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Visita a Ferrol

El barrio de Ferrol Vello constituye el enclave más antiguo de la ciudad, donde se conservan algunas viviendas de arquitectura popular marinera. La neoclásica iglesia do Socorro (1767) es un buen reflejo de la expansión urbana del XVIII, al mismo tiempo que la gran Puerta do Parque (1858) se convirtió en el monumental acceso al Arsenal.


Urbanísticamente debe ser destacado el Barrio da Magdalena, con una estructuración ortogonal y racionalista - calles paralelas y perpendiculares - conforma a las formulaciones derivadas del pensamiento ilustrado de la segunda mitad del siglo XVII. Las viviendas dejaron también espacio para las plazas - plaza de Armas o la plaza de Amboaxe, además de los edificios civiles y religiosos. Así, el antiguo Hospital da Caridade, la concatedral de San Xulián, la iglesia conventual de San Francisco (sustitutiva de la medieval) y las capillas de las Angustias y de Dolores fueron obras perfectamente integradas en el barrio neoclásico. Esta integración se produjo también con la hermosa Fonte da Fama, o ya en los siglos posteriores con los monumentos conmemorativos de personajes destacados con la Alameda y con los otros parques y jardines. El Teatro Jofre constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura y decoración teatrales del siglo XIX; ya a principios del siglo XX el Casino Ferrolano sería el primer edificio de la ciudad donde se empleó el  hormigón armado. Ambos edificios, al igual que la interesante Casa Romero (actualmente Banco Simeón), fueron debidos al arquitecto Rodolfo Ucha, figura de referencia del Modernismo gallego. Ya en 1952 se levantó la actual sede del Ayuntamiento en la plaza de Armas, de gusto historicista neoclásico.




En el Barrio de Esteiro, el antiguo Hospital de la Marina fue rehabilitado hace unos años para albergar la Facultad de Humanidades y otros centros universitarios, al igual que la Casa Do Patín. También en el Campus Universitario pueden encontrarse buenos ejemplos de arquitectura contemporánea de nueva planta, caso del Edificio de Apoio ao Estudo.

La actual concatedral - de San Xulián es el edificio religioso neoclásico más destacado de estas tierras, proyectada por el arquitecto Julián Sánchez Bort en 1765. Su planta, de tipo centralizado en forma de cruz griega, está presidida por una gran cúpula asentada sobre recios machones, mientras las cubiertas alternan el abovedamiento de cañón con el de cúpulas vaídas.

Con un lenguaje similar de formas clasicistas depuradas, la iglesia conventual de San Francisco fue edificada en 1757, con planta de cruz latina de tres naves, tribunas y cúpula sobre el crucero. Como en el caso de la iglesia de San Julián, también su fachada es un soberbio ejemplo de equilibrio en la combinación de estructuras y componentes decorativos.



Originario de finales del siglo XVI, el castillo costero de San Felipe fue ampliado, y reforzado en sus defensas en 1732, bajo la dirección del ingeniero La Ferrière, se construyó entonces un hornabeque, gran parte del fodo y una batería baja, además del proyecto de la puerta principal.

Los antecedentes históricos del Castillo de San Felipe se remontan al siglo XVI. El descubrimiento de América, su colonización y las primeras luchas por el dominio del Océano Atlántico, dieron al puerto de Ferrol una gran importancia estratégica: se planteaba el problema del resguardo y aprovisionamiento para las Armadas de los Reyes de la Casa de Austria.

En consecuencia, se procedió al estudio y creación de una infraestructura de apoyo, ya que además las constantes amenazas tanto por mar como por tierra a esta antigua Base Naval, forzaron la necesidad de su defensa y el desarrollo de un sistema de fortificación sobre la boca de la Ría. Hacia el año 1589, por iniciativa de Felipe II, empezaba a construirse el primer castillo, que se llamó de San Felpe en honor al Santo Patrón del Rey. Todavía se conserva parte de esta obra primitiva, integrada en la construcción del siglo XVIII, ya reformada.

Por la misma época, se levantaron dos castillos más en la orilla opuesta del canal. Más al este, el de Nuestra Señora de la Palma, denominado así por la capilla dedicada a esta advocación de la Virgen. Y al oeste, el de San Martín, así llamado en homenaje a Martín de Padilla, adelantado de Castilla en aquellos años. De esta última construcción se conservan hoy ruinas deterioradas de la zona abaluartada, pero en aquel momento, la disposición de estos tres castillos en un punto tan estratégico de la Ría, permitió una defensa capaz de proteger las instalaciones militares ante previsibles ataques enemigos, tanto por tierra como por mar, ya que los castillos formaban un peligroso e insuperable triángulo de fuego. Permitían, además, la colocación de una cadena tendida entre el Castillo de San Felipe y el de San Martín que impediría la entrada de tropas enemigas. Estas fortificaciones dieron probada muestra de su valor estratégico y disuasorio en 169 durante el ataque del Almirante Henri D'Escobleau de Sourdis a esta Base Naval ferrolana, siendo rechazadas las fuerzas francesas con facilidad.

También fue particular la aportación, en concreto del Castillo de San Felipe, durante el ataque inglés a Ferrol por parte de las fuerzas del General Pultney el 26 de agosto de 1800. Las tropas inglesas desembarcaron en las playas de Doniños y San Jorge con el objetivo de arrasar el Arsenal de la Marina y fueron rechazadas en sucesivos ataques, retirándose a los Altos de Brión, donde culminó la victoria española. Esta batalla se rememora todos los años escenificando la lucha entre las compañías inglesas y los habitantes de Brión, con la participación de toda la vecindad.



Recorrido por el Castillo de San Felipe

En nuestras vacaciones por Galicia, nos acercamos al Castillo de San Felipe para disfrutar de su visita. El Castillo se encuentra en buen estado de conservación y se puede visitar sin problema.

El castillo puede visitarse previo pago de la entrada correspondiente en horario de 11 a 18 h en invierno y a 20 h en verano. Una vez dentro del castillo, es en el Cuerpo de Guardia donde se paga la entrada , que se acompaña de guía informativa. Tfno información 981 37 24 22.






1. Entrada. Portada principal




2. Batería exterior de la entrada principal


3. Garita de la Batería exterior de la entrada principal


4. Portada principal y caponera del este


5. Portada de acceso al Hornaveque (Levante)


6. Espaldón de la batería baja


7. Castillo Viejo: espaldón y batería


8. Escalera de caracol para comunicar las baterías


9. Interior de la batería baja, reforma del siglo XIX


10. Espaldones de la batería baja de poniente





11. Soportales den la Gola del Hornaveque


12. Patio central o de armas en la Gola del Hornaveque


13. Edificio de alojamiento de los mandos


El arsenal de Ferrol


A mediados del siglo XVIII el gobierno español ordenó el levantamiento de un nuevo Arsenal en la ladera del monte de Esteiro. Desde los edificios dedicados a la construcción naval y edificios funcionales hasta los de carácter militar, el Arsenal de Ferrol constituye un excepcional conjunto dentro de la arquitectura militar de la Europa de la Ilustración. La Puerta del Dique, de la época de Carlos III, conforma el monumental acceso neoclásico a su interior. Por la parte del mar la Cortina era una zona de baterías de cañones que sobresalía por encima del agua, completando el carácter defensivo de los más de 500 metros de murallas. Ya en el siglo XIX fue realizado el grandioso dique do Sino, proyectado por el ingeniero Andrés Comerma e inaugurado en 1879 como uno de los diques más grandes del mundo. En el edificio de la antigua cárcel militar de San Campio se instalaron en 1986 las salas del Museo Naval y de la Biblioteca da Mariña (Biblioteca de la Zona Marítima del Cantábrico). Ya fuera del recinto del Arsenal, pero también vinculado a la Armada, destaca en el barrio de Esteiro el cuartel de Dores, obra muy notable de la arquitectura militar española del siglo XVIII, y en la que su arquitecto - Julián Sánchez Bort - proyectó un interesante patio de armas asoportalado. A través de este cuartel se puede acceder a la Porta de Fontelonga, único resto que se conserva de las entradas por mar al recinto amurallado que defendía la ciudad.



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