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Visita a Ledesma

Después de nuestra visita a Miranda do Douro, y antes de volver a Salamanca, decidimos hacer una breve visita a la localidad de Ledesma que se encuentra a sólo 35 kilómetros de la capital, en la ribera del río Tormes y cerca del Parque Natural de los Arribes del Duero.

Aparcamos justo al lado del río en la llamada Plaza Puente, para no adentrarnos en la villa con el coche.

Pudimos tomar unas vistas del puente viejo. Su base románica de los últimos años del siglo XII son los restos más antiguos que se observan a simple vista. Habría que verificar los datos del Padre Morán sobre restos de inscripciones romanas en la base que atestiguaran su discutido origen romano. Hasta el siglo XIX era el "puente más alto que cruzaba el Tormes".


Y seguimos paseando hasta llegar a la Plaza Mayor.











En esta plaza se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor. Comenzada a construir en el último tercio del siglo XII en estilo románico final, de aquella época hoy sólo se conserva el arco por el que trascurre la calle de los Curas en la parte baja de la torre.

La gran ampliación que se hace entre 1492 y 1500 se le encarga a Juan Gil de Hontañón el Viejo y consiste en la construcción de toda la nave de la iglesia hasta el arco triunfal que la separa de la Capilla Mayor y el cuerpo medio de la torre, decorado con las típicas bolas isabelinas.



    

    

Por desgracia, estaba cerrada. Solo abren en horario de culto y las 3 de la tarde bajo un sol abrasador no era la mejor hora para hacer turismo, jeje.

A pesar del calor, seguimos paseando hasta el Castillo, donde había un mercado medieval.

Os dejo algunas fotos de las calles de Ledesma y de sus diversos palacios.

    




El Castillo. Iniciada su construcción de planta trapezoidal en el último tercio del siglo XII por mandato de Fernando II de León, es profundamente reformado por Beltrán y Francisco de la Cueva, Condes de Ledesma, en el último tercio del siglo XV. Realizado en piedra de sillería y sillarejo, cuenta con dos torres en la portada sur, una troncónica y otra poligonal, y la base de la torre del homenaje hacia el norte. En su puerta oriental campea el escudo original de la Villa, procedente de la desaparecida Puerta del Puente.

Lo que hoy observamos del edificio, a pesar de su grandiosidad es una mínima parte del esplendor inicial, se ha perdido toda la muralla (falsabraga) que cubría esta fortaleza en su parte de extramuros y, por la parte intramuros, se han perdido los accesos y torreones que la comunicaban con un edificio anexo, posiblemente un palacio. En su interior se conservan dos habitaciones de época gótica, una a nivel del suelo y otra sobre la anterior bajo la antigua torre del homenaje. Excavaciones arqueológicas en la década de los 80 y 90 dejaron al descubierto un complejo sistema de canalización de agua así como antiguas edificaciones como caballerizas, fortines, pozos.

Como he dicho, coincidimos con un mercado medieval, que debido a la hora, empezaba a abrir sus puestos.








En nuestro breve paseo también pasamos por la Iglesia de San Miguel, actual Centro de Interpretación. Y nos encontramos con el famoso verraco del siglo VII.




Un corto paseo, algo deslucido, por las altas temperaturas y el hecho de que a esas horas, ningún monumento estaba abierto. Aún así, os recomiendo dar un paseo por la villa, conjunto histórico de Salamanca, si tenéis la oportunidad.

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