Blog Los viajes de Dora De cómo la magia nos acompañó en nuestro viaje a Disney - Día 1 ~ LOS VIAJES DE DORA
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De cómo la magia nos acompañó en nuestro viaje a Disney - Día 1

Hay viajes que organizas con mucho cariño, viajes que por una u otra razón durante la planificación sufren algún que otro traspiés y dias antes del mismo, empiezas a verlo todo negro y complicado y las dudas te asaltan una y otra vez. Supongo que por esta misma razón, este viaje ha sido especial, maravilloso y sin duda mágico.

Salimos el 11 de julio temprano, bastante temprano. Por delante unos cuantos kilómetros hasta la localidad francesa de Niort. Primera parada: el restaurante Ruta de Europa a las afueras de Vitoria para desayunar. Todo un clásico en nuestros viajes a Disney.


Pues sí, eran las 4:50 de la madrugada cuando empezábamos nuestro viaje, que se había planificado con mucho cariño y con muchísimo tiempo de antelación. 

A pesar de tener programada esa primera parada para desayunar, nuestro conductor empezaba a tener algo de sueño, así que por Burgos paró para tomar un rápido café mientras algunos iban completamente dormidos, es lo positivo de salir tan temprano, los peques van la mita del viaje dormidos y así se les hace más llevadero el trayecto en coche. A ellos y a los papis. 




Y por fin llegamos al restaurante Ruta de Europa para desayunar. En esta ocasión además habíamos decidido comprar unos bocadillos porque de camino a parís hasta que no llegas a Burdeos, que es donde empieza la autopista de pago, no existen los famosos "aires" franceses con esos restaurantes tan chulos en los que poder comer. En nuestros dos viajes anteriores tuvimos que parar antes de Burdeos en unos restaurantes de carretera donde comimos mal y caro, así que esta vez no queríamos arriesgarnos. Por si alguien le interesa, otra opción para comer sobre todo si vas con niños es al final de Burdeos, cuando ya sales de la Rocade (que es la carretera de circunvalación de Burdeos), hay un centro comercial donde puedes comer en un McDonalds o en Buffalo Bill, pero como teníamos dudas de llegar a tiempo de comer, preferimos comprar unos bocadillos en Vitoria. 






De camino a la frontera, al pasar por San Sebastián, otro clásico de nuestros viajes, la lluvia. 



Cruzamos la frontera, de lo que te enteras porque los carteles empiezan a estar en francés, jejeje



Una paradita breve en un "aire de repos" francés. 



De camino a Burdeos una vez que pasas la frontera, tienes que pagar unos minipeajes que no ascienden ninguno a 3€ y ahora ya entre Bayona y Burdeos hay un tramo en el que puedes ir a 130 y eso implica que hay que pagar pero por el momento la cantidad no es muy elevada. 

Pasando por el río Garona en Burdeos, cuidadito con los radares.



Y esta vez paramos para comer en un área de servicio una vez pasado Burdeos, exactamente en Saugon.


Nos comimos nuestros bocatas que por desgracia se habían quedado un poco secos y además sin apenas andar, no teníamos mucha hambre.



     

Y llegamos a nuestro primer destino, la villa de Saintes. No era en donde íbamos a hacer noche, pero buscando información por Internet, descubrí esta localidad que por su pasado romano, me pareció interesante para visitar y así fue. Una preciosidad como podréis ver por las fotos. Pero antes de aparcar ya en la ciudad, una paradita para pagar el peaje, en la foto podéis ver el precio desde Burdeos y desde Tours, si lo sumáis ya tenéis el precio del primera peaje desde Burdeos hasta Tours completo para ir a París.


Llegamos a Saintes y aparcamos al lado de la llamada Abadía de las Damas, el primer convento de mujeres de Saintonge hasta el siglo XVII. Como también suele ser habitual en nuestros viajes y ayudados de un navegador, buscamos en Google Maps un lugar apropiado para aparcar, céntrico a ser posible y gratis, en este caso, había bastantes opciones en la localidad de Saintes pero como este era uno de los primeros lugares que queríamos visitar, dejamos allí el coche y desde ese punto empezamos a visitar la ciudad. 

La abadía me impresionó mucho, más por fuera que por dentro porque está muy reformada ya que actualmente alberga una escuela de música. 




     

Una de las cosas que más me gustó de la Abadía fue la subida al campanario y las vistas desde el mismo, preciosas. 





Justo al lado de la Abdía se encuentra la Iglesia de Saint Pallais del siglo XII que visitamos también. A la entrada de la misma pudimos reconocer al famoso Pepu Hernández, el que fue durante muchos años entrenador de la selección española de baloncesto, ¡qué casualidad!

 


Seguimos paseando por Saintes en dirección al Arco de Germánico, erigido entre el 18-19 d.C. y construido a la entrada de la vía romana viniendo de Lyon. Era la puerta de la ciudad. 


Las vistas del río Charente impresionantes desde este punto.


Antes de cruzar el puente para continuar con la visita, pasamos a la Oficina de Turismo que se encontraba en nuestra orilla para pedir un mapa de la ciudad, aunque ya lo teníamos de Internet y casi sin darnos cuenta descubrimos un museo gratuito de restos romanos. 






Desde el puente teníamos unas vistas de la Catedral de Saint Pierre que desgraciadamente no pudimos visitar pues se encontraba cerrada por reformas. 



Continuamos nuestro paseo por la ciudad y a cada paso esta nos va enamorando más y más. Parecía que el tiempo se hubiera detenido, y que casi sin quererlo, nos habíamos trasladado a antes de la Segunda Guerra Mundial. 



Después de una larga caminata, llegamos al Anfiteatro, nada más y nada menos que del siglo I. Podía acoger a 15.000 personas para asistir a los juegos del circo. El edificio se instaló judiciosamente en el fondo de un valle natural cuyos lados sostenían la mayor parte de las gradas. 



Desde el Anfiteatro, podíamos a lo lejos dislumbrar la torre de nuestro siguiente destino: la Iglesia de Saint-Eutrope (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). 


Llegamos a la misma y la visitamos por dentro lógicamente y también la cripta de estilo románico. Como podéis imaginar la Iglesia se terminó de construir ya en el estilo del gótico flamígero en el siglo XV como lo atestigua su flecha. 



Aquí nos encontramos con un matrimonio algo más mayor que nosotros que estaban de vacaciones en Francia, concretamente en la Rochelle. Eran de Pamplona y para evitar los Sanfermines, habían decidido irse de vacaciones. Estuvimos un buen rato hablando con ellos de las maravillas de las ciudades que habían visitado por los alrededores de Saintes, me encanta cuando te encuentras con gente con tus mismas inquietudes. El marido era profesor de historia o de arte ya jubilado porque sabía un montón y nos estuvo explicando la iglesia un poco. 

Como os he dicho la cripta sí es de estilo románico, preciosa. 



Lentamente nos fuimos dirigiendo a donde habíamos dejado el coche, justo al lado de la Abadía de las Damas. Cansados pero gratamente felices, la villa de Saintes había sido una sabia elección en nuestro viaje hacia Niort. De camino al coche, dimos un pequeño rodeo para pasar por el Jardín Público. 


Al principio pensábamos haber estado en Saintes unas tres horas, que se convirtieron en cuatro o más, pero es que la ciudad nos impresionó muchísimo. 

Ya bastante cansados, nos fuimos al hotel. Habíamos elegido la localidad de Niort como punto intermedio ya que distaba más o menos lo mismo de Madrid que de Brujas. El hotel Everhotel La Creche, normalito pero a buen precio. Estábamos tan cansados que cenamos en el propio hotel y nos fuimos a dormir que al día siguiente nos tocaban otros 750 kilómetros hasta Brujas. 





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