que nos dirigimos a la famosa calle Laurel para buscar un restaurante o bar o lugar de tapeo en donde comer. Una pena que el que habíamos elegido previamente estuviera cerrado, ya que sabíamos que las hamburguesas que se servían en él serían del agrado de los chicos. Buscando por todas las calles de esta zona de tapeo, al final decidimos comer en el restaurante La gota de vino porque vimos que tenían un menú tipo tapeo por solo 9,90€ que incluía también la bebida y el postre y la verdad es que comimos muy bien. 

En breve dedicaremos una entrada al restaurante y veréis todas las fotos de los platos que elegimos del menú. 

Ya bien comidos, seguimos descubriendo un poco más la ciudad, nos fuimos a dar un paseo por unos jardines después de tomar un café y por último, antes de volver al aparcamiento, visitamos la fuente del peregrino, puede que no fuéramos a Logroño como tal, pero hay que recordar que el Camino de Santiago pasa por la ciudad, así que en parte nos sentíamos un poco peregrinos. 

Hora ya de llegar a Cañas para desembarcar en la casa rural que habíamos alquilado por unos días. 

En poco menos de media hora llegamos a la casa de la que ya os hemos dejado una entrada independiente. Sacamos las maletas del coche, elegimos habitación y los chicos decidieron quedarse en la casa disfrutando del wifi mientras los mayores nos acercamos a la Abadía Cisterciense de la localidad, a la que fuimos andando. 

La Abadía cisterciense de Cañas es una de las primeras que se fundaron en España. Se encuentra habitado por monjas pertenecientes a la Orden Cisterciense de San Bernardo. Se puede visitar la iglesia, el claustro y la sala capitular. Se respiraba tranquilidad y además al ser jueves prácticamente lo visitamos solos. 

Volvimos ya a la casa para ya descansar, cena, peli y a dormir que llevábamos por delante un día ya muy largo desde las 5 de la madrugada.