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Visita a Aranda de Duero

En un fin de semana de Agosto del 2015 y antes de nuestro viaje maravilloso a Londres, nos acercamos a la localidad de Aranda de Duero a visitar sus bodegas, degustar auténtica morcilla de Burgos y a disfrutar de un día en excelente compañía.

Aranda de Duero es una localidad de la provincia de Burgos, en el Partido judicial de Aranda de Duero. Capital de la comarca de la Ribera del Duero, en Castilla y León, España. Se encuentra ubicada al sur de la provincia.

Se encuentra a unos 170 kilómetros de Madrid, por la autovía A-1.

En primer lugar, nos acercamos a la Ermita de las Viñas, ya que se encuentra a unos pocos kilómetros del centro de la localidad.

Situada en un altozano que domina la villa desde el norte, la ermita actual es fruto de una larga génesis constructiva.

Conserva testimonios de diferentes épocas. El más antiguo es su bella cabecera renacentista de delicada bóveda estrellada erigida con el apoyo del obispo Acosta. En 1688, el fervor barroco favoreció la realización de su amplia nave en la que domina la exuberancia de las yeserías de sus bóvedas. Un siglo después, el coronel Pablo Esteban costeó la realización de un camarín y regaló varias piezas artísticas.

En el interior, destaca la talla mariana, imagen vestida con ricos ropajes que ocultan una escultura gótica. A sus pies puede verse el célebre Mediquín, efigie de finales del XVII que, según la tradición, recuerda a un jovencísimo médico llegado a Aranda en tiempos de una grave epidemia quien, tras remediar a muchos arandinos en tan difíciles momentos, desapareció sin dejar rastro.









  



Desde allí, volvimos a coger el coche para intentar aparcar lo más cerca posible del centro histórico. Así que aparcamos al otro lado del río Duero en la Avenida Ruperta Baraya y desde allí fuimos paseando hasta el río para cruzar el puente y así adentrarnos en el centro de la localidad.

De camino visitamos la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán.








Nada más cruzar el puente, nos topamos con el edificio del Ayuntamiento y justo detrás la preciosa Plaza Mayor.














Seguimos paseando por sus calles con soportales hasta llegar a la joya de Aranda de Duero: la Iglesia de Santa María.








Iglesia de Santa María. El edificio actual sustituye a uno anterior, del que solo se conserva la sólida torre defensiva, posiblemente del siglo XIII. Su ambicioso proyecto constructivo ya estaba en marcha en 1439 y ha sido relacionado con Juan de Colonia.


Uno de los elementos más llamativos de la iglesia es su fachada, emblema de la ciudad. Es un retablo fachada, que se inicia antes de 1500 y que bien pudiera estar concluida hacia el año 1515. Obra del último gótico también llamado isabelino. El autor de esta joya parece ser Simón de Colonia, aunque posiblemente la terminó su hijo Francisco el año 1515.


Al interior, nos encontramos ante un amplio templo de tres naves y una cuarta nave al norte con varias capillas. Su esbelta arquitectura asume la mejor tradición del gótico burgalés. Impresiona su elegante concepción espacial reforzada por la luz que filtran sus ventanales y bellos rosetones con interesantes vidrieras de principios del siglo XX.



  

Dedicaremos un hilo a esta preciosa iglesia, en cuanto terminemos con el paseo.

Haciendo tiempo para la hora a la que teníamos reserva en las Bodegas de Santa María, seguimos disfrutando de esta preciosa villa burgalesa.

Así dimos la vuelta a la Iglesia y enfilamos la Calle San Juan hasta llegar a la Iglesia de San Juan. Está situada sobre un punto elevado que domina el paso sobre el Bañuelos a cuya defensa contribuía su torre, única pieza conservada de un templo anterior.
Del exterior destaca su portada sur, formada por arquerías de fino diseño geométrico y presidida por un altorrelieve de San Juan atribuido al escultor burgalés del siglo XVI Juan de Vallejo.










Por desgracia nos la encontramos cerrada.

Seguimos nuestro paseo llegando hasta el puente sobre el río Bañuelo. Una preciosidad.














Y así llegó el momento más esperado y emocionante del día: descubrir una de las bodegas más importantes de Aranda de Duero, la bodega de Santa María, bodega subterránea del siglo XIII en pleno centro de la villa, al lado de la iglesia Santa María.

La visita guiada y con explicación incluye también un aperitivo de vino. Exquisito.

Os dejo unas cuantas fotos de la visita. La bodega no es de las más grandes pero sí la que se ha conservado más intacta y sin modificaciones.

   







    










Para terminar nuestro paseo por Aranda, aún nos quedaba probar la morcilla de Burgos, así que subiendo por la calle Barrio Nuevo y pasando por la Plaza del Rollo en donde se encuentra el Palacio de los Berdugo, llegamos hasta la zona de restaurantes y nos quedamos en el Restaurante Arandos, del que nos hablaremos en profundidad en el hilo de Alojamientos y Restaurantes.













    




Como podéis ver en esta foto, era el día de las peñas y había mucha animación por las calles, así como una comida de hermandad entre ellas.

Y así terminamos nuestro paseo por Aranda de Duero, con el estómago bien lleno y como siempre, con una sonrisa en los labios.

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