Villa romana de la Tejada en Quintanilla de la Cueza

Villa del siglo II que vivió su periodo de esplendor a mediados del siglo III, manteniéndolo en el siglo IV y llegando a su decadencia en el siglo V. El nombre de la villa lo recibe del antiguo pago en el que fue descubierta conocido como "pago de la Tejada". Esta villa fue descubierta en el año 1970, trabajando en su excavación y conservación en diversas campañas patrocinadas por la Diputación de Plancia. La extensión exacta del conjunto del yacimiento aún es desconocida, puesto que se continúa trabajando en dicho yacimiento.

Entre los importantes mosaicos conservados y distribuidos entre las más de treinta y dos estancias que actualmente se pueden visitar de esta villa, destacan el de las Cuatro Estaciones con bustos de cada una de ellas, el mosaico de octógonos y óvalos, el de los nudos de Salomón, el de las Swásticas, el mosaico de los Peces, el de Neptuno, etc. Además de la riqueza de color de los mosaicos, llama la atención el sistema de calefacción de hipocastum. Este sistema calefactor calienta los suelos, manteniendo el calor de modo radiante. El suelo es hueco, soportado por pilares o arcos. Este suelo sirve como horno donde quemar la leña. El humo de la combustión es expulsado por una chimenea, mientras que el suelo conformado por ladrillos y losetas cerámicas, mantiene el calor conseguido por la combustión de la leña. 

1. Piscina. Posiblemente de agua fría, revestida de mortero rojizo. Conserva todavía el tubo de desagüe, de plomo.

2. Mosaico de las cuatripétalas. Mosaico geométrico en colores blanco, negro y rojo, pudiera tratarse de las letrinas.

3. Mosaico de las estaciones. El emblema central está formado por trenzas enlazadas y en su interior, una cabeza de dios marino rodeada de delfines, peces y un pulpo. Exteriormente al octógono, se sitúan representaciones de las cuatro estaciones. Se conserva el otoño, en figura de muchacho coronado de raciones de uvas y el invierno figurado por una mujer velada.

4. Mosaico de los nudos salomónicos. Un amplio pasillo pavimentado con un mosaico geométrico de casetones cuadrados, en la mayoría de los cuales se inscriben nudos de Salomón.

5. Mosaico del ala. El mosaico está casi destruido, tiene una parte geométrica en damero blanco y negro, y un emblema central y circular, inscrito en un cuadrado. Del emblema sólo se ven restos de un gran ala, que han hecho pensar en la posibilidad de que se tratase de la representación del rapto de Ganímedes por el dios Júpiter, convertido en águila.

6. Mosaico de las Swásticas. Habitación de paso, con un mosaico en blanco y negro, más alguna tesela de cerámica roja en la cenefa, y tema de esvásticas.

7. Mosaico de los peces. Habitación con una parte geométrica muy asta y un pequeño emblema totalmente descentrado, con decoración de peces.

8. Mosaico de la escamas. Mosaico geométrico con tema de escamas bien conservado.

9. Mosaico de Neptuno. Mosaico bien conservado, excepto el emblema, también destruido por saqueadores. En el emblema, dos rostros, masculino y femenino, hacen muy difícil intentar una identificación válida. Diversos temas geométricos, muy bien realizados, rodean el emblema y existe una parte geométrica, más basta en damero blanco y negro. En esta parte hay cuatro huecos circulares sin mosaico, cuya interpretación no se conoce.

10. Mosaico de Leda. Bonito mosaico de emblema, medianamente conservado. En el emblema, el célebre tema de los amores de Leda con el dios Júpiter convertido en cisne. Alrededor, finos y variados motivos geométricos y medallones con figuras de las que sólo se conserva la de una divinidad marina.

11. Mosaico ajedrezado.

12. Mosaico sogueado.

13. Mosaico de los octógonos.

14. Hornos e hipocaustos. Al encontrarse tantos hipocaustos se ha pensado en la posibilidad de estar ante las grandes termas o baños de una importante mansión romana que estaría a pocos metros de distancia y que aún no ha sido descubierta.

   

Una vista al pasado que seguro no deja indiferente a nadie.